Se mandó entonces traer de la casa de Ozías a Aquior, quien apenas llegó y vio la cabeza de Holofernes en manos de un hombre, en medio del pueblo allí reunido, cayó al suelo sin sentido.
Algunos de ellos fueron a la casa de Ozías para llamar a Aquior. Cuando éste llegó, vio que uno de los hombres tenía en la mano la cabeza de Holofernes, y se desmayó.