M’Cheyne Bible Reading Plan
Dios hace una promesa a David
(1 Cr 17:1-15)
7 Cuando el rey David se instaló en su palacio, el SEÑOR le dio descanso de todos los enemigos que lo rodeaban. 2 El rey David le dijo al profeta Natán:
—Mira, ahora vivo en una buena casa hecha de cedro, mientras que el cofre de Dios se encuentra en una carpa.
3 Natán le respondió:
—Disponga Su Majestad, que el SEÑOR está con usted.
4 Pero aquella noche, la palabra del SEÑOR vino a Natán, diciendo:
5 «Dile a mi siervo David que el SEÑOR dice: “No eres tú quien me construirá una casa para que yo viva en ella. 6 Cuando saqué de Egipto al pueblo de Israel, no vivía en una casa, sino que viajaba en una carpa que era mi casa. 7 He estado por todo Israel pero ¿acaso he pedido a alguno de los jefes que elegí para que guiara a mi pueblo que me construyera una casa de cedro?” 8 También dile: “Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: Yo te elegí cuando pastoreabas las ovejas, te saqué de eso y te hice el líder de mi pueblo, Israel. 9 He estado contigo dondequiera que has ido. He derrotado a tus enemigos y te haré uno de los personajes más famosos del mundo. 10 También elegí un lugar para mi pueblo Israel. Lo he establecido en ese lugar para que tenga un sitio propio y allí nadie los moleste ni la gente mala los oprima como sucedió antes, 11 cuando envié jefes para que dirigieran al pueblo de Israel. Te libraré de todos tus enemigos y yo, el SEÑOR, quiero que sepas que te daré descendencia.[a]
12 »”Cuando llegues al final de tu vida, morirás y serás sepultado con tus antepasados, pero entonces haré rey a uno de tus hijos y protegeré su reino. 13 Él me construirá una casa para mi nombre, y yo fortaleceré su reino para siempre. 14 Yo seré su padre y él será mi hijo.[b] Cuando peque, lo castigaré como un padre azota a su hijo. 15 Pero yo nunca le quitaré mi fiel amor, como se lo quité a Saúl a quien hice a un lado cuando me dirigí a ti. 16 Puedes estar seguro de que en tu familia seguirá habiendo reyes. Porque yo te favorezco, tu dinastía durará para siempre”».
17 Natán le informó a David sobre esa visión y todo lo que Dios había dicho.
Oración de David
18 Entonces el rey David fue y se sentó en la presencia del SEÑOR[c] y le dijo:
«Mi Señor DIOS, ¿por qué soy tan importante para ti? ¿Por qué es importante mi familia? ¿Por qué me has hecho tan importante? 19 Mi Señor DIOS, he recibido tanto y aun así te ha parecido poco, pues me has hecho a mí, siervo tuyo, grandes promesas sobre el futuro de mi dinastía. ¿Es esta la manera que usas para tratar con la gente, Oh Señor mi DIOS?[d] 20 ¿Qué más puedo decirte? Mi Señor DIOS, tú sabes que yo sólo soy un siervo. 21 Has hecho todo esto que es tan grande para tu siervo[e] porque así lo decidiste, y todo esto se lo has revelado a tu siervo. 22 Mi Señor DIOS, ¡por eso eres tan grande! Todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos nos lleva a una sola conclusión: tú eres el único Dios y no existe nadie como tú. 23 ¿Qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel? Tú lo salvaste para hacerlo tu pueblo e hiciste que tu nombre se conociera al hacer por tu pueblo prodigios y maravillas. Tú expulsaste a las naciones y a sus dioses delante de tu pueblo que rescataste de Egipto.[f] 24 SEÑOR, tú mismo te convertiste en Dios de Israel y lo hiciste tu pueblo. Israel es tu pueblo por siempre y tú eres su Dios.
25 »Ahora, SEÑOR mi Dios, confirma para siempre tu promesa con respecto a mí, tu siervo, y a mi dinastía. Haz conforme a todo lo que has dicho. 26 Entonces tu nombre recibirá honor por siempre y el pueblo dirá: “El SEÑOR Dios Todopoderoso reina sobre Israel. Que la dinastía de tu siervo David siga fuerte a tu servicio”. 27 Tú, SEÑOR Todopoderoso, Dios de Israel, has revelado a tu siervo que establecerás mi dinastía, por eso yo, tu siervo, me he atrevido a hacer esta oración. 28 Mi Señor DIOS, tú eres Dios y tus palabras son verdaderas. Tú le has prometido todo este bien a tu siervo. 29 Te ruego el favor de bendecir a mi dinastía para que siga por siempre a tu servicio. Mi Señor DIOS, como lo prometiste, has bendecido a mi dinastía de una manera que será bendita para siempre».
1 Cordial saludo a la iglesia de Dios que está en Corinto y a todo el pueblo santo de la provincia de Acaya, de parte de Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y de Timoteo, nuestro hermano.
2 Que la paz y las bendiciones de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo estén con ustedes.
Pablo agradece a Dios
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre nos da consuelo. 4 Dios nos consuela en todos nuestros sufrimientos para que también nosotros podamos consolar a quienes sufren, dándoles el mismo consuelo que recibimos de él. 5 Así como compartimos los enormes sufrimientos de Cristo, podemos compartir con otros el consuelo que él nos da. 6 Si sufrimos, es para el consuelo y la salvación de todos ustedes. Igualmente, si tenemos consuelo es para consolarlos y darles fortaleza para enfrentar con paciencia los mismos sufrimientos que tenemos nosotros. 7 Confiamos totalmente en ustedes porque sabemos que así como comparten nuestro sufrimiento, también comparten nuestro consuelo.
8 Hermanos, queremos que sepan acerca de los problemas que afrontamos en Asia. Tuvimos que soportar una carga demasiado pesada para nosotros y estábamos tan desesperados que incluso perdimos la esperanza de seguir viviendo. 9 En el fondo de nuestro corazón sentíamos que se nos había dado sentencia de muerte; sin embargo, esto sucedió para que aprendiéramos a dejar de confiar en nosotros mismos y confiáramos en Dios, quien es capaz de resucitar a los muertos. 10 Él nos rescató del gran peligro de la muerte y nos seguirá rescatando. Pusimos nuestra esperanza en Dios y él nos rescatará de nuevo 11 si ustedes nos ayudan con sus oraciones. Si muchos oran por nosotros, también habrá muchos que den gracias a Dios por el beneficio que recibimos de él.
Cambio en los planes de Pablo
12 Estamos orgullosos de esto y lo podemos decir con la conciencia limpia que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con ustedes, con toda la sinceridad que viene de Dios. No nos guiamos por la sabiduría humana, sino por el generoso amor de Dios. 13 No hay nada escrito entre líneas en nuestras cartas. Lo que quiero decir no está oculto. Así que espero que lleguen a comprendernos del todo, 14 como hasta cierto punto nos han entendido. Así estarán orgullosos de nosotros, al igual que nosotros lo estaremos de ustedes el día en que regrese nuestro Señor Jesús.
15 Como estaba confiado en esto, decidí venir a visitarlos primero para que pudieran recibir la bendición de dos visitas mías. 16 Mi plan era pasar a visitarlos cuando fuera camino a Macedonia y visitarlos de nuevo en mi viaje de regreso. Pensaba que ustedes podrían ayudarme con mi viaje a Judea. 17 Espero que no piensen que hice estos planes a la ligera, o que me gusta ser como la gente de este mundo que en un momento dice «sí» y al instante dice «no».
18 Así como Dios es digno de confianza, pueden también confiar en que lo que les decimos nosotros nunca es «sí» y «no» al mismo tiempo. 19 Jesucristo, el Hijo de Dios, de quien les hemos hablado Silas, Timoteo y yo, no era «sí» y «no» a la vez. Por el contrario, Cristo siempre ha sido el «sí». 20 No importa cuántas promesas haya hecho Dios, Cristo siempre ha sido el «sí» de todas ellas. Por eso, por medio de Jesucristo, cuando alabamos a Dios decimos: «Así sea». 21 Dios nos da la garantía de que ustedes y nosotros pertenecemos a Jesucristo y nos ha consagrado.[a] 22 Nos ha puesto una marca que muestra que le pertenecemos: el Espíritu en nuestros corazones como un adelanto que garantiza que nos dará todo lo que nos ha prometido.
23 Pongo a Dios por testigo de lo que digo: les doy mi palabra que la razón por la cual no he vuelto a Corinto es porque no he querido castigarlos ni causarles dolor. 24 Esto no quiere decir que tratemos de controlar su fe, porque estamos seguros de que su fe es muy fuerte. Lo que queremos es trabajar junto con ustedes para que sean felices.
Israel es como una viña inútil
15 El SEÑOR me dijo:
2 «Hijo de hombre,
¿cuál es la diferencia entre la leña de la vid[a]
y la madera de los demás árboles?
3 ¿Acaso la usan los artesanos para sus trabajos?
¿Es que siquiera la usa la gente para hacer una percha?
4 La leña de la vid sólo sirve como combustible.
El fuego la consume por los extremos
hasta que la quema por dentro.
¿Puede acaso usarla así el artesano?
5 Si ni siquiera servía cuando estaba entera,
mucho menos después que el fuego la consume.
6 »Por lo tanto, dice el Señor DIOS:
Así como he destinado para el fuego a la leña de la vid,
más que ningún otro tipo de madera;
así he destinado para lo mismo
a los habitantes de Jerusalén.
7 Me enfrentaré a ellos.
Tal vez sobrevivan a un fuego,
pero otro acabará con ellos.
Y cuando me les enfrente,
sabrán que yo soy el SEÑOR.
8 Tengo planeado destruir este país
por la rebeldía de sus habitantes.
Esto lo afirma el Señor DIOS».
El Señor ve mi sufrimiento
Al director. Al compás de «La paloma de los robles distantes». Poema de David, cuando los filisteos lo capturaron en Gat.
1 Dios mío, ten compasión de mí,
porque hay gente que me persigue.
En todo momento me ataca y oprime.
2 Mis enemigos me atacan constantemente,
son muchos los que me atacan con arrogancia.
3 Pero cuando siento miedo,
pongo toda mi confianza en ti.
4 Confío en Dios y alabo su promesa.
Si tengo puesta mi confianza en él,
¿qué podrá hacerme el ser humano?
5 Siempre están tergiversando mis palabras
y planeando hacerme daño.
6 Se reúnen y me acechan,
vigilan todos mis movimientos,
esperando la oportunidad de asesinarme.
7 ¿Será que van a escapar de su propia maldad?
Dios mío, destruye con tu furia a esos pueblos.
8 Tú has visto mi sufrimiento,
has recogido mis lágrimas.
¿Acaso no tienes todo eso registrado en tu libro?
9 Mis enemigos huirán cuando yo pida tu ayuda.
Yo sé que Dios está de mi parte.
10 Alabo a Dios por su promesa,
alabo al SEÑOR por la promesa que me hizo.
11 Confío en Dios y no siento miedo.
¿Qué puede hacerme el ser humano?
12 Dios mío, cumpliré las promesas que te he hecho.
Te agradeceré por todo lo que hagas.
13 Porque tú me rescataste
y me salvaste de la muerte.
Me ayudaste a no ser derrotado para que ande en la presencia de Dios,
bajo la luz que sólo los que tienen vida pueden ver.
Señor, busco tu protección
Al director. Al compás de «No destruyas». Poema de David, cuando escapó de Saúl y entró a la cueva.
1 Ten compasión de mí, Dios mío,
ten compasión de mí.
Sé bueno conmigo,
porque yo confío en ti.
Busco protección bajo tus alas
hasta que pase el peligro.
2 Le pido ayuda a Dios Altísimo,
el Dios que me protege.
3 Desde el cielo él me ayuda y me salva,
vence a los que me atacan. Selah
Me envía su fiel amor y lealtad.
4 Estoy rodeado de enemigos
que son como leones que devoran a la gente.
Sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
5 Dios mío, levántate más allá del cielo,
que tu gloria cubra toda la tierra.
6 Mis enemigos me habían puesto una trampa,
alistaron una red para atraparme,
cavaron una fosa para que yo cayera en ella,
pero ellos cayeron en su propia trampa. Selah
7 Dios mío, mi corazón está firme.
He tomado una decisión:
Te cantaré y alabaré.
8 ¡Me voy a despertar![a]
Arpa y lira, ¡despierten!
Despertaré el nuevo día.
9 Te alabaré entre las naciones, oh Señor,
te cantaré alabanzas entre los pueblos.
10 Porque tu fiel amor es tan grande que llega hasta el cielo,
y tu fidelidad llega hasta las nubes.
11 Dios mío, levántate más allá del cielo,
que tu gloria cubra toda la tierra.
© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International