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Read the Gospels in 40 Days

Read through the four Gospels--Matthew, Mark, Luke, and John--in 40 days.
Duration: 40 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Lucas 19-20

Zaqueo

19 Cuando Jesús entró en Jericó, pasaba por la ciudad(A). Y un hombre llamado[a] Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos[b] y era rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, ya que Zaqueo era de pequeña estatura. Corriendo delante, se subió a un árbol sicómoro y así lo podría ver(B), porque Jesús estaba a punto de pasar por allí.

Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa». Entonces él se apresuró a descender y lo recibió con gozo[c]. Al ver esto, todos murmuraban: «Ha ido a hospedarse con[d] un hombre pecador».

Pero Zaqueo, puesto en pie, dijo a Jesús(C): «Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado(D) a alguien, se lo restituiré cuadruplicado(E)». «Hoy ha venido la salvación a esta casa», le dijo Jesús, «ya que él también es hijo de Abraham(F); 10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido(G)».

Parábola de las minas

11 Estando ellos oyendo estas cosas, Jesús continuó diciendo una parábola, porque Él estaba cerca de Jerusalén(H) y ellos pensaban que el reino de Dios iba a aparecer(I) de un momento a otro. 12 Por eso dijo: «(J)Cierto hombre de familia noble fue a un país lejano a recibir un reino para sí y después volver. 13 Llamando a diez de sus siervos, les repartió diez minas[e] y les dijo: “Negocien con esto hasta que yo regrese[f]”. 14 Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron una delegación tras él, diciendo: “No queremos que este reine sobre nosotros”.

15 »Y al regresar él, después de haber recibido el reino, mandó llamar a su presencia a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que habían ganado negociando[g]. 16 Se presentó el primero, diciendo: “Señor, su moneda se ha multiplicado diez veces”. 17 Y él le dijo: “Bien hecho, buen siervo, puesto que has sido fiel en lo muy poco(K), ten autoridad sobre diez ciudades”. 18 Entonces vino el segundo, diciendo: “Su moneda, señor, se ha multiplicado cinco veces”. 19 Dijo también a este: “Y tú vas a estar[h] sobre cinco ciudades”.

20 »Y vino otro, diciendo: “Señor, aquí está su moneda, que he tenido guardada en un pañuelo; 21 pues a usted le tenía miedo, porque es un hombre exigente, que recoge lo que no depositó y siega lo que no sembró”. 22 Él le contestó*: “Siervo inútil[i], por tus propias palabras[j] te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré? 23 Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco, y al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?”. 24 Y dijo a los que estaban presentes: “Quítenle la moneda y dénsela al que tiene las diez monedas”. 25 Ellos le dijeron: “Señor, él ya tiene diez monedas”. 26 Les digo, que a cualquiera que tiene, más le será dado, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará(L). 27 Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellos(M), tráiganlos acá y mátenlos delante de mí(N)».

La entrada triunfal

28 Habiendo dicho esto, Jesús iba delante, subiendo hacia Jerusalén(O).

29 (P)Cuando se acercó a Betfagé y a Betania(Q), cerca del monte que se llama de los Olivos[k](R), envió a dos de los discípulos, 30 diciéndoles: «Vayan a la aldea que está enfrente, en la cual, al entrar, encontrarán un pollino atado sobre el cual nunca se ha montado nadie[l]; desátenlo y tráiganlo. 31 Y si alguien les pregunta: “¿Por qué lo desatan?”, de esta manera hablarán: “Porque el Señor lo necesita”».

32 Entonces los enviados fueron y lo encontraron como Él les había dicho. 33 Mientras desataban el pollino, sus dueños[m] les dijeron: «¿Por qué desatan el pollino?». 34 Les respondieron: «Porque el Señor lo necesita». 35 Lo trajeron a Jesús, (S)y echando sus mantos sobre el pollino, pusieron a Jesús sobre él. 36 Y mientras Él iba avanzando, tendían sus mantos por el camino.

37 Cuando ya se acercaba, junto a la bajada del monte de los Olivos(T), toda la multitud de los discípulos, regocijándose, comenzó a alabar a Dios(U) a gran voz por todas las maravillas[n] que habían visto, 38 diciendo:

«¡Bendito(V) el Rey que viene en el nombre del Señor(W)!
¡Paz en el cielo y gloria en las alturas(X)!».

39 Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron(Y): «Maestro, reprende a Tus discípulos». 40 Pero Él respondió: «Les digo que si estos se callan, las piedras clamarán(Z)».

Jesús llora sobre Jerusalén

41 Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella(AA), 42 diciendo: «¡Si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. 43 Porque sobre ti vendrán días, cuando[o] tus enemigos echarán terraplén delante de ti(AB), te sitiarán y te acosarán por todas partes(AC). 44 Te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra(AD), porque no conociste el tiempo de tu visitación(AE)».

Jesús echa a los mercaderes del templo

45 (AF)Entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, 46 diciéndoles: «Escrito está: “Mi casa será casa de oración(AG) pero ustedes la han hecho cueva de ladrones(AH)”».

Jesús enseña en el templo

47 Jesús enseñaba diariamente en el templo(AI). Pero los principales sacerdotes, los escribas y los más prominentes del pueblo procuraban matar a Jesús(AJ); 48 y no encontraban la manera de hacerlo[p], porque todo el pueblo estaba pendiente de Él, escuchando lo que decía.

La autoridad de Jesús puesta en duda

20 (AK)Aconteció que en uno de los días, cuando Jesús enseñaba a la gente en el templo(AL) y anunciaba[q] el evangelio(AM), se enfrentaron a Él los principales sacerdotes y los escribas con los ancianos(AN), y le dijeron: «Dinos, ¿con qué autoridad haces estas cosas, o quién te dio esta autoridad?».

Jesús les respondió: «Yo también les haré una pregunta[r]; quiero que me digan: El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?». Y ellos razonaban entre sí, diciendo: «Si decimos: “Del cielo”, Él dirá: “¿Por qué no le creyeron?”. Pero si decimos: “De los hombres”, todo el pueblo nos matará a pedradas, pues están convencidos de que Juan era un profeta(AO)».

Y respondieron que no sabían de dónde era. Jesús entonces les dijo: «Tampoco Yo les diré[s] con qué autoridad hago estas cosas».

Parábola de los labradores malvados

(AP)Entonces comenzó a contar al pueblo esta parábola: «Un hombre plantó una viña, y la arrendó a labradores, y se fue de viaje por mucho tiempo. 10 Al tiempo de la vendimia envió un siervo a los labradores para que le dieran parte del fruto de la viña; pero los labradores, después de golpearlo, lo enviaron con las manos vacías. 11 Volvió a enviar otro siervo; y ellos también a este, después de golpearlo y ultrajarlo, lo enviaron con las manos vacías. 12 Después envió un tercero; y a este también lo hirieron y echaron fuera.

13 »Entonces el dueño[t] de la viña dijo: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán(AQ)”. 14 Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: “Este es el heredero; vamos a matarlo para que la heredad sea nuestra”. 15 Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron. Por tanto, ¿qué les hará el dueño de la viña? 16 Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará la viña a otros(AR)». Y cuando ellos oyeron esto, dijeron: «¡Nunca suceda tal cosa(AS)!».

17 Pero Él, mirándolos fijamente, dijo: «Entonces, ¿qué quiere decir[u] esto que está escrito:

La piedra que desecharon los constructores(AT),
Esa, en piedra angular[v] se ha convertido(AU)”?

18 Todo el que caiga sobre esa piedra será hecho pedazos; y sobre quien ella caiga, lo esparcirá como polvo(AV)».

El pago del impuesto a César

19 Los escribas y los principales sacerdotes procuraron arrestar a Jesús(AW) en aquella misma hora, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo. 20 (AX)Para sorprender a Jesús en alguna declaración[w](AY), lo acechaban, enviando espías que fingieran ser justos, y así lo podrían entregar al poder y autoridad del gobernador(AZ).

21 Y le preguntaron: «Maestro, sabemos que hablas y enseñas rectamente, y no te guías por las apariencias[x], sino que enseñas con verdad el camino de Dios. 22 ¿Nos es lícito pagar[y] impuesto a César(BA), o no?». 23 Pero Jesús, percibiendo su astucia, les dijo: 24 «Traigan un denario[z]. ¿De quién es la imagen y la inscripción que lleva?». «De César», contestaron.

25 Entonces Jesús les dijo: «Pues den a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios(BB)». 26 Y no podían sorprender a Jesús en palabra alguna[aa](BC) delante del pueblo; y maravillados de Su respuesta, se callaron.

Pregunta sobre la resurrección

27 (BD)Acercándose a Él algunos de los saduceos, los que dicen que no hay resurrección, 28 Le dijeron: «Maestro, Moisés nos escribió: “Si el hermano de alguien muere, siendo casado, y no deja hijos, que su hermano tome la mujer y levante descendencia a su hermano(BE)”. 29 Eran, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin dejar hijos; 30 y el segundo[ab] 31 y el tercero la tomaron; y de la misma manera también los siete, y murieron sin dejar hijos. 32 Por último, murió también la mujer. 33 Por tanto, en la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer».

34 Jesús les respondió: «Los hijos de este siglo(BF) se casan y son dados en matrimonio. 35 Pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo(BG) y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni son dados en matrimonio. 36 Tampoco pueden morir, pues son como ángeles, y son hijos de Dios(BH), siendo hijos de la resurrección. 37 Pero que los muertos resucitan, aun Moisés lo enseñó, en aquel pasaje sobre la zarza ardiendo, donde llama al Señor, el Dios de Abraham, y Dios de Isaac, y Dios de Jacob(BI). 38 Él no es Dios de muertos, sino de vivos(BJ); porque todos viven para Él(BK)».

39 Algunos de los escribas respondieron: «Maestro, bien has hablado». 40 Y ya no se atrevían a hacer más preguntas(BL).

Jesús, Hijo y Señor de David

41 (BM)Entonces Jesús les preguntó: «¿Cómo es que dicen que el Cristo[ac] es hijo de David(BN)? 42 Pues David mismo dice en el libro de los Salmos:

El Señor dijo a mi Señor:
Siéntate a Mi diestra(BO),
43 Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies(BP)”».

44 «David, por tanto, lo llama “Señor”. ¿Cómo, pues, es Él su hijo?».

Advertencia contra los escribas

45 (BQ)Mientras todo el pueblo escuchaba, dijo a Sus discípulos: 46 «Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes(BR); 47 que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; ellos recibirán mayor condenación».

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