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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera Antigua (RVA)
Version
Éxodo 38

38 IGUALMENTE hizo el altar del holocausto de madera de Sittim: su longitud de cinco codos, y su anchura de otros cinco codos, cuadrado, y de tres codos de altura.

E hízole sus cuernos á sus cuatro esquinas, los cuales eran de la misma pieza, y cubriólo de metal.

Hizo asimismo todos los vasos del altar: calderas, y tenazas, y tazones, y garfios, y palas: todos sus vasos hizo de metal.

E hizo para el altar el enrejado de metal, de hechura de red, que puso en su cerco por debajo hasta el medio del altar.

Hizo también cuatro anillos de fundición á los cuatro cabos del enrejado de metal, para meter las varas.

E hizo las varas de madera de Sittim, y cubriólas de metal.

Y metió las varas por los anillos á los lados del altar, para llevarlo con ellas: hueco lo hizo, de tablas.

También hizo la fuente de metal, con su basa de metal, de los espejos de las que velaban á la puerta del tabernáculo del testimonio.

Hizo asimismo el atrio; á la parte austral del mediodía las cortinas del atrio eran de cien codos, de lino torcido:

10 Sus columnas veinte, con sus veinte basas de metal: los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.

11 Y á la parte del aquilón cortinas de cien codos: sus columnas veinte, con sus veinte basas de metal; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.

12 A la parte del occidente cortinas de cincuenta codos: sus columnas diez, y sus diez basas; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.

13 Y á la parte oriental, al levante, cortinas de cincuenta codos:

14 Al un lado cortinas de quince codos, sus tres columnas, y sus tres basas;

15 Al otro lado, de la una parte y de la otra de la puerta del atrio, cortinas de á quince codos, sus tres columnas, y sus tres basas.

16 Todas las cortinas del atrio alrededor eran de lino torcido.

17 Y las basas de las columnas eran de metal; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata; asimismo las cubiertas de las cabezas de ellas, de plata: y todas las columnas del atrio tenían molduras de plata.

18 Y el pabellón de la puerta del atrio fue de obra de recamado, de jacinto, y púrpura, y carmesí, y lino torcido: la longitud de veinte codos, y la altura en el ancho de cinco codos, conforme á las cortinas del atrio.

19 Y sus columnas fueron cuatro con sus cuatro basas de metal: y sus capiteles de plata; y las cubiertas de los capiteles de ellas y sus molduras, de plata.

20 Y todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor fueron de metal.

21 Estas son las cuentas del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio, lo que fué contado de orden de Moisés por mano de Ithamar, hijo de Aarón sacerdote, para el ministerio de los Levitas.

22 Y Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, hizo todas las cosas que Jehová mandó á Moisés.

23 Y con él estaba Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, artífice, y diseñador, y recamador en jacinto, y púrpura, y carmesí, y lino fino.

24 Todo el oro empleado en la obra, en toda la obra del santuario, el cual fué oro de ofrenda, fué veintinueve talentos, y setecientos y treinta siclos, según el siclo del santuario.

25 Y la plata de los contados de la congregación fué cien talentos, y mil setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo del santuario:

26 Medio por cabeza, medio siclo, según el siclo del santuario, á todos los que pasaron por cuenta de edad de veinte años y arriba, que fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

27 Hubo además cien talentos de plata para hacer de fundición las basas del santuario y las basas del velo: en cien basas cien talentos, á talento por basa.

28 Y de los mil setecientos setenta y cinco siclos hizo los capiteles de las columnas, y cubrió los capiteles de ellas, y las ciñó.

29 Y el metal de la ofrenda fue setenta talentos, y dos mil cuatrocientos siclos;

30 Del cual hizo las basas de la puerta del tabernáculo del testimonio, y el altar de metal, y su enrejado de metal, y todos los vasos del altar.

31 Y las basas del atrio alrededor, y las basas de la puerta del atrio, y todas las estacas del tabernáculo, y todas las estacas del atrio alrededor.

Juan 17

17 ESTAS cosas habló Jesús, y levantados los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora es llegada; glorifica á tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique á ti;

Como le has dado la potestad de toda carne, para que dé vida eterna á todos los que le diste.

Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado.

Yo te he glorificado en la tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese.

Ahora pues, Padre, glorifícame tú cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese.

He manifestado tu nombre á los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra.

Ahora han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti;

Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son:

10 Y todas mis cosas son tus cosas, y tus cosas son mis cosas: y he sido glorificado en ellas.

11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo á ti vengo. Padre santo, á los que me has dado, guárdalos por tu nombre, para que sean una cosa, como también nosotros.

12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; á los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliese.

13 Mas ahora vengo á ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.

14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

17 Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.

18 Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo.

19 Y por ellos yo me santifico á mí mismo, para que también ellos sean santificados en verdad.

20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.

21 Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste.

22 Y yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa.

23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean consumadamente una cosa; que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también á mí me has amado.

24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi gloria que me has dado: por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo.

25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste;

26 Y yo les he manifestado tu nombre, y manifestaré lo aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

Proverbios 14

14 LA mujer sabia edifica su casa: Mas la necia con sus manos la derriba.

El que camina en su rectitud teme á Jehová: Mas el pervertido en sus caminos lo menosprecia.

En la boca del necio está la vara de la soberbia: Mas los labios de los sabios los guardarán.

Sin bueyes el granero está limpio: Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.

El testigo verdadero no mentirá: Mas el testigo falso hablará mentiras.

Busca el escarnecedor la sabiduría, y no la halla: Mas la sabiduría al hombre entendido es fácil.

Vete de delante del hombre necio, Porque en él no advertirás labios de ciencia.

La ciencia del cuerdo es entender su camino: Mas la indiscreción de los necios es engaño.

Los necios se mofan del pecado: Mas entre los rectos hay favor.

10 El corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entrometerá en su alegría.

11 La casa de los impíos será asolada: Mas florecerá la tienda de los rectos.

12 Hay camino que al hombre parece derecho; Empero su fin son caminos de muerte.

13 Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja.

14 De sus caminos será harto el apartado de razón: Y el hombre de bien estará contento del suyo.

15 El simple cree á toda palabra: Mas el avisado entiende sus pasos.

16 El sabio teme, y se aparta del mal: Mas el necio se arrebata, y confía.

17 El que presto se enoja, hará locura: Y el hombre malicioso será aborrecido.

18 Los simples heredarán necedad: Mas los cuerdos se coronarán de sabiduría.

19 Los malos se inclinarán delante de los buenos, Y los impíos á las puertas del justo.

20 El pobre es odioso aun á su amigo: Pero muchos son los que aman al rico.

21 Peca el que menosprecia á su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.

22 ¿No yerran los que piensan mal? Misericordia empero y verdad alcanzarán los que piensan bien.

23 En toda labor hay fruto: Mas la palabra de los labios solamente empobrece.

24 Las riquezas de los sabios son su corona: Mas es infatuación la insensatez de los necios.

25 El testigo verdadero libra las almas: Mas el engañoso hablará mentiras.

26 En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.

27 El temor de Jehová es manantial de vida, Para apartarse de los lazos de la muerte.

28 En la multitud de pueblo está la gloria del rey: Y en la falta de pueblo la flaqueza del príncipe.

29 El que tarde se aira, es grande de entendimiento: Mas el corto de espíritu engrandece el desatino.

30 El corazón apacible es vida de las carnes: Mas la envidia, pudrimiento de huesos.

31 El que oprime al pobre, afrenta á su Hacedor: Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.

32 Por su maldad será lanzado el impío: Mas el justo en su muerte tiene esperanza.

33 En el corazón del cuerdo reposa la sabiduría; Y es conocida en medio de los necios.

34 La justicia engrandece la nación: Mas el pecado es afrenta de las naciones.

35 La benevolencia del rey es para con el ministro entendido: Mas su enojo contra el que lo avergüenza.

Filipenses 1

PABLO y Timoteo, siervos de Jesucristo, á todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos

Gracia sea á vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Doy gracias á mi Dios en toda memoria de vosotros,

Siempre en todas mis oraciones haciendo oración por todos vosotros con gozo,

Por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora:

Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

Como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia.

Porque Dios me es testigo de cómo os amo á todos vosotros en las entrañas de Jesucristo.

Y esto ruego, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,

10 Para que discernáis lo mejor; que seáis sinceros y sin ofensa para el día de Cristo;

11 Llenos de frutos de justicia, que son por Jesucristo, á gloria y loor de Dios.

12 Y quiero, hermanos, que sepáis que las cosas que me han sucedido, han redundado más en provecho del evangelio;

13 De manera que mis prisiones han sido célebres en Cristo en todo el pretorio, y á todos los demás;

14 Y muchos de los hermanos en el Señor, tomando ánimo con mis prisiones, se atreven mucho más á hablar la palabra sin temor.

15 Y algunos, á la verdad, predican á Cristo por envidia y porfía; mas algunos también por buena voluntad.

16 Los unos anuncian á Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción á mis prisiones;

17 Pero los otros por amor, sabiendo que soy puesto por la defensa del evangelio.

18 ¿Qué pues? Que no obstante, en todas maneras, ó por pretexto ó por verdad, es anunciado Cristo; y en esto me huelgo, y aun me holgaré.

19 Porque sé que esto se me tornará á salud, por vuestra oración, y por la suministración del Espíritu de Jesucristo;

20 Conforme á mi mira y esperanza, que en nada seré confundido; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será engrandecido Cristo en mi cuerpo, ó por vida, ó por muerte.

21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

22 Mas si el vivir en la carne, esto me será para fruto de la obra, no sé entonces qué escoger;

23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de ser desatado, y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor:

24 Empero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

25 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aun permaneceré con todos vosotros, para provecho vuestro y gozo de la fe;

26 Para que crezca vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi venida otra vez á vosotros.

27 Solamente que converséis como es digno del evangelio de Cristo; para que, ó sea que vaya á veros, ó que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntamente por la fe del evangelio,

28 Y en nada intimidados de los que se oponen: que á ellos ciertamente es indicio de perdición, mas á vosotros de salud; y esto de Dios;

29 Porque á vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,

30 Teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís estar en mí.