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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera Antigua (RVA)
Version
Deuteronomio 20

20 CUANDO salieres á la guerra contra tus enemigos, y vieres caballos y carros, un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, que Jehová tu Dios es contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.

Y será que, cuando os acercareis para combatir, llegaráse el sacerdote, y hablará al pueblo,

Y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos: no se ablande vuestro corazón, no temáis, no os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;

Que Jehová vuestro Dios anda con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.

Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase á su casa, porque quizá no muera en la batalla, y otro alguno la estrene.

¿Y quién ha plantado viña, y no ha hecho común uso de ella? Vaya, y vuélvase á su casa, porque quizá no muera en la batalla, y otro alguno la goce.

¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase á su casa, porque quizá no muera en la batalla, y algún otro la tome.

Y tornarán los oficiales á hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y tierno de corazón? Vaya, y vuélvase á su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como su corazón.

Y será que, cuando los oficiales acabaren de hablar al pueblo, entonces los capitanes de los ejércitos mandarán delante del pueblo.

10 Cuando te acercares á una ciudad para combatirla, le intimarás la paz.

11 Y será que, si te respondiere, Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te serán tributarios, y te servirán.

12 Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere contigo guerra, y la cercares,

13 Luego que Jehová tu Dios la entregare en tu mano, herirás á todo varón suyo á filo de espada.

14 Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti: y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó.

15 Así harás á todas la ciudades que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades de estas gentes.

16 Empero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;

17 Antes del todo los destruirás: al Hetheo, y al Amorrheo, y al Cananeo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo; como Jehová tu Dios te ha mandado:

18 Porque no os enseñen á hacer según todas sus abominaciones, que ellos hacen á sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios.

19 Cuando pusieres cerco á alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruyas su arboleda metiendo en ella hacha, porque de ella comerás; y no la talarás, que no es hombre el árbol del campo para venir contra ti en el cerco.

20 Mas el árbol que supieres que no es árbol para comer, lo destruirás y lo talarás, y construye baluarte contra la ciudad que pelea contigo, hasta sojuzgarla.

Salmos 107

107 ALABAD á Jehová, porque es bueno; Porque para siempre es su misericordia.

Digan lo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo,

Y los ha congregado de las tierras, Del oriente y del occidente, Del aquilón y de la mar.

Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, No hallando ciudad de población.

Hambrientos y sedientos, Su alma desfallecía en ellos.

Habiendo empero clamado á Jehová en su angustia, Librólos de sus aflicciones:

Y dirigiólos por camino derecho, Para que viniesen á ciudad de población.

Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

Porque sació al alma menesterosa, Y llenó de bien al alma hambrienta.

10 Los que moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros;

11 Por cuanto fueron rebeldes á las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo.

12 Por lo que quebrantó él con trabajo sus corazones, Cayeron y no hubo quien los ayudase;

13 Luego que clamaron á Jehová en su angustia, Librólos de sus aflicciones.

14 Sacólos de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones.

15 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

16 Porque quebrantó las puertas de bronce, Y desmenuzó los cerrojos de hierro.

17 Los insensatos, á causa del camino de su rebelión Y á causa de sus maldades, fueron afligidos.

18 Su alma abominó toda vianda, Y llegaron hasta las puertas de la muerte.

19 Mas clamaron á Jehová en su angustia, Y salvólos de sus aflicciones.

20 Envió su palabra, y curólos, Y librólos de su ruina.

21 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres:

22 Y sacrifiquen sacrificios de alabanza, Y publiquen sus obras con júbilo.

23 Los que descienden á la mar en navíos, Y hacen negocio en las muchas aguas,

24 Ellos han visto las obras de Jehová, Y sus maravillas en el profundo.

25 El dijo, é hizo saltar el viento de la tempestad, Que levanta sus ondas.

26 Suben á los cielos, descienden á los abismos: Sus almas se derriten con el mal.

27 Tiemblan, y titubean como borrachos, Y toda su ciencia es perdida.

28 Claman empero á Jehová en su angustia, Y líbralos de sus aflicciones.

29 Hace parar la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas.

30 Alégranse luego porque se reposaron; Y él los guía al puerto que deseaban.

31 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

32 Y ensálcenlo en la congregación del pueblo; Y en consistorio de ancianos lo alaben.

33 El vuelve los ríos en desierto, Y los manantiales de las aguas en secadales;

34 La tierra fructífera en salados, Por la maldad de los que la habitan.

35 Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca en manantiales.

36 Y allí aposenta á los hambrientos, Y disponen ciudad para habitación;

37 Y siembran campos, y plantan viñas, Y rinden crecido fruto.

38 Y los bendice, y se multiplican en gran manera; Y no disminuye sus bestias.

39 Y luego son menoscabados y abatidos A causa de tiranía, de males y congojas.

40 El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar errados, vagabundos, sin camino:

41 Y levanta al pobre de la miseria, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.

42 Vean los rectos, y alégrense; Y toda maldad cierre su boca.

43 ¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?

Isaías 47

47 DESCIENDE, y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia, siéntate en la tierra sin trono, hija de los Caldeos: que nunca más te llamarán tierna y delicada.

Toma el molino, y muele harina: descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.

Descubierta será tu vergüenza, y tu deshonor será visto: tomaré venganza, y no encontraré hombre.

Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.

Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los Caldeos: porque nunca más te llamarán señora de reinos.

Enojéme contra mi pueblo, profané mi heredad, y entreguélos en tu mano: no les hiciste misericordias; sobre el viejo agravaste mucho tu yugo.

Y dijiste: Para siempre seré señora: y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.

Oye pues ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.

Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez: en toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.

10 Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más.

11 Vendrá pues sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás: caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar: y destrucción que no sabrás, vendrá de repente sobre ti.

12 Estáte ahora en tus encantamentos, y con la multitud de tus agüeros, en los cuales te fatigaste desde tu niñez; quizá podrás mejorarte, quizá te fortificarás.

13 Haste fatigado en la multitud de tus consejos. Parezcan ahora y defiéndante los contempladores de los cielos, los especuladores de las estrellas, los que contaban los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.

14 He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre á la cual se sienten.

15 Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, tus negociantes desde tu niñez: cada uno echará por su camino, no habrá quien te salve.

Apocalipsis 17

17 Y VINO uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación de la grande ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas:

Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.

Y me llevó en Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia bermeja llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos.

Y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, y dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación;

Y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS FORNICACIONES Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.

Y vi la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús: y cuando la vi, quedé maravillado de grande admiración.

Y el ángel me dijo: ¿Por qué te maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.

La bestia que has visto, fué, y no es; y ha de subir del abismo, y ha de ir á perdición: y los moradores de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se maravillarán viendo la bestia que era y no es, aunque es.

Y aquí hay mente que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se asienta la mujer.

10 Y son siete reyes. Los cinco son caídos; el uno es, el otro aun no es venido; y cuando viniere, es necesario que dure breve tiempo.

11 Y la bestia que era, y no es, es también el octavo, y es de los siete, y va á perdición.

12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aun no han recibido reino; mas tomarán potencia por una hora como reyes con la bestia.

13 Estos tienen un consejo, y darán su potencia y autoridad á la bestia.

14 Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes: y los que están con él son llamados, y elegidos, y fieles.

15 Y él me dice: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.

16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán á la ramera, y la harán desolada y desnuda: y comerán sus carnes, y la quemarán con fuego:

17 Porque Dios ha puesto en sus corazones ejecutar lo que le plugo, y el ponerse de acuerdo, y dar su reino á la bestia, hasta que sean cumplidas las palabras de Dios.

18 Y la mujer que has visto, es la grande ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra.