Read the Gospels in 40 Days
Parábola de la oveja perdida
15 Todos los recaudadores de impuestos[a](A) y los pecadores se acercaban para oír a Jesús. 2 Y los fariseos y los escribas murmuraban: «Este recibe a los pecadores y come con ellos(B)».
3 Entonces Jesús les dijo esta parábola: 4 «¿(C)Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, no deja las noventa y nueve en el campo[b] y va tras la que está perdida hasta que la halla? 5 Al encontrarla, la pone sobre sus hombros, gozoso. 6 Cuando llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: “Alégrense conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido”. 7 Les digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.
Parábola de la moneda perdida
8 »¿O qué mujer, si tiene diez monedas de plata[c] y pierde una moneda, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta hallarla? 9 Cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas, diciendo: “Alégrense conmigo porque he hallado la moneda que había perdido”. 10 De la misma manera, les digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente(D)».
Parábola del hijo pródigo
11 Jesús añadió: «Cierto hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos le dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde(E)”. Y él les repartió sus bienes[d](F). 13 No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente.
14 »Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. 15 Entonces fue y se acercó[e] a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. 16 Y deseaba llenarse el estómago[f] de[g] las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17 Entonces, volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; 19 ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores’”».
20 «Levantándose, fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó[h](G). 21 Y el hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo[i]”. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: “Pronto; traigan la mejor ropa y vístanlo(H); pónganle un anillo en su mano(I) y sandalias en los pies. 23 Traigan el becerro engordado, mátenlo, y comamos y regocijémonos; 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado(J)”. Y comenzaron a regocijarse.
25 »Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas. 26 Llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello. 27 Y él le dijo: “Tu hermano ha venido, y tu padre ha matado el becerro engordado, porque lo ha recibido sano y salvo”.
28 »Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. 29 Pero él le dijo al padre: “Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y sin embargo, nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos; 30 pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes[j] con rameras(K), mataste para él el becerro engordado”. 31 Y su padre le dijo: “Hijo mío, tú siempre has estado[k] conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado(L)”».
El mayordomo infiel
16 Decía también Jesús a los discípulos: «Había cierto hombre rico que tenía un mayordomo; y este fue acusado ante él de derrochar sus bienes(M). 2 Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque no puedes ser más mayordomo”. 3 Y el mayordomo se dijo a sí mismo: “¿Qué haré? Pues mi señor me quita la administración. No tengo fuerzas para cavar, y me da vergüenza mendigar. 4 Ya sé[l] lo que haré, para que cuando se me destituya de la administración algunos me reciban en sus casas”.
5 »Llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: “¿Cuánto le debes a mi señor?”. 6 Y él dijo: “Cien barriles (3,700 litros) de aceite”. Él mayordomo le dijo: “Toma tu factura, siéntate pronto y escribe cincuenta”. 7 Después dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Y él respondió: “Cien medidas (unos 37,000 litros) de trigo”. Él mayordomo le dijo*: “Toma tu factura y escribe ochenta”.
8 »El señor elogió al mayordomo injusto porque había procedido con sagacidad, pues los hijos de este siglo(N) son más sagaces en las relaciones con sus semejantes[m] que los hijos de la luz(O). 9 Pero Yo les digo: háganse amigos por medio de las riquezas[n](P) injustas(Q), para que cuando les falten, los reciban en las moradas eternas(R).
10 »El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho(S); y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho. 11 Por tanto, si no han sido fieles en el uso de las riquezas[o] injustas(T), ¿quién les confiará las riquezas verdaderas? 12 Y si no han sido fieles en el uso de lo ajeno, ¿quién les dará lo que es de ustedes[p]? 13 Ningún siervo[q] puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas[r](U)».
Los fariseos y la ley
14 Los fariseos, que eran amantes del dinero(V), oían todas estas cosas y se burlaban de Él(W). 15 Y Jesús les dijo: «Ustedes son los que se justifican a sí mismos(X) ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones(Y), porque lo que entre los hombres es de alta estima, abominable es delante de Dios.
16 »La ley y los profetas se proclamaron hasta Juan(Z); desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios(AA), y todos se esfuerzan por entrar en él. 17 Pero es más fácil que el cielo y la tierra pasen, que un ápice[s] de la ley deje de cumplirse[t](AB).
18 »Todo el que se divorcia de[u] su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la que está divorciada del[v] marido, comete adulterio(AC).
El rico y Lázaro
19 »Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez. 20 Y un pobre llamado Lázaro que se tiraba en el suelo a su puerta(AD) cubierto de llagas, 21 ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; además, hasta los perros venían y le lamían las llagas.
22 »Sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno(AE) de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado. 23 En el Hades[w](AF) el rico alzó[x] sus ojos, estando en tormentos, y vio* a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno. 24 Y gritando, dijo: “Padre Abraham(AG), ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama(AH)”.
25 »Pero Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes(AI), y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás en agonía. 26 Además de[y] todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no pueden, y tampoco nadie puede[z] cruzar de allá a nosotros”.
27 »Entonces él dijo: “Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, 28 pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga[aa](AJ), para que ellos no vengan también a este lugar de tormento”. 29 Pero Abraham dijo*: “Ellos tienen a Moisés y a los profetas(AK); que los oigan a ellos”. 30 Y el rico contestó: “No, padre Abraham(AL), sino que si alguien va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán”. 31 Pero Abraham le contestó: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguien se levanta de entre los muertos”».
Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation