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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
Zacarías 1

Un llamado a volver al Señor

En el mes octavo del segundo año del reinado de Darío, la palabra del Señor vino al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Idó:

«El Señor está ardiendo en ira contra los antepasados de ustedes. Por lo tanto, advierte al pueblo que así dice el Señor de los Ejércitos:

»“Vuélvanse a mí,
    y yo me volveré a ustedes”,
    afirma el Señor de los Ejércitos.

»“No sean como sus antepasados,
    a quienes les proclamaron
    los antiguos profetas
que así dice el Señor de los Ejércitos:
    ‘Vuélvanse de sus malos caminos
    y de sus malas prácticas’.
Porque ellos no me obedecieron
    ni me prestaron atención”,
    afirma el Señor.

»“¿Dónde están los antepasados de ustedes?
    ¿Acaso los profetas vivirán para siempre?
¿No se cumplieron en sus antepasados
    las palabras y los estatutos
que a mis siervos los profetas
    ordené comunicarles?

»”Entonces ellos se volvieron al Señor y dijeron: ‘El Señor de los Ejércitos nos ha tratado tal y como había decidido hacerlo: conforme a lo que merecen nuestros caminos y nuestras acciones’ ”».

El hombre entre los arrayanes

En el segundo año del reinado de Darío, en el día veinticuatro del mes de sebat, que es el mes undécimo, la palabra del Señor vino al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Idó: Una noche tuve una visión, en la que vi a un hombre montado en un caballo rojo. Ese hombre se detuvo entre los arrayanes que había en una hondonada. Detrás de él había jinetes en caballos rojos, marrones y blancos. Yo pregunté: «¿Qué significan estos jinetes, mi señor?». El ángel que hablaba conmigo me respondió: «Voy a explicarte lo que significan». 10 Y el hombre que estaba entre los arrayanes me dijo: «El Señor ha enviado estos jinetes a recorrer la tierra».

11 Los jinetes informaron al ángel del Señor que estaba entre los arrayanes: «Hemos recorrido toda la tierra. Por cierto, la encontramos tranquila y en paz». 12 Ante esto, el ángel del Señor respondió: «Señor de los Ejércitos, ¿hasta cuándo te negarás a compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá con las que has estado enojado estos setenta años?».

13 El Señor respondió con palabras buenas y consoladoras al ángel que hablaba conmigo. 14 Luego el ángel me dijo: «Proclama este mensaje de parte del Señor de los Ejércitos:

»“Mi amor por Jerusalén y por Sión
    me hace sentir celos por ellas.
15 En cambio, estoy lleno de ira
    con las naciones engreídas.
Mi enojo era poco,
    pero ellas lo agravaron”.

16 »Por lo tanto, así dice el Señor:
    “Volveré a compadecerme de Jerusalén.
Allí se reconstruirá mi Templo
    y se extenderá el cordel de medir sobre Jerusalén”,
    afirma el Señor de los Ejércitos.

17 »Proclama además lo siguiente de parte del Señor de los Ejércitos:

»“Otra vez mis ciudades rebosarán de bienes,
    otra vez el Señor consolará a Sión,
    otra vez escogerá a Jerusalén”».

Cuatro cuernos y cuatro herreros

18 Alcé la vista y vi ante mí cuatro cuernos. 19 Pregunté entonces al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué significan estos cuernos?». Y el ángel me respondió: «Estos cuernos son los poderes que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén».

20 Luego el Señor me mostró cuatro herreros. 21 Pregunté: «¿Y estos qué han venido a hacer?». Me respondió: «Los cuernos son los poderes que dispersaron a Judá, a tal punto que nadie pudo volver a levantar la cabeza. Los herreros han venido para aterrorizarlos y deshacer el poder de las naciones que levantaron su cuerno contra la tierra de Judá y dispersaron a sus habitantes».

Apocalipsis 12

La mujer y el dragón

12 Apareció en el cielo una señal maravillosa: una mujer revestida del sol, con la luna debajo de sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba embarazada y gritaba por los dolores y angustias del parto. Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas, diez cuernos y una diadema en cada cabeza. Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera. Ella dio a luz un hijo varón que «gobernará a todas las naciones con cetro de hierro».[a] Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios, que está en su trono. Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran durante mil doscientos sesenta días.

Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; este y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente, pero no pudieron vencer y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra.

10 Luego oí en el cielo un gran clamor:

«Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios;
    ha llegado ya la autoridad de su Cristo.
Porque ha sido expulsado
    el acusador de nuestros hermanos,
    el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.
11 Ellos lo han vencido
    por medio de la sangre del Cordero
    y por el mensaje del cual dieron testimonio;
no valoraron tanto su vida
    como para evitar la muerte.
12 Por eso, ¡alégrense, cielos,
    y ustedes que los habitan!
Pero ¡ay de la tierra y del mar!
    El diablo, lleno de furor, ha descendido a ustedes,
    porque sabe que le queda poco tiempo».

13 Cuando el dragón se vio arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al varón. 14 Pero a la mujer se le dieron las dos alas de la gran águila, para que volara al desierto, al lugar donde sería sustentada durante un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la vista de la serpiente. 15 La serpiente, persiguiendo a la mujer, arrojó por sus fauces agua como un río para que la corriente la arrastrara. 16 Pero la tierra ayudó a la mujer: abrió la boca y se tragó el río que el dragón había arrojado por sus fauces. 17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús.

Salmos 140

Al director musical. Salmo de David.

140 Oh Señor, líbrame de los malvados;
    protégeme de los violentos,
de los que urden en su corazón planes malvados
    y todos los días fomentan la guerra.
Afilan su lengua cual lengua de serpiente;
    ¡veneno de víbora hay en sus labios! Selah

Señor, protégeme del poder de los malvados;
    protégeme de los violentos,
    de los que piensan hacerme caer.
Esos engreídos me han tendido una trampa;
    han puesto los lazos de su red,
    han tendido trampas en mi camino. Selah

Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios.
    Atiende, Señor, mi voz suplicante».
Señor Soberano, mi poderoso salvador,
    ¡tú proteges mi cabeza en el día de la batalla!
No satisfagas, Señor, los caprichos de los impíos;
    no permitas que sus planes prosperen,
    para que no se enorgullezcan. Selah

Que sobre la cabeza de los que me rodean
    recaiga el mal que sus labios proclaman.
10 Que lluevan brasas sobre ellos
    y sean echados en el fuego,
    en abismos profundos, de donde no vuelvan a salir.
11 Que no eche raíces en la tierra
    la gente de lengua mentirosa;
que la calamidad persiga y destruya
    a la gente que practica la violencia.

12 Yo sé que el Señor hace justicia al pobre
    y defiende el derecho de los necesitados.
13 Ciertamente los justos alabarán tu nombre
    y los íntegros vivirán en tu presencia.

Proverbios 30:17

17 »Al que mira con desdén a su padre
    y desprecia a su anciana madre,
que los cuervos del valle le saquen los ojos
    y que se lo coman los buitres.

Nueva Versión Internacional (NVI)

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