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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
1 Samuel 10

Saúl ungido por Samuel

10 Entonces Samuel tomó el frasco de aceite, lo derramó sobre la cabeza de Saúl[a](A), lo besó(B) y le dijo: «¿No te ha ungido el Señor(C) por príncipe sobre Su heredad(D)? Cuando te apartes hoy de mí, hallarás a dos hombres cerca del sepulcro de Raquel(E), en el territorio de Benjamín, en Selsa, y te dirán: “Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Ahora tu padre ha dejado de preocuparse por[b] las asnas(F) y está angustiado por ustedes y dice: ‘¿Qué haré en cuanto a mi hijo?’”. De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina[c] de Tabor(G), y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel(H), uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino; ellos te saludarán y te darán dos tortas de pan, las cuales recibirás[d] de sus manos.

»Después llegarás a la colina de Dios[e](I) donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas(J) que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando(K). Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con gran poder(L), profetizarás con ellos(M) y serás cambiado en otro hombre. Cuando estas señales te hayan sucedido, haz lo que la situación requiera[f](N), porque Dios está contigo(O). Descenderás delante de mí a Gilgal(P), y también yo descenderé a donde estás para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz(Q). Esperarás siete días hasta que venga a verte y te muestre lo que debes hacer(R)».

Cuando Saúl volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el[g] corazón(S), y todas aquellas señales le acontecieron aquel mismo día. 10 Cuando Saúl y su criado llegaron allá a la colina[h], un grupo de profetas salió a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos(T). 11 Cuando todos los que lo conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: «¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas(U)?». 12 Un hombre de allí respondió: «¿Y quién es el padre de ellos?». Por lo cual esto se hizo proverbio: «¿Está Saúl también entre los profetas(V)?». 13 Cuando acabó de profetizar vino al lugar alto.

14 Y un tío de Saúl(W) le preguntó a él y a su criado: «¿Adónde fueron?». Saúl respondió: «A buscar las asnas(X). Cuando vimos que no aparecían, fuimos a ver a Samuel». 15 El tío le dijo: «Te ruego que me cuentes qué les dijo Samuel». 16 Y Saúl respondió a su tío: «Nos hizo saber claramente que las asnas habían sido halladas(Y)». Pero Saúl no le contó acerca del asunto del reino que Samuel le había mencionado.

17 Después Samuel convocó al pueblo delante del Señor en Mizpa(Z); 18 y dijo a los hijos de Israel: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de Egipto, y los libré del poder[i] de los egipcios y del poder[j] de todos los reinos que los oprimían(AA)”. 19 Pero ustedes han rechazado hoy a su Dios, que los libra de todas sus calamidades y sus angustias(AB), y han dicho: “No, sino[k] pon un rey sobre nosotros”. Ahora pues, preséntense delante del Señor por sus tribus y por sus familias[l](AC)».

20 Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, y fue escogida por sorteo la tribu de Benjamín. 21 Entonces hizo que se acercara la tribu de Benjamín por sus familias, y fue escogida la familia de Matri. Y Saúl, hijo de Cis, fue escogido; pero cuando lo buscaron no lo pudieron hallar.

22 Volvieron, pues, a consultar al Señor(AD): «¿Llegó ya el hombre aquí?». Y el Señor respondió: «Sí, está escondido junto al equipaje». 23 Corrieron y lo trajeron de allí. Cuando estuvo en medio del pueblo, de los hombros arriba(AE) sobrepasaba a todos. 24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: «¿Ven al que el Señor ha escogido(AF)? En verdad que no hay otro como él entre todo el pueblo». Entonces todo el pueblo gritó, y dijo: «¡Viva el rey(AG)!». 25 Entonces Samuel dio[m] al pueblo las ordenanzas del reino(AH), y las escribió en el libro, el cual puso delante del Señor(AI). Y despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa. 26 Saúl también se fue a su casa en Guibeá(AJ), y con él fueron los valientes cuyos corazones Dios había tocado. 27 Pero ciertos hombres indignos[n](AK) dijeron: «¿Cómo puede este salvarnos?». Y lo despreciaron y no le trajeron presente alguno(AL). Pero él guardó silencio.

Romanos 8

No hay condenación para los que creen

Por tanto, ahora no hay condenación(A) para los que están en Cristo Jesús[a](B), los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús(C) te[b] ha libertado[c] de la ley del pecado y de la muerte(D).

Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne(E), Dios lo hizo(F): enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne(G), para que el requisito de la ley(H) se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu(I).

Porque los que viven[d] conforme a la carne(J), ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu(K). Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz(L). La mente puesta en la carne es enemiga de Dios(M), porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne(N) no pueden agradar a Dios.

Viviendo según el Espíritu

Sin embargo, ustedes no están en la carne(O) sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en ustedes(P). Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él(Q). 10 Y si Cristo está en ustedes, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo[e] a causa de la justicia(R). 11 Pero si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes(S), el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de[f] Su Espíritu que habita en ustedes(T).

12 Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne. 13 Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de[g] morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne[h](U), vivirán(V). 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios(W), los tales son hijos de Dios(X).

15 Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor[i](Y), sino que han recibido un espíritu[j] de adopción(Z) como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre(AA)!». 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu(AB) de que somos hijos de Dios(AC). 17 Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo(AD), si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él(AE).

La gloria futura

18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada(AF). 19 Porque el anhelo profundo(AG) de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios(AH). 20 Porque la creación fue sometida a vanidad(AI), no de su propia voluntad, sino por causa de Aquel(AJ) que la sometió, en la esperanza 21 de que la creación[k] misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios(AK).

22 Pues sabemos que la creación entera gime y sufre(AL) hasta ahora dolores de parto. 23 Y no solo ella(AM), sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu(AN), aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente(AO) la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo(AP). 24 Porque en esperanza hemos sido salvados(AQ), pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?[l](AR) 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia[m] lo aguardamos(AS).

Victoriosos en Cristo

26 De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos(AT), pero el Espíritu mismo intercede por nosotros(AU) con gemidos indecibles. 27 Y Aquel que escudriña los corazones(AV) sabe cuál es el sentir[n] del Espíritu(AW), porque Él intercede por los santos(AX) conforme a la voluntad de Dios.

28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas(AY) cooperan para bien[o], esto es, para los que son llamados(AZ) conforme a Su propósito. 29 Porque a los que de antemano conoció(BA), también los predestinó(BB) a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo(BC), para que Él sea el primogénito(BD) entre muchos hermanos. 30 A los que predestinó(BE), a esos también llamó(BF). A los que llamó, a esos también justificó(BG). A los que justificó, a esos también glorificó(BH).

31 Entonces, ¿qué diremos(BI) a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros(BJ)? 32 El que no negó ni a Su propio Hijo(BK), sino que lo entregó por todos nosotros(BL), ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?

33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios(BM)? Dios es el que justifica(BN). 34 ¿Quién es el que condena(BO)? Cristo Jesús es el que murió(BP), sí, más aún, el que resucitó[p](BQ), el que además está a la diestra de Dios(BR), el que también intercede por nosotros(BS).

35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo[q](BT)? ¿Tribulación, o angustia(BU), o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada(BV)? 36 Tal como está escrito:

«Por causa Tuya somos puestos a muerte todo el día;
Somos considerados como ovejas para el matadero(BW)».

37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó(BX).

38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida(BY), ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes[r](BZ), 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios(CA) que es en Cristo Jesús Señor nuestro(CB).

Jeremías 47

Profecía sobre los filisteos

47 Lo que vino como palabra del Señor al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que Faraón conquistara[a] Gaza(A). Así dice el Señor:

«Suben aguas del norte(B)
Y se convierten en torrente desbordante,
Que inunda la tierra y su plenitud(C),
La ciudad y los que en ella habitan.
Clamarán los hombres,
Y gemirá todo habitante de la tierra(D)
A causa del sonido de los[b] cascos de sus corceles[c],
Del estruendo de sus carros y del estrépito de sus ruedas(E).
No se vuelven los padres para cuidar a sus hijos,
Por la debilidad de sus brazos[d],
A causa del día que viene
Para destruir a todos los filisteos(F),
Para exterminar de Tiro y de Sidón(G)
A todo aliado que quede.
Porque el Señor destruirá a los filisteos,
Al remanente de la costa de Caftor(H).
-»Le ha sobrevenido la calvicie(I) a Gaza,
Desolada ha sido Ascalón(J).
Remanente de su valle,
¿Hasta cuándo te sajarás(K)?
-»¡Ay, espada del Señor!
¿Hasta cuándo estarás inquieta[e]?
Vuélvete a tu vaina(L),
Reposa y cálmate.
-»¿Cómo puede[f] estar quieta,
Cuando el Señor le ha dado órdenes(M)?
Contra Ascalón y contra la costa del mar,
Allí la ha asignado».

Salmos 23-24

Salmo 23

El Señor es mi pastor

Salmo de David.

23 El Señor es mi pastor(A),
Nada me faltará(B).
En lugares de verdes pastos me hace descansar(C);
Junto a aguas de reposo me conduce(D).
Él restaura[a] mi alma(E);
Me guía(F) por senderos de justicia(G)
Por amor de Su nombre.
¶Aunque pase por el valle de sombra de muerte(H),
No temeré mal(I) alguno, porque Tú estás conmigo(J);
Tu vara y Tu cayado(K) me infunden aliento.
Tú preparas mesa(L) delante de mí en presencia de mis enemigos;
Has ungido mi cabeza con aceite(M);
Mi copa está rebosando(N).
Ciertamente el bien y la misericordia(O) me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa del Señor moraré por largos días(P).

Salmo 24

Entrada del rey de gloria

Salmo de David.

24 Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella(Q),
El mundo(R) y los que en él habitan.
Porque Él la fundó sobre los mares,
Y la asentó sobre los ríos(S).
¿Quién subirá(T) al monte del Señor(U)?
¿Y quién podrá estar en Su lugar santo(V)?
El de manos limpias(W) y corazón puro(X),
El que no ha alzado su alma a la falsedad(Y)
Ni jurado con engaño(Z).
Ese recibirá bendición del Señor(AA),
Y justicia(AB) del Dios de su salvación.
Tal es la generación de los que lo buscan,
De los que buscan Tu rostro, como Jacob(AC). (Selah)
¶Alcen, oh puertas(AD), sus cabezas,
Álcense, puertas eternas,
Para que entre el Rey de la gloria(AE).
¿Quién es este Rey de la gloria?
El Señor, fuerte y poderoso(AF);
El Señor, poderoso en batalla(AG).
Álcen, oh puertas, sus cabezas,
Álcenlas, puertas eternas,
Para que entre el Rey de la gloria(AH).
10 ¿Quién es este Rey de la gloria?
El Señor de los ejércitos(AI),
Él es el Rey de la gloria. (Selah)

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