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Read the New Testament in 24 Weeks

A reading plan that walks through the entire New Testament in 24 weeks of daily readings.
Duration: 168 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Hechos 24-25

Defensa de Pablo ante el gobernador

24 Cinco días después, el sumo sacerdote Ananías fue a Cesarea con algunos ancianos líderes judíos y con un abogado llamado Tértulo. Ellos fueron allí para acusar a Pablo ante el gobernador. Pablo llegó a la reunión y Tértulo empezó a hacer sus acusaciones, diciendo ante Félix:

—Gracias a su prudencia gozamos de paz y tranquilidad, y nuestra nación está siendo bien gobernada. Su autoridad, excelentísimo Félix, siempre es muy bien recibida con gratitud en todas partes. Pero no quiero quitarle más tiempo, sólo le pido que tenga la bondad de escuchar unas cuantas palabras. Este hombre causa alborotos entre los judíos en todas partes del mundo y es uno de los cabecillas de la secta de los nazarenos. Intentó hacer lo que está prohibido en el templo santo, pero nosotros se lo impedimos.[a] Usted mismo puede interrogarlo para que compruebe que todas estas acusaciones son ciertas.

Los otros judíos estaban de acuerdo, diciendo que todo era verdad.

10 El gobernador le hizo una señal a Pablo para que hablara, y él respondió:

—Sé que ha sido juez de esta nación por muchos años y por eso me alegro de poder defenderme ante usted. 11 Hace doce días fui a Jerusalén a adorar, como usted mismo lo puede comprobar. 12 Los que me acusan no me encontraron discutiendo con nadie en el templo, ni incitando a la gente en las sinagogas ni en ningún otro lugar de la ciudad. 13 Ellos no pueden probar las acusaciones que me hacen. 14 Sin embargo, yo sí confieso lo siguiente: adoro al Dios de nuestros antepasados. Soy un seguidor del Camino[b], al que ellos llaman una secta. Creo en todo lo que la ley enseña y en todo lo que está escrito en los libros de los profetas. 15 Yo espero de Dios lo mismo que los judíos. Espero que todos los seres humanos, buenos o malos, resuciten de la muerte. 16 Por eso siempre trato de hacer lo que creo que es correcto ante Dios y ante la gente.

17 »Estuve lejos de Jerusalén por algunos años y regresé a traerles ayudas a los pobres de mi nación y a hacer ofrendas. 18 En eso, me vieron en el templo terminando la ceremonia de purificación. No había ninguna multitud ni desorden. 19 Algunos judíos de Asia estaban allí. Son ellos son los que deberían estar aquí acusándome, si es que tienen algo en mi contra. 20 O que digan los que están aquí qué delito cometí cuando me presenté ante el Consejo en Jerusalén. 21 Lo único que podrán decir es que cuando estuve en presencia de ellos grité: “Hoy estoy siendo juzgado por ustedes porque creo en la resurrección de los muertos”.

22 Félix conocía mucho del Camino. Entonces suspendió el juicio y dijo:

—Cuando el comandante Lisias venga, decidiré sobre estas cosas.

23 Félix le dijo al capitán que dejara a Pablo bajo su custodia, pero que le diera cierta libertad y que permitiera que sus amigos le llevaran lo que necesitara.

24 Después de algunos días, Félix vino con su esposa Drusila, quien era judía. Él pidió que le trajeran a Pablo y lo escuchó hablar sobre la fe en Jesucristo. 25 Félix se asustó cuando Pablo habló de la justicia, del dominio propio y del juicio final. Félix dijo: «¡Ahora vete! Cuando tenga tiempo te mandaré llamar». 26 Félix al mismo tiempo esperaba que Pablo le ofreciera dinero, por eso lo mandaba llamar varias veces para hablar con él.

27 Dos años después Félix fue reemplazado en su puesto de gobernador por Porcio Festo, pero Félix dejó a Pablo en la cárcel para quedar bien con los judíos.

Pablo apela al emperador

25 Tres días después de haber llegado para tomar su puesto de gobernador, Festo viajó de Cesarea a Jerusalén. Los jefes de los sacerdotes y los líderes judíos presentaron cargos ante Festo, en contra de Pablo. Le pidieron a Festo el favor de enviar a Pablo a Jerusalén. En realidad querían tenderle una emboscada a Pablo en el camino y asesinarlo. Pero Festo les respondió que Pablo estaba detenido en Cesarea y que él mismo iría allí muy pronto. Dijo:

—Algunos de sus líderes pueden venir conmigo a Cesarea y acusarlo si consideran que ha cometido algún delito.

Festo se quedó en Jerusalén como ocho o diez días y luego regresó a Cesarea. Al día siguiente, Festo se sentó en el tribunal y ordenó que le trajeran a Pablo. Cuando Pablo se presentó, los judíos que habían venido de Jerusalén lo rodearon. Presentaron muchos cargos graves en su contra, pero no los podían probar. Pablo se defendió diciendo:

—No he hecho nada malo en contra de la ley de los judíos, ni en contra del templo ni en contra del emperador.

Pero como Festo quería quedar bien con los judíos, le preguntó:

—¿Quieres ir a Jerusalén para que yo te juzgue allí por esto?

10 Pablo contestó:

—En este momento estoy ante el tribunal del emperador, y es aquí donde debo ser juzgado. No he hecho nada malo en contra de los judíos, como usted bien lo sabe. 11 Si soy culpable de algún delito o he hecho algo para merecer la muerte, no estoy tratando de escapar de ella. Pero si no hay nada cierto en los cargos que estos tienen en mi contra, nadie tiene derecho de entregarme a los judíos. Pido ser juzgado ante el emperador.

12 Después de haber hablado con sus asesores, Festo dijo:

—Has pedido ser juzgado ante el emperador, entonces irás al emperador.

Pablo ante Herodes Agripa

13 Unos días después, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesarea a visitar a Festo. 14 Después de que ellos habían estado allí varios días, Festo le contó al rey el caso de Pablo:

—Aquí hay un hombre que Félix dejó como prisionero. 15 Cuando yo estaba en Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos líderes de los judíos, presentaron su caso en contra de él, y me pidieron que ordenara su muerte. 16 Yo les respondí que cuando alguien es acusado de algún delito, los romanos no lo entregan a otra gente para que lo juzgue. Primero, el hombre debe enfrentar a los que lo están acusando y se le debe permitir que se defienda de los cargos que tienen en su contra.

17 »Por eso, cuando esos judíos vinieron aquí conmigo, no perdí tiempo, sino que al día siguiente me senté en el tribunal y ordené que trajeran al hombre. 18 Ellos se presentaron y hablaron en contra de él, pero no lo acusaron de ninguno de los delitos que yo esperaba. 19 Lo que tenían en su contra eran asuntos de su propia religión y sobre un tal Jesús, que ya murió, pero que Pablo dice que está vivo. 20 Yo no tenía idea de cómo investigar estos asuntos así que le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser juzgado allí. 21 Pero Pablo pidió ser juzgado ante el emperador, así que decidí que siguiera detenido aquí hasta que lo pueda enviar al emperador.

22 Agripa le dijo a Festo:

—Me gustaría oír a ese hombre.

Festo le dijo:

—Mañana lo podrás oír.

23 Entonces al día siguiente Agripa y Berenice vinieron con gran pompa. Entraron al tribunal junto con los jefes militares y la gente importante de la ciudad. Festo ordenó que trajeran a Pablo, 24 y entonces dijo:

—Rey Agripa y todos los presentes, aquí tienen a Pablo. Los judíos de aquí y de Jerusalén han presentado una demanda contra él, pidiendo a gritos la pena de muerte. 25 Sin embargo, yo no encuentro en él ningún delito que merezca la muerte. Él mismo ha pedido ser juzgado por el emperador, así que decidí enviarlo a Roma. 26 Pero yo en realidad no tengo nada concreto qué escribirle al emperador. Así que lo he traído ante ustedes, y en especial ante ti, rey Agripa, para que lo interrogues y así yo tenga qué escribir. 27 Pienso que no tiene sentido enviar un prisionero sin tener de qué acusarlo.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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