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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera Antigua (RVA)
Version
Deuteronomio 5

Y LLAMO Moisés á todo Israel, y díjoles: Oye, Israel, los estatutos y derechos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos: y aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.

Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.

No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos.

Cara á cara habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego,

(Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para denunciaros la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte;) diciendo:

Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de siervos.

No tendrás dioses extraños delante de mí.

No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ó abajo en la tierra, ó en las aguas debajo de la tierra:

No te inclinarás á ellas ni les servirás: porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los terceros, y sobre los cuartos, á los que me aborrecen,

10 Y que hago misericordia á millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos.

11 No tomarás en vano el nombre de Jehová tu Dios; porque Jehová no dará por inocente al que tomare en vano su nombre.

12 Guardarás el día del reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.

13 Seis días trabajarás y harás toda tu obra:

14 Mas el séptimo es reposo á Jehová tu Dios: ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni tu peregrino que está dentro de tus puertas: porque descanse tu siervo y tu sierva como tú.

15 Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido: por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día del reposo.

16 Honra á tu padre y á tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.

17 No matarás.

18 No adulterarás.

19 No hurtarás.

20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.

21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu prójimo.

22 Estas palabras habló Jehová á toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, á gran voz: y no añadió más. Y escribiólas en dos tablas de piedra, las cuales me dió á mí.

23 Y aconteció, que como vosotros oisteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, llegasteis á mí todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos;

24 Y dijisteis: He aquí, Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego: hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste vive.

25 Ahora pues, ¿por qué moriremos? que este gran fuego nos consumirá: si tornáremos á oir la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.

26 Porque, ¿qué es toda carne, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y viva?

27 Llega tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.

28 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y díjome Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado: bien está todo lo que han dicho.

29 Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen, y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que á ellos y á sus hijos les fuese bien para siempre!

30 Ve, diles: Volveos á vuestras tiendas.

31 Y tú estáte aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que les has de enseñar, a fin que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy para poseerla.

32 Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado: no os apartéis á diestra ni á siniestra;

33 Andad en todo camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis, y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.

Salmos 88

88 Canción: Salmo para los hijos de Coré: al Músico principal: para cantar sobre Mahalath; Masquil de Hemán Ezrahita. OH Jehová, Dios de mi salud, Día y noche clamo delante de ti.

Entre mi oración en tu presencia: Inclina tu oído á mi clamor.

Porque mi alma está harta de males, Y mi vida cercana al sepulcro.

Soy contado con los que descienden al hoyo, Soy como hombre sin fuerza:

Libre entre los muertos, Como los matados que yacen en el sepulcro, Que no te acuerdas más de ellos, Y que son cortados de tu mano.

Hasme puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en honduras.

Sobre mí se ha acostado tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. (Selah.)

Has alejado de mí mis conocidos: Hasme puesto por abominación á ellos: Encerrado estoy, y no puedo salir.

Mis ojos enfermaron á causa de mi aflicción: Hete llamado, oh Jehová, cada día; He extendido á ti mis manos.

10 ¿Harás tú milagro á los muertos? ¿Levantaránse los muertos para alabarte? (Selah.)

11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en la perdición?

12 ¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, Ni tu justicia en la tierra del olvido?

13 Mas yo á ti he clamado, oh Jehová; Y de mañana mi oración te previno.

14 ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?

15 Yo soy afligido y menesteroso: Desde la mocedad he llevado tus terrores, he estado medroso.

16 Sobre mí han pasado tus iras; Tus espantos me han cortado.

17 Hanme rodeado como aguas de continuo; Hanme cercado á una.

18 Has alejado de mí el enemigo y el compañero; Y mis conocidos se esconden en la tiniebla.

Isaías 33

33 AY de ti, el que saqueas, y nunca fuiste saqueado; el que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabares de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabares de hacer deslealtad, haráse contra ti.

Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, á ti hemos esperado: tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación.

Los pueblos huyeron á la voz del estruendo; las gentes fueron esparcidas por tus levantamientos.

Mas vuestra presa será cogida como cuando cogen las orugas: correrá sobre ellos como de una á otra parte corren las langostas.

Será ensalzado Jehová, el cual mora en las alturas: llenó á Sión de juicio y de justicia.

Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y la fuerza de la salvación: el temor de Jehová será su tesoro.

He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente.

Las calzadas están desechas, cesaron los caminantes: anulado ha la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres.

Enlutóse, enfermó la tierra: el Líbano se avergonzó, y fué cortado: hase tornado Sarón como desierto; y Basán y Carmel fueron sacudidos.

10 Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré ensalzado, ahora seré engrandecido.

11 Concebisteis hojarascas, aristas pariréis: el soplo de vuestro fuego os consumirá.

12 Y los pueblos serán como cal quemada: como espinas cortadas serán quemados con fuego.

13 Oid, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los cercanos, conoced mi potencia.

14 Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sobrecogió á los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿quién de nosotros habitará con las llamas eternas?

15 El que camina en justicia, y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos por no recibir cohecho, el que tapa su oreja por no oir sangres, el que cierra sus ojos por no ver cosa mala:

16 Este habitará en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de acogimiento; se le dará su pan, y sus aguas serán ciertas.

17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.

18 Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del pesador? ¿qué del que pone en lista las casas más insignes?

19 No verás á aquel pueblo espantable, pueblo de lengua oscura de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.

20 Mira á Sión, ciudad de nuestras solemnidades: tus ojos verán á Jerusalem, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.

21 Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera, ni por él pasará grande navío.

22 Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey, él mismo nos salvará.

23 Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela: repartiráse entonces presa de muchos despojos: los cojos arrebatarán presa.

24 No dirá el morador: Estoy enfermo: el pueblo que morare en ella será absuelto de pecado.

Apocalipsis 3

Y ESCRIBE al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras que tienes nombre que vives, y estás muerto.

Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.

Acuérdate pues de lo que has recibido y has oído, y guárda lo, y arrepiéntete. Y si no velares, vendré á ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré á ti.

Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras: y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos.

El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.

Y escribe al ángel de la iglesia en FILADELFIA: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:

Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, los que se dicen ser Judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré á que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado.

10 Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar á los que moran en la tierra.

11 He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo.

13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.

14 Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:

15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ­Ojalá fueses frío, ó caliente!

16 Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

17 Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo;

18 Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

19 Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete.

20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.

21 Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.