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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Jueces 14

El matrimonio de Sansón

14 Sansón descendió a Timnat y vio allí[a] a una mujer de las hijas de los filisteos. Cuando regresó[b], se lo contó a su padre y a su madre: «Vi en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Ahora pues, tómenmela por mujer». Le respondieron[c] su padre y su madre: «¿No hay mujer entre las hijas de tus parientes[d] o entre todo nuestro[e] pueblo, para que vayas a tomar mujer de los filisteos incircuncisos(A)?». Pero Sansón dijo a su padre: «Tómala para mí, porque ella me agrada[f]». Su padre y su madre no sabían que esto era del Señor, porque Él buscaba ocasión contra los filisteos(B), pues en aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel.

Entonces Sansón descendió a Timnat con su padre y con su madre, y llegó hasta los viñedos de Timnat. Y allí un león joven venía rugiendo hacia él. Pero el Espíritu del Señor vino[g] sobre él(C) con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano(D). Pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho. Descendió y habló con la mujer; y ella le agradó a Sansón[h].

Cuando regresó más tarde para tomarla, se apartó del camino para ver el cadáver del león. Y había un enjambre de abejas y miel en el cuerpo del león. Recogió la miel[i] en sus manos[j] y siguió adelante, comiéndola mientras caminaba. Cuando llegó adonde estaban su padre y su madre, les dio miel y ellos comieron. Pero no les contó que había recogido la miel del cuerpo del león.

La adivinanza de Sansón

10 Después el padre descendió adonde estaba la mujer. Y Sansón hizo allí un banquete, porque así acostumbraban hacer los jóvenes. 11 Y cuando lo vieron, trajeron a treinta compañeros para que estuvieran con él.

12 Entonces Sansón les dijo: «Permítanme proponerles ahora una adivinanza(E). Y si en verdad me la declaran dentro de los siete días del banquete, y la descifran, entonces les daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa(F). 13 Pero si no pueden declarármela, entonces ustedes me darán treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa». «Dinos tu adivinanza, para que la escuchemos», le dijeron ellos. 14 Entonces les dijo:

«Del que come salió comida,
Y del fuerte salió dulzura».

Y no pudieron declararle la adivinanza en tres días.

15 Al cuarto[k] día dijeron a la mujer de Sansón: «Persuade a tu marido(G) a que nos declare la adivinanza, o te quemaremos a fuego a ti y a la casa de tu padre(H). Nos han invitado para empobrecernos. ¿No es así?». 16 La mujer de Sansón lloró delante de él, y dijo: «Solo me aborreces y no me quieres. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo, y no me la has declarado(I)». Y él le dijo: «No se la he declarado ni a mi padre ni a mi madre. ¿Y te la he de declarar a ti?». 17 Pero ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete. Y sucedió el séptimo día que él se la declaró porque ella le presionaba mucho. Entonces ella declaró la adivinanza a los hijos de su pueblo.

18 Y al séptimo día, antes de ponerse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron:

«¿Qué es más dulce que la miel?
¿Y qué es más fuerte que un león?».

Y Sansón les contestó:

«Si no hubieran arado con mi novilla,
No habrían descubierto mi adivinanza».

19 Entonces el Espíritu del Señor vino[l] sobre él(J) con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas de ropa a los que habían declarado la adivinanza. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre. 20 Pero la mujer de Sansón fue dada al compañero que había sido su amigo íntimo(K).

Hechos 18

Pablo en Corinto

18 Después de esto Pablo salió de Atenas(A) y fue a Corinto(B). Allí se encontró con un judío que se llamaba Aquila(C), natural del Ponto(D), quien acababa de llegar de Italia(E) con Priscila(F) su mujer, pues el emperador Claudio(G) había ordenado a todos los judíos que salieran de Roma. Pablo fue a verlos, y como él era del mismo oficio, se quedó con ellos y trabajaban(H) juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña. Y discutía en la sinagoga(I) todos los días de reposo(J), tratando de persuadir a judíos y a griegos(K).

Cuando Silas y Timoteo(L) llegaron(M) de Macedonia(N), Pablo comenzó a dedicarse por completo a la predicación de la palabra, testificando solemnemente a los judíos(O) que Jesús era el Cristo[a](P). Pero cuando los judíos se le opusieron y blasfemaron, él sacudió sus ropas(Q) y les dijo: «Su sangre sea sobre sus cabezas(R); yo soy limpio; desde ahora me iré a los gentiles(S)».

Partiendo de allí, se fue a la casa de un hombre llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios(T), cuya casa estaba junto a la sinagoga. Crispo(U), el oficial(V) de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa(W). También muchos de los corintios(X), al oír, creían y eran bautizados.

Por medio de una visión(Y) durante la noche, el Señor dijo a Pablo: «No temas, sigue hablando y no calles; 10 porque Yo estoy contigo, y nadie te atacará para hacerte daño, porque Yo tengo mucha gente en esta ciudad». 11 Entonces Pablo se quedó allí un año y seis meses, enseñando la palabra de Dios entre ellos.

Pablo ante Galión

12 Pero siendo Galión procónsul(Z) de Acaya(AA), los judíos(AB) se levantaron a una contra Pablo y lo trajeron ante el tribunal(AC). 13 «Este persuade a los hombres a que adoren a Dios en forma contraria a la ley(AD)», dijeron ellos.

14 Cuando Pablo iba a hablar[b](AE), Galión dijo a los judíos: «Si fuera cuestión de una injusticia o de un crimen depravado, oh judíos, yo les toleraría, como sería razonable. 15 Pero si son cuestiones de palabras y nombres, y de su propia ley(AF), allá ustedes; yo no estoy dispuesto a ser juez de estas cosas».

16 Y los echó del tribunal(AG). 17 Entonces todos ellos agarraron a Sóstenes(AH), el oficial de la sinagoga(AI), y lo golpeaban frente al tribunal(AJ), pero Galión no hacía caso de nada de esto.

Fin del segundo viaje misionero de Pablo, y principio del tercero

18 Pablo, después de quedarse muchos días más, se despidió(AK) de los hermanos(AL) y se embarcó hacia Siria(AM), y con él iban Priscila y Aquila(AN). Y en Cencrea(AO) se hizo cortar el cabello, porque tenía hecho un voto(AP). 19 Llegaron a Éfeso(AQ) y dejó allí a Priscila y Aquila. Y entrando Pablo a la sinagoga, discutía con los judíos(AR). 20 Cuando le rogaron que se quedara más tiempo, no consintió, 21 sino que se despidió de ellos(AS), diciendo[c]: «Volveré a ustedes otra vez, si Dios quiere(AT)». Y embarcándose, se fue de Éfeso(AU).

22 Al llegar a Cesarea(AV), subió a Jerusalén para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía(AW). 23 Después de pasar allí algún tiempo, Pablo fue recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia(AX), fortaleciendo a todos los discípulos.

Apolos en Éfeso

24 Llegó entonces a Éfeso(AY) un judío que se llamaba Apolos(AZ), natural de Alejandría(BA), hombre elocuente[d], y que era poderoso en las Escrituras. 25 Este había sido instruido en el camino del Señor(BB), y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba con exactitud las cosas referentes a Jesús, aunque solo conocía el bautismo de Juan(BC). 26 Y comenzó a hablar abiertamente en la sinagoga. Pero cuando Priscila y Aquila(BD) lo oyeron, lo llevaron aparte y le explicaron con mayor exactitud el camino de Dios(BE).

27 Cuando Apolos quiso pasar a Acaya(BF), los hermanos(BG) lo animaron, y escribieron a los discípulos(BH) que lo recibieran. Cuando llegó, ayudó mucho a los que por la gracia habían creído[e], 28 porque refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras(BI) que Jesús era el Cristo[f](BJ).

Jeremías 27

Orden de someterse a Nabucodonosor

27 Al principio del reinado de Sedequías[a](A), hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de parte del Señor a Jeremías: Así me ha dicho el Señor: «Hazte coyundas y yugos y póntelos al cuello(B), y envía palabra[b] al rey de Edom, al rey de Moab, al rey de Amón, al rey de Tiro y al rey de Sidón(C) por medio[c] de los mensajeros que vienen a Jerusalén a ver a Sedequías, rey de Judá. Y ordénales que digan a sus señores: “Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, así le dirán a sus señores: ‘Yo hice la tierra, los hombres y los animales que están sobre la superficie de la tierra(D) con Mi gran poder y con Mi brazo extendido(E), y la doy a quien me place[d](F). Y ahora Yo he puesto todas estas tierras en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia(G), siervo Mío(H), y también le he dado las bestias del campo para que le sirvan(I). Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo(J), y al hijo de su hijo, hasta que llegue también la hora a su propia tierra(K); entonces muchas naciones y grandes reyes lo harán su siervo[e](L). Y sucederá que la nación o el reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia(M), a esa nación castigaré con espada, con hambre y con pestilencia(N)’, declara el Señor, ‘hasta que Yo la[f] haya destruido por su mano.

’Ustedes, pues, no escuchen a sus profetas, a sus adivinos, a sus soñadores[g], a sus agoreros ni a sus hechiceros(O) que les dicen: “No servirán al rey de Babilonia”. 10 Porque ellos les profetizan mentira(P), para alejarlos a ustedes de su tierra, y para que Yo los expulse y perezcan(Q). 11 Pero la nación que ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y le sirva(R), la dejaré en su tierra’, declara el Señor, ‘y la cultivará y habitará en ella(S)’”».

12 Y a Sedequías, rey de Judá, hablé palabras como estas[h]: «Pongan su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, y sírvanle a él y a su pueblo, y vivirán(T). 13 ¿Por qué han de morir, tú y tu pueblo, por la espada, el hambre y la pestilencia, tal como ha hablado el Señor de la nación que no sirva al rey de Babilonia(U)? 14 No escuchen las palabras de los profetas que les dicen: “No servirán al rey de Babilonia”, porque les profetizan mentira(V). 15 Yo no los he enviado», declara el Señor, «y ellos profetizan mentira en Mi nombre(W), para que Yo los expulse y perezcan(X) ustedes y los profetas que les profetizan(Y)».

16 Entonces hablé a los sacerdotes y a todo este pueblo, y les dije: «Así dice el Señor: No escuchen las palabras de sus profetas que les profetizan: “Los utensilios de la casa del Señor serán devueltos en breve de Babilonia(Z)”, porque ellos les profetizan mentira(AA). 17 No los escuchen; sirvan al rey de Babilonia y vivirán. ¿Por qué ha de convertirse en ruinas esta ciudad(AB)? 18 Pero si ellos son profetas, y si la palabra del Señor está con ellos, que supliquen ahora al Señor(AC) de los ejércitos para que los utensilios que quedan en la casa del Señor, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no sean llevados a Babilonia.

19 »Porque así dice el Señor de los ejércitos acerca de las columnas, del mar, de las basas(AD) y de los demás utensilios que quedan en esta ciudad, 20 los cuales no tomó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando llevó al destierro a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, de Jerusalén a Babilonia con todos los nobles de Judá y de Jerusalén(AE). 21 Sí, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, acerca de los utensilios que quedan en la casa del Señor, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén: 22 “A Babilonia serán llevados, y allí quedarán(AF) hasta el día en que Yo los visite(AG)”, declara el Señor. “Entonces los traeré[i] y los restituiré a este lugar(AH)”».

Marcos 13

Profecía sobre la destrucción del templo

13 (A)Cuando Jesús salía del templo, uno de Sus discípulos le dijo*: «Maestro, ¡mira qué[a] piedras y qué[b] edificios!». Y Jesús le dijo: «¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra(B)que no sea derribada».

Señales antes del fin

Y estando Él sentado en el monte de los Olivos(C), frente al templo, Pedro, Jacobo[c], Juan(D) y Andrés le preguntaban en privado: «Dinos, ¿cuándo sucederá[d] esto, y qué señal[e] habrá cuando todas estas cosas se hayan de cumplir?». Y Jesús comenzó a decirles: «Miren que nadie los engañe. Muchos vendrán en Mi nombre diciendo: “Yo soy(E)el Cristo”, y engañarán a muchos. Cuando ustedes oigan de guerras y de rumores de guerras, no se alarmen; es necesario que todo esto suceda, pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en diversos lugares; y habrá hambres. Esto solo es el comienzo de dolores[f].

»Pero ustedes, estén alerta[g] ; porque los entregarán a los tribunales[h] y serán azotados en las sinagogas(F) , y comparecerán delante de gobernadores y reyes por Mi causa, para testimonio a ellos. 10 Pero primero el evangelio debe ser predicado a todas las naciones(G). 11 (H)Cuando los lleven y los entreguen, no se preocupen de antemano por lo que van a decir, sino que lo que les sea dado en aquella hora, eso hablen; porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu Santo. 12 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte[i]. 13 Y ustedes serán odiados de todos por causa de Mi nombre(I), pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.

La abominación de la desolación

14 »Pero cuando vean la abominación de la desolación(J) puesta donde no debe estar (el que lea, que entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes(K) ; 15 y el que esté en la azotea, no baje ni entre a sacar nada de su casa(L); 16 y el que esté en el campo, no vuelva a tomar su capa. 17 Pero, ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días!

18 »Oren para que esto no suceda en el invierno. 19 Porque aquellos días serán de tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio de la creación(M)que hizo[j]Dios hasta ahora, ni acontecerá jamás. 20 Si el Señor no hubiera acortado aquellos[k]días, nadie[l]se salvaría; pero por causa de los escogidos[m]que Él eligió[n], acortó los días. 21 Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Cristo[o]”, o: “Miren, allí está”, no lo crean. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas(N), y mostrarán señales[p]y prodigios(O)a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos[q]. 23 Pero ustedes, estén alerta; vean que se lo he dicho todo de antemano.

La venida del Hijo del Hombre

24 »Pero en aquellos días, después de esa tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su luz(P) , 25 las estrellas irán cayendo del cielo y las potencias que están en los cielos serán sacudidas(Q). 26 Entonces verán al Hijo del Hombre(R)que viene en las nubes con gran poder y gloria(S). 27 Y entonces Él enviará a los ángeles, y reunirá a Sus escogidos[r]de los cuatro vientos(T), desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo(U).

Parábola de la higuera

28 »De la higuera aprendan la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, saben que el verano está cerca. 29 Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que Él está cerca[s], a las puertas. 30 En verdad les digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán. 32 Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre(V).

Exhortación a velar

33 »Estén alerta, velen(W) ; porque no saben cuándo es el tiempo señalado. 34 Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados[t], asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta(X). 35 Por tanto, velen(Y), porque no saben cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo(Z), o al amanecer(AA); 36 no sea que venga de repente y los halle dormidos(AB). 37 Y lo que a ustedes digo, a todos digo: ¡Velen(AC)!».

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