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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera Antigua (RVA)
Version
Génesis 22

22 Y ACONTECIO después de estas cosas, que tentó Dios á Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, á quien amas, y vete á tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos mozos suyos, y á Isaac su hijo: y cortó leña para el holocausto, y levantóse, y fué al lugar que Dios le dijo.

Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vió el lugar de lejos.

Entonces dijo Abraham á sus mozos: Esperaos aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí, y adoraremos, y volveremos á vosotros.

Y tomó Abraham la leña del holocausto, y púsola sobre Isaac su hijo: y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.

Entonces habló Isaac á Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?

Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

Y como llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató á Isaac su hijo, y púsole en el altar sobre la leña.

10 Y extendió Abraham su mano, y tomó el cuchillo, para degollar á su hijo.

11 Entonces el ángel de Jehová le dió voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ya conozco que temes á Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único;

13 Entonces alzó Abraham sus ojos, y miró, y he aquí un carnero á sus espaldas trabado en un zarzal por sus cuernos: y fué Abraham, y tomó el carnero, y ofrecióle en holocausto en lugar de su hijo.

14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

15 Y llamó el ángel de Jehová á Abraham segunda vez desde el cielo,

16 Y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único;

17 Bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está á la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos:

18 En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste á mi voz.

19 Y tornóse Abraham á sus mozos, y levantáronse y se fueron juntos á Beer-seba; y habitó Abraham en Beer-seba.

20 Y aconteció después de estas cosas, que fué dada nueva á Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha parido hijos á Nachôr tu hermano:

21 A Huz su primogénito, y á Buz su hermano, y á Kemuel padre de Aram.

22 Y á Chêsed, y á Hazo, y á Pildas, y á Jidlaph, y á Bethuel.

23 Y Bethuel engendró á Rebeca. Estos ocho parió Milca á Nachôr, hermano de Abraham.

24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, parió también á Teba, y á Gaham, y á Taas, y á Maachâ.

Mateo 21

21 Y COMO se acercaron á Jerusalem, y vinieron á Bethfagé, al monte de las Olivas, entonces Jesús envió dos discípulos,

Diciéndoles: Id á la aldea que está delante de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella: desatad la, y traédme los.

Y si alguno os dijere algo, decid: El Señor los ha menester. Y luego los dejará.

Y todo esto fué hecho, para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta, que dijo:

Decid á la hija de Sión: He aquí, tu Rey viene á ti, Manso, y sentado sobre una asna, Y sobre un pollino, hijo de animal de yugo.

Y los discípulos fueron, é hicieron como Jesús les mandó;

Y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y se sentó sobre ellos.

Y la compañía, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino: y otros cortaban ramos de los árboles, y los tendían por el camino.

Y las gentes que iban delante, y las que iban detrás, aclamaban diciendo: ­Hosanna al Hijo de David! ­Bendito el que viene en el nombre del Señor! ­Hosanna en las alturas!

10 Y entrando él en Jerusalem, toda la ciudad se alborotó, diciendo. ¿Quién es éste?

11 Y las gentes decían: Este es Jesús, el profeta, de Nazaret de Galilea.

12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera todos los que vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de los que vendían palomas;

13 Y les dice: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho.

14 Entonces vinieron á él ciegos y cojos en el templo, y los sanó.

15 Mas los príncipes de los sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y á los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ­Hosanna al Hijo de David! se indignaron,

16 Y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dice: Sí: ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?

17 Y dejándolos, se salió fuera de la ciudad, á Bethania; y posó allí.

18 Y por la mañana volviendo á la ciudad, tuvo hambre.

19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino á ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.

20 Y viendo esto los discípulos, maravillados decían: ¿Cómo se secó luego la higuera?

21 Y respondiendo Jesús les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera: mas si á este monte dijereis: Quítate y échate en la mar, será hecho.

22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

23 Y como vino al templo, llegáronse á él cuando estaba enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo, diciendo. ¿Con qué autoridad haces esto? ¿y quién te dió esta autoridad?

24 Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os preguntaré una palabra, la cual si me dijereis, también yo os diré con qué autoridad hago esto.

25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, ó de los hombres? Ellos entonces pensaron entre sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué pues no le creísteis?

26 Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen á Juan por profeta.

27 Y respondiendo á Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Ni yo os digo con qué autoridad hago esto.

28 Mas, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy á trabajar en mi viña.

29 Y respondiendo él, dijo: No quiero; mas después, arrepentido, fué.

30 Y llegando al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Yo, señor, voy. Y no fué.

31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dicen ellos: El primero. Díceles Jesús: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios.

32 Porque vino á vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; y los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

33 Oíd otra parábola: Fué un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña; y la cercó de vallado, y cavó en ella un lagar, y edificó una torre, y la dió á renta á labradores, y se partió lejos.

34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos á los labradores, para que recibiesen sus frutos.

35 Mas los labradores, tomando á los siervos, al uno hirieron, y al otro mataron, y al otro apedrearon.

36 Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; é hicieron con ellos de la misma manera.

37 Y á la postre les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto á mi hijo.

38 Mas los labradores, viendo al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y tomemos su heredad.

39 Y tomado, le echaron fuera de la viña, y le mataron.

40 Pues cuando viniere el señor de la viña, ¿qué hará á aquellos labradores?

41 Dícenle: á los malos destruirá miserablemente, y su viña dará á renta á otros labradores, que le paguen el fruto á sus tiempos.

42 Díceles Jesús: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban, Esta fué hecha por cabeza de esquina: Por el Señor es hecho esto, Y es cosa maravillosa en nuestros ojos?

43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado á gente que haga los frutos de él.

44 Y el que cayere sobre esta piedra, será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.

45 Y oyendo los príncipes de los sacerdotes y los Fariseos sus parábolas, entendieron que hablaba de ellos.

46 Y buscando cómo echarle mano, temieron al pueblo; porque le tenían por profeta.

Nehemías 11

11 Y HABITARON los príncipes del pueblo en Jerusalem; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de diez que morase en Jerusalem, ciudad santa, y las nueve partes en las otras ciudades.

Y bendijo el pueblo á todos los varones que voluntariamente se ofrecieron á morar en Jerusalem.

Y estos son los principales de la provincia que moraron en Jerusalem; mas en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión en sus ciudades, de Israel, de los sacerdotes, y Levitas, y Nethineos, y de los hijos de los siervos de Salomón.

En Jerusalem pues habitaron de los hijos de Judá, y de los hijos de Benjamín. De los hijos de Judá: Athaías, hijo de Uzzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sephatías, hijo de Mahalaleel, de los hijos de Phares;

Y Maasías hijo de Baruch, hijo de Colhoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo de Zacarías, hijo de Siloni.

Todos los hijos de Phares que moraron en Jerusalem, fueron cuatrocientos setenta y ocho hombres fuertes.

Y estos son los hijos de Benjamín: Salú hijo de Mesullam, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maaseías, hijo de Ithiel, hijo de Jesaía.

Y tras él, Gabbai, Sallai, novecientos veinte y ocho.

Y Joel hijo de Zichri, era prefecto de ellos, y Jehudas hijo de Senua, el segundo de la ciudad.

10 De los sacerdotes: Jedaías hijo de Joiarib, Jachîn,

11 Seraías hijo de Hilcías, hijo de Mesullam, hijo de Sadoc, hijo de Meraioth, hijo de Ahitub, príncipe de la casa de Dios,

12 Y sus hermanos los que hacían la obra de la casa, ochocientos veintidós: y Adaías hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pashur, hijo de Malachías,

13 Y sus hermanos, príncipes de familias, doscientos cuarenta y dos: y Amasai hijo de Azarael, hijo de Azai, hijo de Mesillemoth, hijo de Immer,

14 Y sus hermanos, hombres de grande vigor, ciento veintiocho: jefe de los cuales era Zabdiel, hijo de Gedolim.

15 Y de los Levitas: Semaías hijo de Hassub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Buni;

16 Y Sabethai y Jozabad, de los principales de los Levitas, sobrestantes de la obra exterior de la casa de Dios;

17 Y Mattanías hijo de Michâ, hijo de Zabdi, hijo de Asaph, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración; y Bacbucías el segundo de entre sus hermanos; y Abda hijo de Samua, hijo de Galal, hijo de Jeduthún.

18 Todos los Levitas en la santa ciudad fueron doscientos ochenta y cuatro.

19 Y los porteros, Accub, Talmón, y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos.

20 Y el resto de Israel, de los sacerdotes, de los Levitas, en todas las ciudades de Judá, cada uno en su heredad.

21 Y los Nethineos habitaban en Ophel; y Siha y Gispa eran sobre los Nethineos.

22 Y el prepósito de los Levitas en Jerusalem era Uzzi hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de Mattanías, hijo de Michâ de los cantores los hijos de Asaph, sobre la obra de la casa de Dios.

23 Porque había mandamiento del rey acerca de ellos, y determinación acerca de los cantores para cada día.

24 Y Pethahías hijo de Mesezabel, de los hijos de Zerah hijo de Judá, estaba á la mano del rey en todo negocio del pueblo.

25 Y tocante á las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá habitaron en Chîriat-arba y sus aldeas, y en Dibón y sus aldeas, y en Jecabseel y sus aldeas;

26 Y en Jesuá, Moladah, y en Beth-pelet;

27 Y en Hasar-sual, y en Beer-seba, y en sus aldeas;

28 Y en Siclag, y en Mechôna, y en sus aldeas;

29 Y en En-rimmón, y en Soreah y en Jarmuth;

30 Zanoah, Adullam, y en sus aldeas; en Lachîs y sus tierras, Azeca y sus aldeas. Y habitaron desde Beer-seba hasta el valle de Hinnom.

31 Y los hijos de Benjamín desde Geba habitaron en Michmas, y Aía, y en Beth-el y sus aldeas;

32 En Anathoth, Nob, Ananiah;

33 Hasor, Rama, Gitthaim;

34 Hadid, Seboim, Neballath;

35 Lod, y Ono, valle de los artífices.

36 Y algunos de los Levitas, en los repartimientos de Judá y de Benjamín.

Hechos 21

21 Y HABIENDO partido de ellos, navegamos y vinimos camino derecho á Coos, y al día siguiente á Rhodas, y de allí á Pátara.

Y hallando un barco que pasaba á Fenicia, nos embarcamos, y partimos.

Y como avistamos á Cipro, dejándola á mano izquierda, navegamos á Siria, y vinimos á Tiro: porque el barco había de descargar allí su carga.

Y nos quedamos allí siete días, hallados los discípulos, los cuales decían á Pablo por Espíritu, que no subiese á Jerusalem.

Y cumplidos aquellos días, salimos acompañándonos todos, con sus mujeres é hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.

Y abrazándonos los unos á los otros, subimos al barco, y ellos se volvieron á sus casas.

Y nosotros, cumplida la navegación, vinimos de Tiro á Tolemaida; y habiendo saludado á los hermanos, nos quedamos con ellos un día.

Y otro día, partidos Pablo y los que con él estábamos, vinimos á Cesarea: y entrando en casa de Felipe el evangelista, él cual era uno de los siete, posamos con él.

Y éste tenía cuatro hijas, doncellas, que profetizaban.

10 Y parando nosotros allí por muchos días, descendió de Judea un profeta, llamado Agabo;

11 Y venido á nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalem al varón cuyo es este cinto, y le entregarán en manos de los Gentiles.

12 Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese á Jerusalem.

13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? porque yo no sólo estoy presto á ser atado, mas aun á morir en Jerusalem por el nombre del Señor Jesús.

14 Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.

15 Y después de estos días, apercibidos, subimos á Jerusalem.

16 Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo á un Mnasón, Cyprio, discípulo antiguo, con el cual posásemos.

17 Y cuando llegamos á Jerusalem, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.

18 Y al día siguiente Pablo entró con nosotros á Jacobo, y todos los ancianos se juntaron;

19 A los cuales, como los hubo saludado, contó por menudo lo que Dios había hecho entre los Gentiles por su ministerio.

20 Y ellos como lo oyeron, glorificaron á Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de Judíos hay que han creído; y todos son celadores de la ley:

21 Mas fueron informados acerca de ti, que enseñas á apartarse de Moisés á todos los Judíos que están entre los Gentiles, diciéndoles que no han de circuncidar á los hijos, ni andar según la costumbre.

22 ¿Qué hay pues? La multitud se reunirá de cierto: porque oirán que has venido.

23 Haz pues esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen voto sobre sí:

24 Tomando á éstos contigo, purifícate con ellos, y gasta con ellos, para que rasuren sus cabezas, y todos entiendan que no hay nada de lo que fueron informados acerca de ti; sino que tú también andas guardando la ley.

25 Empero cuanto á los que de los Gentiles han creído, nosotros hemos escrito haberse acordado que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo que fue sacrificado á los ídolos, y de sangre, y de ahogado, y de fornicación.

26 Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta ser ofrecida ofrenda por cada uno de ellos.

27 Y cuando estaban para acabarse los siete días, unos Judíos de Asia, como le vieron en el templo, alborotaron todo el pueblo y le echaron mano,

28 Dando voces: Varones Israelitas, ayudad: Este es el hombre que por todas partes enseña á todos contra el pueblo, y la ley, y este lugar; y además de esto ha metido Gentiles en el templo, y ha contaminado este lugar Santo.

29 Porque antes habían visto con él en la ciudad á Trófimo, Efesio, al cual pensaban que Pablo había metido en el templo.

30 Así que, toda la ciudad se alborotó, y agolpóse el pueblo; y tomando á Pablo, hiciéronle salir fuera del templo, y luego las puertas fueron cerradas.

31 Y procurando ellos matarle, fué dado aviso al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalem estaba alborotada;

32 El cual tomando luego soldados y centuriones, corrió á ellos. Y ellos como vieron al tribuno y á los soldados, cesaron de herir á Pablo.

33 Entonces llegando el tribuno, le prendió, y le mandó atar con dos cadenas; y preguntó quién era, y qué había hecho.

34 Y entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra: y como no podía entender nada de cierto á causa del alboroto, le mandó llevar á la fortaleza.

35 Y como llegó á las gradas, aconteció que fué llevado de los soldados á causa de la violencia del pueblo;

36 Porque multitud de pueblo venía detrás, gritando: Mátale.

37 Y como comenzaron á meter á Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?

38 ¿No eres tú aquel Egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres salteadores?

39 Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre Judío, ciudadano de Tarso, ciudad no obscura de Cilicia: empero ruégote que me permitas que hable al pueblo.

40 Y como él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Y hecho grande silencio, habló en lengua hebrea, diciendo: