Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Números 33

33 ¶ Estas son las partidas de los hijos de Israel, los cuales salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, por mano de Moisés y Aarón.

Y Moisés escribió sus salidas por sus partidas por dicho del SEÑOR. Estas, pues, son sus partidas por sus salidas.

De Ramesés partieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel con mano alta, a ojos de todo Egipto.

Estaban enterrando los egipcios a los que el SEÑOR había herido de muerte, a todo primogénito; habiendo el SEÑOR hecho también juicios en sus dioses.

Partieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y asentaron campamento en Sucot.

Y partiendo de Sucot, acamparon en Etam, que está al principio del desierto.

Y partiendo de Etam, volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.

Y partiendo de Pi-hahirot, pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron camino de tres días por el desierto de Etam, y acamparon en Mara.

Y partiendo de Mara, vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas; y acamparon allí.

10 Y partidos de Elim, acamparon junto al mar Bermejo.

11 Y partidos del mar Bermejo, acamparon en el desierto de Sin.

12 Y partidos del desierto de Sin, acamparon en Dofca.

13 Y partidos de Dofca, acamparon en Alús.

14 Y partidos de Alús, acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber.

15 Y partidos de Refidim, acamparon en el desierto de Sinaí.

16 Y partidos del desierto de Sinaí, acamparon en Kibrot-hataava.

17 Y partidos de Kibrot-hataava, acamparon en Hazerot.

18 Y partidos de Hazerot, acamparon en Ritma.

19 Y partidos de Ritma, acamparon en Rimón-peres.

20 Y partidos de Rimón-peres, acamparon en Libna.

21 Y partidos de Libna, acamparon en Rissa.

22 Y partidos de Rissa, acamparon en Ceelata,

23 Y partidos de Ceelata, acamparon en el monte de Sefer.

24 Y partidos del monte de Sefer, acamparon en Harada.

25 Y partidos de Harada, acamparon en Macelot.

26 Y partidos de Macelot, acamparon en Tahat.

27 Y partidos de Tahat, acamparon en Tara.

28 Y partidos de Tara, acamparon en Mitca.

29 Y partidos de Mitca, acamparon en Hasmona.

30 Y partidos de Hasmona, acamparon en Moserot.

31 Y partidos de Moserot, acamparon en Bene-jaacán.

32 Y partidos de Bene-jaacán, acamparon en el monte de Gidgad.

33 Y partidos del monte de Gidgad, acamparon en Jotbata.

34 Y partidos de Jotbata, acamparon en Abrona.

35 Y partidos de Abrona, acamparon en Ezión-geber.

36 Y partidos de Ezión-geber, acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.

37 Y partidos de Cades, acamparon en el monte de Hor, en la extremidad de la tierra de Edom.

38 Y subió Aarón el sacerdote al monte de Hor, conforme al dicho del SEÑOR, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

39 Y era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.

40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba al mediodía en la tierra de Canaán, oyó como habían entrado los hijos de Israel.

41 Y partidos del monte de Hor, acamparon en Zalmona.

42 Y partidos de Zalmona, acamparon en Punón.

43 Y partidos de Punón, acamparon en Obot.

44 Y partidos de Obot, acamparon en Ije-abarim; en el término de Moab.

45 Y partidos de Iim, acamparon en Dibón-gad.

46 Y partidos de Dibón-gad, acamparon en Almón-diblataim.

47 Y partidos de Almón-diblataim, acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo.

48 Y partidos de los montes de Abarim, acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán de Jericó.

49 Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

50 ¶ Y habló el SEÑOR a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán de Jericó, diciendo:

51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis pasado el Jordán a la tierra de Canaán,

52 echaréis a todos los moradores de la tierra de delante de vosotros, y destruiréis todas sus pinturas, y todas sus imágenes de fundición destruiréis, y destruiréis todos sus altos;

53 y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que la heredéis.

54 Y heredaréis la tierra por suertes por vuestras familias; a la familia de muchos daréis mucho por su heredad, y a la familia de pocos daréis poco por su heredad; donde le saliere la suerte, allí la tendrá; por las tribus de vuestros padres heredaréis.

55 Y si no echareis a los moradores de la tierra de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos, y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

56 Y será, como yo pensé hacerles a ellos, haré a vosotros.

Salmos 78:1-37

Masquil de Asaf.

Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

Abriré mi boca en parábola; hablaré enigmas del tiempo antiguo.

Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron.

No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.

El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel; las cuales mandó a nuestros padres que las notificaran a sus hijos;

para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán, lo cuenten a sus hijos

con el fin de poner su confianza en Dios, y no olvidar de las obras de Dios, y guardar sus mandamientos:

Y no ser como sus padres, generación contumaz y rebelde; generación que no compuso su corazón, ni su espíritu fue fiel con Dios.

¶ Los hijos de Efraín armados, flecheros, volvieron las espaldas en el día de la batalla.

10 No guardaron el pacto de Dios, ni quisieron andar en su ley;

11 antes se olvidaron de sus obras, y de sus maravillas que les había mostrado.

12 Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.

13 Rompió el mar, y los hizo pasar; e hizo estar las aguas como en un montón.

14 Y los llevó con nube de día, y toda la noche con resplandor de fuego.

15 Hendió las peñas en el desierto; y les dio a beber de abismos grandes;

16 y sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos.

17 Pero aun tornaron a pecar contra él, enojando al Altísimo en la soledad.

18 Y tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida al gusto de su alma.

19 Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá Dios ponernos mesa en el desierto?

20 He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo?

21 Por tanto oyó el SEÑOR, y se enojó; se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel;

22 por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado de su salud.

23 Y mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos,

24 e hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio trigo de los cielos.

25 Pan de fuertes comió el hombre; les envió comida en abundancia.

26 Movió el solano en el cielo, y trajo con su fortaleza el austro,

27 e hizo llover sobre ellos carne como polvo, y aves de alas como arena del mar.

28 Y las hizo caer en medio de su campamento, alrededor de sus tiendas.

29 Y comieron, y se llenaron bien; les cumplió pues su deseo.

30 No habían quitado de sí su deseo, aun estaba su vianda en su boca,

31 cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató los más robustos de ellos, y derribó los escogidos de Israel.

32 Con todo esto pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas.

33 Consumió por tanto sus días en vanidad, y sus años en tribulación.

34 Si los mataba, entonces le buscaban; y se convertían, y buscaban a Dios de mañana.

35 Y se acordaban que Dios era su refugio, y el Dios Alto su redentor.

36 Mas le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían,

37 pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto.

Isaías 25

25 El SEÑOR, tú eres mi Dios; te alabaré, y ensalzaré tu nombre, porque has hecho maravillas, los consejos antiguos, la verdad firme.

Que tornaste la ciudad en montón, la ciudad fuerte en ruina; el alcázar de los extraños que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificada.

Por esto te dará gloria el pueblo fuerte; te temerá la ciudad de gentiles robustos.

Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, amparo contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra frontispicio.

Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como con calor que quema debajo de nube, harás marchitar el renuevo de los robustos.

Y el SEÑOR de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos convite de engordados, convite de vinos purificados, de gruesos tuétanos, de purificados líquidos.

Y deshará en este monte la máscara de la cobertura con que están cubiertos todos los pueblos; y el velo que está extendido sobre todos los gentiles.

Destruirá a la muerte para siempre; y limpiará el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque el SEÑOR lo ha determinado.

Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, a quien esperamos, y nos ha salvado. Este es el SEÑOR a quien esperamos, nos gozaremos y nos alegraremos en su salud.

10 Porque la mano del SEÑOR reposará en este monte; y Moab será trillado debajo de él, como es trillada la paja en el muladar.

11 Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia con los miembros de sus manos;

12 y allanará la fortaleza de tus altos muros; la humillará y la derribará a tierra, hasta el polvo.

1 Juan 3

¶ Mirad cuál caridad nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él.

Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere, seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.

Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.

¶ Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; y el pecado es transgresión de la Ley.

Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.

Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.

Hijitos, no os engañe ninguno; el que hace justicia, es justo, como él también es justo.

El que hace pecado, es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

10 En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; cualquiera que no hace justicia, y que no ama a su Hermano, no es de Dios.

11 ¶ Porque, esta es la anunciación que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.

12 No como Caín, que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su Hermano eran justas.

13 Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece.

14 ¶ Nosotros sabemos que somos pasados de muerte a vida, en que amamos a los Hermanos. El que no ama a su Hermano, permanece en muerte.

15 Cualquiera que aborrece a su Hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en sí.

16 En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los Hermanos.

17 Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo permanece la caridad de Dios en él?

18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él.

20 ¶ Y si nuestro corazón nos reprende, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.

21 Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;

22 y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

23 ¶ Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.

24 Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Biblia del Jubileo (JBS)

Biblia del Jubileo 2000 (JUS) © 2000, 2001, 2010, 2014, 2017, 2020 by Ransom Press International