M’Cheyne Bible Reading Plan
6 ¶ Estos, pues, son los mandamientos, estatutos, y derechos que el SEÑOR vuestro Dios mandó que os enseñara que hagáis en la tierra a la cual pasáis vosotros para heredarla.
2 Para que temas al SEÑOR tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, y que tus días sean prolongados.
3 Oye, pues, oh Israel, y guarda que los hagas, para que te vaya bien, y seáis muy multiplicados, (como te ha dicho el SEÑOR el Dios de tus padres) en la tierra que destila leche y miel.
4 ¶ Oye, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es.
5 Y amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todo tu poder.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y acostado en la cama, y levantándote;
8 y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos;
9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas.
10 Y será, cuando el SEÑOR tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, para dártela a ti; ciudades grandes y buenas que tú no edificaste;
11 y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas, que tú no cavaste; viñas y olivares que tú no plantaste; luego que comas y te sacies,
12 guárdate que no te olvides del SEÑOR, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de esclavos.
13 Al SEÑOR tu Dios temerás, y a él servirás, y por su nombre jurarás.
14 No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos;
15 porque el Dios celoso, el SEÑOR tu Dios, en medio de ti está; que por ventura no se inflame el furor del SEÑOR tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la faz de la tierra.
16 No tentaréis al SEÑOR vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.
17 ¶ Guardad cuidadosamente los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, y sus testimonios, y sus estatutos, que te ha mandado.
18 Y harás lo recto y lo bueno en ojos del SEÑOR, para que te vaya bien, y entres y heredes la buena tierra que el SEÑOR juró a tus padres;
19 para que él eche a todos tus enemigos de delante de tu presencia, como el SEÑOR ha dicho.
20 Cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué son los testimonios, y estatutos, y derechos, que el SEÑOR nuestro Dios os mandó?
21 Entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos esclavos de Faraón en Egipto, y el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano fuerte;
22 y dio el SEÑOR señales y milagros grandes y dañosos en Egipto, sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros ojos;
23 y nos sacó de allá, para entrarnos y darnos la tierra que juró a nuestros padres;
24 y nos mandó el SEÑOR que hiciéramos todos estos estatutos, para que temamos al SEÑOR nuestro Dios, para nuestro bien siempre, y para que nos dé vida, como hasta hoy.
25 Y tendremos justicia cuando guardemos haciendo todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, como él nos ha mandado.
Masquil de Etán ezraíta.
1 Las misericordias del SEÑOR cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu verdad con mi boca.
2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia en los cielos; en ellos afirmarás tu verdad.
3 Hice alianza con mi escogido; juré a David mi esclavo, diciendo:
4 Para siempre confirmaré tu simiente, y edificaré tu trono por todas las generaciones. (Selah.)
5 ¶ Y celebrarán los cielos tu maravilla, oh SEÑOR; tu verdad también en la congregación de los santos.
6 Porque ¿quién en los cielos se igualará con el SEÑOR? ¿Quién será semejante al SEÑOR entre los hijos de los poderosos?
7 Dios terrible en la grande congregación de los santos, y formidable sobre todos sus alrededores.
8 Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Fuerte-JAH, Rodeado de tu verdad.
9 Tú dominas sobre la soberbia del mar; cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
10 Tú quebrantaste a Egipto como a un muerto; con el brazo de tu fortaleza esparciste a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; el mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
12 Al aquilón y al austro tú los creaste; el Tabor y el Hermón en tu Nombre cantarán.
13 Tuyo es el brazo con valentía; fuerte es tu mano, ensalzada tu diestra.
14 Justicia y juicio son la morada de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro.
15 ¶ Dichoso el pueblo que sabe jubilar; andarán, oh SEÑOR, a la luz de tu rostro.
16 En tu Nombre se alegrarán cada día; y en tu justicia se ensalzarán.
17 Porque tú eres la gloria de su fortaleza; y por tu buena voluntad ensalzarás nuestro cuerno.
18 Porque el SEÑOR es nuestro escudo; y nuestro rey es el Santo de Israel.
19 ¶ Entonces hablaste en visión a tu santo, y dijiste: Yo he puesto el socorro sobre uno que es valiente; he ensalzado un escogido de mi pueblo.
20 Hallé a David mi esclavo; lo ungí con el aceite de mi santidad.
21 Que mi mano será firme con él, mi brazo también lo fortificará.
22 No lo sujetará enemigo, ni hijo de iniquidad lo quebrantará.
23 Mas yo quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a sus aborrecedores.
24 Y mi verdad y mi misericordia serán con él; y en mi nombre será ensalzado su cuerno.
25 Asimismo pondré su mano en el mar, y en los ríos su diestra.
26 El me llamará: Mi padre eres tú, mi Dios, y la roca de mi salud.
27 Yo también le pondré por primogénito, alto sobre los reyes de la tierra.
28 Para siempre le conservaré mi misericordia; y mi pacto será firme con él.
29 Y pondré su simiente para siempre, y su trono como los días de los cielos.
30 Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios;
31 si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos;
32 entonces visitaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades.
33 Mas no quitaré de él mi misericordia, ni falsearé mi verdad.
34 No profanaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad, no mentiré a David.
36 Su simiente será para siempre, y su trono como el sol delante de mí.
37 Como la luna será firme para siempre, y como un testigo fiel en el cielo. (Selah.)
38 ¶ Mas tú desechaste y menospreciaste a tu Ungido; y te has airado con él.
39 Rompiste el pacto de tu esclavo; has profanado su corona hasta la tierra.
40 Aportillaste todos sus vallados; has quebrantado sus fortalezas.
41 Lo saquean todos los que pasaron por el camino; es oprobio a sus vecinos.
42 Has ensalzado la diestra de sus enemigos; has alegrado a todos sus adversarios.
43 Embotaste asimismo el filo de su espada, y no lo levantaste en la batalla.
44 Hiciste cesar su claridad, y echaste su trono por tierra.
45 Has acortado los días de su juventud; le has cubierto de afrenta. (Selah.)
46 ¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá para siempre tu ira como el fuego?
47 Acuérdate de cuán corto sea mi tiempo. ¿Por qué creaste sujetos a vanidad a todos los hijos del hombre?
48 ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su alma de la mano del Seol? (Selah.)
49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias? Has jurado a David por tu verdad.
50 Señor, acuérdate del oprobio de tus esclavos; oprobio que llevo yo en mi seno de muchos pueblos.
51 Porque tus enemigos, oh SEÑOR, han deshonrado, porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu Ungido.
52 Bendito sea el SEÑOR para siempre. Amén, y Amén.
34 Gentiles, allegaos a oír, y escuchad, pueblos. Oiga la tierra y lo que la llene; el mundo y todo lo que él produce.
2 Porque el SEÑOR está airado sobre todos los gentiles, y enojado sobre todo el ejército de ellos; los destruirá y los entregará al matadero.
3 Y los muertos de ellos serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se desleirán por la multitud de su sangre.
4 Y toda la compostura de los cielos se corromperá, y se plegarán los cielos como un libro; y todo su ejército caerá, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.
5 Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.
6 Llena está de sangre la espada del SEÑOR, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de cabritos, de grosura de riñones de carneros; porque el SEÑOR tiene sacrificio en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.
7 Y con ellos vendrán abajo unicornios, y toros con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de grosura.
8 Porque será día de venganza del SEÑOR, año de pagamentos en el pleito de Sion.
9 Y sus arroyos se tornarán en brea; y su polvo en azufre; y su tierra en brea ardiente.
10 No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella.
11 Y la poseerán el pelícano y el mochuelo, la lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella cordel de confusión, y niveles de desolación.
12 Llamarán a sus príncipes, príncipes sin reino; y todos sus grandes serán nada.
13 En sus alcázares crecerán espinas, y ortigas; y cardos, en sus fortalezas; y serán morada de dragones, patio para los pollos de los avestruces.
14 Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el sátiro gritará a su compañero; la lamía también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo.
15 Allí anidará el cuclillo, conservará sus huevos, y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas. También se ayuntarán allí buitres, cada uno con su compañera.
16 Preguntad de lo que está escrito en el libro del SEÑOR, y leed, si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó y su mismo Espíritu los ayuntó.
17 Y él les echó las suertes, y su mano les repartió con cordel; por tanto para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí.
4 ¶ Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que es necesario que sean hechas después de éstas.
2 Y luego yo fui en espíritu; y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.
3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante a una piedra de Jaspe y de Sardónice; y un arco del cielo estaba alrededor del trono, semejante en el aspecto a la esmeralda.
4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sobre los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios.
6 Y delante del trono había como un mar de color de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.
7 Y el primer animal era semejante a un león; y el segundo animal, semejante a un becerro, y el tercer animal tenía el rostro como de hombre; y el cuarto animal, semejante a un águila volando.
8 ¶ Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir.
9 Y cuando aquellos animales dan gloria y honra y alabanza al que está sentado en el trono, al que vive para siempre jamás;
10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás; y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
11 Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas.
Biblia del Jubileo 2000 (JUS) © 2000, 2001, 2010, 2014, 2017, 2020 by Ransom Press International