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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
Números 15

Leyes diversas

15 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Di a los israelitas: Cuando hayáis entrado en la tierra que os doy para que os establezcáis en ella, si presentáis una ofrenda de vacas o de ovejas al Señor, sea en holocausto, o como sacrificio, bien en cumplimiento de una promesa, bien como ofrenda voluntaria o bien con motivo de vuestras fiestas solemnes, para que sea grata al Señor procederéis así:

La persona que presente su ofrenda al Señor traerá como ofrenda de cereal dos kilos y doscientos gramos de flor de harina, amasada con un litro de aceite. Junto con el holocausto o el sacrificio ofrecerá también, por cada cordero, un litro de vino para la libación.

Por cada carnero presentarás como ofrenda de cereal cuatro kilos y medio de flor de harina, amasada con litro y medio de aceite; y litro y medio de vino para la libación, como ofrenda de olor grato al Señor.

Cuando ofrezcas un novillo en holocausto o como sacrificio en cumplimiento de una promesa, o como sacrificio de comunión al Señor, ofrecerás con el novillo una ofrenda de cereal de seis kilos y medio de flor de harina, amasada con dos litros de aceite; 10 y como libación ofrecerás dos litros de vino, como sacrificio por fuego de olor grato al Señor.

11 Así se hará con cada animal sacrificado, sea toro, carnero, cordero o cabrito; 12 cualquiera sea el número de las víctimas que ofrezcáis, así haréis con cada una. 13 Así procederá cada israelita nativo cuando ofrezca un sacrificio por fuego de olor grato al Señor.

14 Y cuando un extranjero que resida entre vosotros, o se encuentre de paso entre vosotros, haga una ofrenda de olor grato al Señor, deberá proceder como vosotros. 15 Tendréis un mismo estatuto para vosotros y para el residente extranjero. Esta será una norma perpetua, válida para todos vuestros descendientes. Tanto tú como el extranjero seréis iguales ante el Señor: 16 tanto vosotros como el residente extranjero tendréis un mismo ritual y unas mismas normas.

17 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

18 — Di a los israelitas: Cuando entréis en la tierra a la cual yo os llevo, 19 y comencéis a comer pan de esa tierra, apartaréis algo como ofrenda al Señor. 20 De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta en ofrenda; lo mismo que hacéis con las primicias de vuestra cosecha. 21 Reservaréis al Señor como ofrenda las primicias de vuestras hornadas a lo largo de todas vuestras futuras generaciones.

22 Puede suceder que por inadvertencia dejéis de obedecer alguno de estos mandamientos que el Señor ha comunicado a Moisés, 23 es decir, alguna de las cosas que el Señor os ha ordenado por medio de Moisés, desde el día que el Señor lo mandó para todas vuestras generaciones. 24 Si el pecado fue cometido inadvertidamente, sin que la comunidad se hubiese percatado del hecho, toda la comunidad ofrecerá un novillo como holocausto de olor grato al Señor, con su correspondiente ofrenda de cereal y su libación, y un macho cabrío como ofrenda de purificación. 25 El sacerdote hará así expiación por toda la comunidad israelita, que podrá ser perdonada, pues fue un error involuntario; por este error y por todos sus errores involuntarios ha presentado su ofrenda de alimentos al Señor, y su ofrenda de purificación ante el Señor. 26 Tanto la comunidad israelita como el residente extranjero serán perdonados, ya que se trata de un error involuntario de todo el pueblo.

27 Si es una sola persona la que ha pecado por inadvertencia, ofrecerá una cabra de un año como ofrenda de purificación. 28 El sacerdote hará expiación ante el Señor por esa persona que ha pecado por inadvertencia, cometiendo así una falta involuntaria; hará expiación por ella y será perdonada. 29 Utilizaréis el mismo ritual con respecto a quien peque involuntariamente, tanto si es ciudadano israelita como si es un residente extranjero que vive entre vosotros.

30 Pero la persona, sea ciudadano nativo o residente extranjero, que cometa un pecado a sabiendas, ultraja al Señor y debe ser extirpada de su pueblo. 31 Por cuanto menospreció la palabra del Señor y violó su mandamiento, esa persona será inexorablemente extirpada [del pueblo] y cargará con las consecuencias de su pecado.

Violación del sábado

32 Estando los israelitas en el desierto, sorprendieron a un hombre que estaba recogiendo leña en sábado. 33 Los que lo hallaron realizando tal actividad, lo llevaron ante Moisés, Aarón y toda la comunidad, 34 y lo pusieron bajo custodia, porque aún no estaba especificado qué se debía hacer en tales casos. 35 Entonces el Señor dijo a Moisés:

— Esa persona debe ser condenada a muerte y toda la comunidad deberá darle muerte a pedradas, fuera del campamento.

36 Entonces la comunidad sacó al culpable fuera del campamento y lo apedrearon hasta darle muerte, tal como el Señor había mandado a Moisés.

Borlas en los vestidos

37 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

38 — Manda a los israelitas que ellos y todos sus descendientes se hagan borlas en los bordes de sus vestidos y que las aten con un cordón de color púrpura violeta. 39 Esto os servirá de señal para que, cuando lo veáis, os acordéis de todos los mandamientos del Señor y los obedezcáis, apartando así vuestro corazón y vuestros ojos de esos deseos inconfesables que os conducen a la infidelidad. 40 De esta manera recordaréis y cumpliréis todos mis mandamientos, viviendo como consagrados a mí que soy vuestro Dios. 41 Yo, el Señor, soy vuestro Dios que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo soy el Señor, vuestro Dios.

Salmos 51

Salmo 51 (50)

Dios, apiádate de mí

51 Al maestro del coro. Salmo de David. Cuando, tras haber mantenido relaciones con Betsabé, lo visitó el profeta Natán.

Apiádate de mí, oh Dios, por tu amor,
por tu gran compasión borra mi falta;
límpiame por entero de mi culpa,
purifícame de mis pecados.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, sólo contra ti pequé,
yo hice lo que tú aborreces;
así que serás justo en tu sentencia,
serás irreprochable cuando juzgues.
Yo, en la culpa fui engendrado,
en pecado me concibió mi madre.
Tú amas la verdad en lo más íntimo,
la sabiduría me muestras en lo oculto.
Rocíame con hisopo y quedaré purificado,
límpiame y seré más blanco que la nieve.
10 Déjame sentir la alegría y el regocijo;
que se gocen los huesos que dañaste.
11 Aparta tu rostro de mis pecados,
borra tú todas mis culpas.
12 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme.
13 No me alejes de tu presencia,
no apartes de mí tu santo espíritu.
14 Devuélveme el gozo de tu salvación,
que un espíritu generoso me sostenga.
15 Yo enseñaré tus sendas a los malvados
y los pecadores regresarán a ti.
16 Líbrame de verter sangre,
oh Dios, Dios que me salvas,
y mi lengua cantará tu justicia.
17 Señor, abre mis labios
y mi boca pregonará tu alabanza.
18 No te satisfacen los sacrificios,
si te ofrezco un holocausto no lo quieres.
19 El sacrificio a Dios es un espíritu apenado,
tú, Dios, no rechazas el corazón dolorido y humilde.
20 Favorece complacido a Sión,
reconstruye los muros de Jerusalén;
21 entonces te agradarán los sacrificios justos,
los holocaustos y el sacrificio perfecto,
entonces sobre tu altar te ofrecerán novillos.

Isaías 5

Canción de la viña

Voy a cantar por mi amigo
la canción de amor por su viña:
Mi amigo tenía una viña
en una fértil colina.
La cavó y la descantó,
y plantó cepas selectas.
Levantó en medio una torre
y excavó en ella un lagar.
Esperó que diera uvas,
pero sólo crió agraces.
Ahora, vecinos de Jerusalén,
habitantes todos de Judá,
juzgad entre mí y mi viña.
¿Qué puedo hacer por mi viña
que aún no haya hecho?
¿Por qué, si esperaba uvas,
ella sólo produjo agraces?
Ahora os daré a conocer
lo que voy a hacer con mi viña:
derribar su cerca y que sirva de pasto,
romper su muro y que sea pisoteada.
Pienso acabar con ella:
nadie la podará ni escardará,
cardos y zarzas crecerán;
voy a ordenar a las nubes
que no la rieguen con lluvia.
La viña del Señor del universo
es la casa de Israel;
los habitantes de Judá,
su plantel predilecto.
Esperaba de él derecho,
y ya veis: asesinatos;
esperaba de él justicia,
y sólo se escuchan alaridos.

Dirigentes injustos y alocados

¡Ay de los que especulan con casas
y juntan campo con campo,
hasta no dejar ya espacio
y ocupar solos el país!
Por eso ha jurado el Señor del universo
que sus muchas casas quedarán desoladas
(las grandes y lujosas), vacías de vecinos.
10 Pues diez yugadas de viña
sólo darán una cántara,
y una carga de semilla
sólo dará una canasta.
11 ¡Ay de los que ya de madrugada
andan en busca de licores,
y siguen así hasta el ocaso,
hasta que el vino los enchispa!
12 Andan entre arpas y cítaras,
entre panderos y flautas,
y con vino en sus banquetes,
y no advierten la obra del Señor,
no ven lo que hacen sus manos.
13 Por eso irá mi pueblo al destierro,
por falta de perspicacia,
con sus nobles hambrientos,
sus notables abrasados por la sed.
14 Por eso abre sus fauces
el reino de los muertos
y dilata su boca sin medida,
para tragar su gloria y su nobleza,
todo su bullicio y su alegría.
15 El mortal quedó rebajado,
el ser humano quedó humillado,
humillados los ojos altaneros.
16 El Señor del universo
quedó ensalzado en el juicio,
el Dios santo demostró
su santidad sentenciando.
17 Corderos pacerán como en sus prados,
chivos extranjeros pastarán entre ruinas.
18 ¡Ay de los que van arrastrando
la culpa como con cuerdas de buey,
el pecado como con sogas de carreta!
19 Los que dicen: “deprisa,
que acelere su obra y la veamos;
que se acerque, que llegue
el plan del Santo de Israel,
y así lo conozcamos”
20 ¡Ay de los que llaman
bien al mal y mal al bien,
que hacen luz de la tiniebla
y tiniebla de la luz,
toman lo amargo por dulce
y lo dulce por amargo!
21 ¡Ay de los que se creen sabios,
y se tienen por juiciosos!
22 ¡Ay de los valientes con el vino,
de los campeones mezclando licores,
23 que absuelven al culpable por dinero
y deniegan la justicia al inocente!
24 Por eso, como lame el fuego la paja
y la llama consume la rastrojera,
así su raíz acabará podrida,
su flor volará como el tamo;
pues rechazaron la ley del Señor del universo,
despreciaron la palabra del Santo de Israel.

La mano amenazante del Señor

25 Por eso arde en cólera el Señor contra su pueblo,
y ha alargado hacia él su mano para herirlo;
tiemblan los montes y aparecen sus cadáveres,
lo mismo que basura en medio de las calles.
Y con todo no se sacia su cólera,
su mano sigue amenazante.
26 Alzará una enseña a un pueblo lejano,
le silbará desde el confín de la tierra.
¡Mirad qué ágil, qué rápido llega!
27 Ni se cansa ni tropieza,
ni dormita ni se duerme;
no se quita el cinturón de sus lomos,
ni se suelta el cordón de su calzado.
28 Tiene afiladas sus flechas,
todos sus arcos bien tensos;
son como pedernal
los cascos de sus caballos,
y sus ruedas, torbellino.
29 Su rugido es de león,
ruge como los leoncillos,
brama y atrapa la presa,
la retiene sin remedio.
30 Bramará aquel día contra él
lo mismo que brama el mar.
La tierra aparecerá
cubierta de densa niebla,
la luz se oscurecerá
metida entre nubarrones.

Hebreos 12

Jesús, modelo de constancia

12 Estamos, pues, rodeados de una ingente muchedumbre de testigos. Así que desembaracémonos de todo impedimento, liberémonos del pecado que nos cerca y participemos con perseverancia en la carrera que se nos brinda. Hagámoslo con los ojos puestos en Jesús, origen y plenitud de nuestra fe. Jesús, que, renunciando a una vida placentera, afrontó sin acobardarse la ignominia de la cruz y ahora está sentado junto al trono de Dios. Tened, por tanto, en cuenta a quien soportó una oposición tan fuerte de parte de los pecadores. Si lo hacéis así, el desaliento no se apoderará de vosotros.

Pedagogía paternal de Dios

En realidad, aún no habéis llegado a derramar sangre en vuestra lucha contra el pecado, pero sí habéis olvidado la exhortación paternal que os dirige la Escritura: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni pierdas el ánimo cuando él te reprenda, pues el Señor corrige a quien ama y castiga a quien reconoce como hijo. Aceptad vosotros la corrección, que es señal de que Dios os trata como a hijos. ¿Hay, en efecto, algún padre que no corrija a su hijo? Pero si quedáis privados de la corrección que todos reciben, es que sois bastardos y no hijos legítimos.

Además, si en la tierra hemos tenido unos padres que nos han corregido y, sin embargo, los hemos respetado, ¿no deberemos, con mucha más razón, someternos al Padre sobrenatural si queremos tener vida? 10 Aquellos, en efecto, nos educaban según sus criterios para una vida corta; este, en cambio, nos educa para algo provechoso, a saber, para que participemos de su propia santidad. 11 Ninguna corrección resulta un plato de gusto cuando se recibe; al contrario, es desagradable. Mas a la postre, a quienes se sirven de ella para ejercitarse, les reporta frutos de paz y rectitud. 12 Así pues, armaos de valor y no os dejéis vencer por el cansancio, 13 y encaminad vuestros pasos por senderos llanos para que el pie cojo no sufra una nueva torcedura, sino que pueda, más bien, sanar.

V.— JESUCRISTO, FUENTE Y MODELO DE VIDA CRISTIANA (12,14—13,19)

Fidelidad a la vocación cristiana

14 Procurad estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor. 15 Manteneos vigilantes para que nadie quede privado de la gracia de Dios; para que ninguna planta dañina, capaz de perturbar y emponzoñar a toda una multitud, crezca entre vosotros; 16 para que nadie viva entregado a la lujuria o a una conducta irreligiosa como Esaú que, por un solo plato de comida, cedió sus derechos de primogénito. 17 Más tarde, como sabéis, quiso recibir en herencia la bendición, pero en vano; aunque lo suplicó entre lágrimas, ya no pudo cambiar lo que había hecho.

18 Vosotros no os habéis acercado a una montaña de esta tierra. No habéis tenido que enfrentaros a un fuego ardiente, a las oscuras tinieblas o al fragor de la tormenta; 19 tampoco al clamor de la trompeta o al sonido de aquellas palabras que, al oírlo, hizo suplicar a los israelitas que no les hablara Dios. 20 Y es que les resultaba intolerable lo que se les había prescrito: Cualquiera que ponga el pie en la montaña, aunque se trate de un animal, morirá apedreado. 21 Era tan estremecedor el espectáculo, que el mismo Moisés exclamó: Estoy aterrorizado y lleno de miedo.

No rechazar al Señor

22 Vosotros, en cambio, os habéis acercado a la montaña de Sión, a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, a la multitud festiva de los ángeles, 23 a la asamblea de quienes han sido inscritos como primeros ciudadanos de los cielos, a Dios que es juez de todos, a los espíritus de los que, habiendo vivido rectamente, han alcanzado la meta, 24 a Jesús, en fin, mediador de una alianza nueva, cuya sangre, rociada sobre nosotros, clama con más elocuencia que la de Abel.

25 Estad, pues, atentos a no rechazar la voz de Dios. Porque si los que rechazaron a quien hablaba desde la tierra no consiguieron escapar, ¿qué sucederá con nosotros si volvemos la espalda a quien nos habla desde el cielo? 26 Entonces su voz hizo temblar la tierra; ahora mantiene lo que prometió cuando dijo: Haré temblar una vez más no sólo la tierra, sino también el cielo. 27 Con las palabras “una vez más” indica que lo inestable, por ser criatura, va a ser transformado y sólo permanecerá lo inconmovible. 28 Y puesto que somos nosotros los que recibimos ese reino inconmovible, seamos agradecidos, tributemos a Dios un culto agradable con reverencia y respeto. 29 Que no en vano nuestro Dios es un fuego devorador.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España