»Digan: “Al Señor nuestro Dios pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, a los habitantes de Judá y de Jerusalén, lo mismo que a nuestros reyes, gobernantes, sacerdotes y profetas, y a nuestros padres, toca ahora la humillación.
Baruc le dijo a los israelitas: «Pidan perdón a Dios de la siguiente manera: »Dios nuestro, reconocemos que hemos pecado contra ti. Tanto nosotros como nuestros reyes y gobernantes, nuestros sacerdotes y profetas, y aun nuestros antepasados, merecemos la vergüenza que ahora sufrimos. De esto tú no tienes la culpa;