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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
1 Samuel 21-22

21 ¶ Y vino David a Nob, a Ahimelec sacerdote; y Ahimelec salió a recibirlo con miedo, y le dijo: ¿Cómo vienes tú solo, y nadie contigo?

Y respondió David al sacerdote Ahimelec: El rey me encomendó un negocio, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna de este negocio a que yo te envío, y que yo te he mandado; y yo les señalé a los criados un cierto lugar.

Ahora, pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes en mi mano, o lo que se hallare.

Y el sacerdote respondió a David, y dijo: No tengo pan común a la mano; solamente tengo pan sagrado; mas lo daré si los criados se han guardado a lo menos de mujeres.

Y David respondió al sacerdote, y le dijo: Cierto las mujeres nos han sido vedadas desde ayer y desde anteayer cuando salí, y los vasos de los mozos fueron santos, aunque el camino es profano; cuanto más que hoy será santificado con los vasos.

Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había otro pan que los panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de delante del SEÑOR, para que se pusieran panes calientes el día que los otros fueron quitados.

Aquel día estaba allí uno de los esclavos de Saúl cumpliendo algún voto delante del SEÑOR, el nombre del cual era Doeg, idumeo, principal de los pastores de Saúl.

Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano lanza o espada? Porque no tomé en mi mano mi espada ni mis armas, por cuanto el mandamiento del rey era apremiante.

Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el filisteo, que tú venciste en el valle del Alcornoque, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si tú quieres tomarla, tómala; porque aquí no hay otra sino esa. Y dijo David: No hay otra tal; dámela.

10 ¶ Y levantándose David aquel día, huyó de la presencia de Saúl, y se fue a Aquis rey de Gat.

11 Y los esclavos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No es éste a quien cantaban en los corros, diciendo: Hirió Saúl sus miles, y David sus diez miles?

12 Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat.

13 Y mudó su habla delante de ellos, y fingió ser demente entre las manos de ellos, y escribía en las portadas de las puertas, dejando correr su saliva por su barba.

14 Y dijo Aquis a sus esclavos: He aquí, estáis viendo un hombre demente; ¿por qué lo habéis traído a mí?

15 ¿Acaso me faltan dementes, para que hayáis traído éste que hiciera locuras delante de mí? ¿había de venir éste a mi casa?

22 ¶ Y yéndose David de allí se escapó a la cueva de Adulam (justicia o rectitud del pueblo); lo cual cuando oyeron sus hermanos y toda la casa de su padre, vinieron allí a él.

Y se juntaron con él los varones afligidos, y todo hombre que estaba adeudado, y todos los que estaban en amargura de alma; y fue hecho capitán de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.

Y se fue David de allí a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Yo te ruego que mi padre y mi madre estén con vosotros, hasta que sepa lo que Dios hará de mí.

Los trajo, pues, a la presencia del rey de Moab, y habitaron con él todo el tiempo que David estuvo en la fortaleza.

Y el profeta Gad dijo a David: No te estés en esta fortaleza, anda, y vete a tierra de Judá. Y David partió, y vino al bosque de Haret.

¶ Y oyó Saúl como había aparecido David, y los que estaban con él. Estaba entonces Saúl en Gabaa debajo de un árbol en Ramá, y tenía su lanza en su mano, y todos sus criados estaban en derredor de él.

Y dijo Saúl a sus criados que estaban en derredor de él: Oíd ahora, hijos de Jemini: ¿Os dará también a todos vosotros el hijo de Jessé tierras y viñas, y os hará a todos vosotros capitanes de mil y de cien;

que todos vosotros habéis conspirado contra mí, y no hay quien me descubra al oído cómo mi hijo ha hecho alianza con el hijo de Jessé, ni hay alguno de vosotros que se duela de mí, y me descubra cómo mi hijo ha despertado a mi esclavo contra mí, para que me aceche, según hace hoy día?

Entonces Doeg idumeo, que era señor entre los esclavos de Saúl, respondió y dijo: Yo vi al hijo de Jessé que vino a Nob, a Ahimelec hijo de Ahitob;

10 el cual consultó por él al SEÑOR, y le dio provisión, y también le dio la espada de Goliat el filisteo.

11 Y el rey envió por el sacerdote Ahimelec hijo de Ahitob, y por toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob; y todos vinieron al rey.

12 Y Saúl le dijo: Oye ahora, hijo de Ahitob. Y él dijo: Heme aquí, señor mío.

13 Y le dijo Saúl: ¿Por qué habéis conspirado contra mí, tú y el hijo de Jessé, cuando tú le diste pan y espada, y consultaste por él a Dios, para que se levantara contra mí y me acechara, como lo hace hoy día?

14 Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién hay fiel entre todos sus esclavos como lo es David, yerno del rey, y que va por tu mandado, y es ilustre en tu casa?

15 ¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? Lejos sea de mí; no impute el rey cosa alguna a su esclavo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu esclavo ninguna cosa sabe de este negocio, grande ni chica.

16 Y el rey dijo: Sin duda morirás, Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre.

17 Entonces dijo el rey a la gente de su guardia que estaba alrededor de él: Cercad y matad a los sacerdotes del SEÑOR; porque también la mano de ellos es también con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo descubrieron. Mas los esclavos del rey no quisieron extender sus manos para matar alos sacerdotes del SEÑOR.

18 Entonces el rey dijo a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y revolviéndose Doeg idumeo, arremetió contra los sacerdotes, y mató en aquel día ochenta y cinco varones que vestían efod de lino.

19 Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, puso a espada; así a hombres como a mujeres, niños y mamantes, bueyes y asnos y ovejas, todo a espada.

20 ¶ Mas uno de los hijos de Ahimelec hijo de Ahitob, que se llamaba Abiatar, escapó, y el cual huyó tras David.

21 Y Abiatar dio las nuevas a David como Saúl había dado muerte a los sacerdotes del SEÑOR.

22 Y dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg el idumeo, él lo había de hacer saber a Saúl. Yo he dado causa ante Saúl contra todas las personas de la casa de tu padre.

23 Quédate conmigo, no temas; quien buscare mi vida, buscará también la tuya; bien que tú estarás conmigo guardado.

1 Corintios 3

¶ De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales; sino como a carnales; es a saber, como a niños en Cristo.

Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no podíais, ni aún podéis ahora;

porque todavía sois carnales, pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y divisiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

Porque diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no sois carnales?

¶ ¿Qué pues es Pablo? ¿Y qué es Apolos? Sino siervos por los cuales habéis creído; y cada uno conforme a lo que el Señor dio.

Yo planté, Apolos regó; mas Dios ha dado el crecimiento.

Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento.

Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su salario conforme a su labor.

Porque nosotros, colaboradores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois, edificio de Dios sois.

10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como sabio maestro de obra, puse el fundamento, mas otro prosigue el edificio, pero cada uno vea cómo prosigue el edificio.

11 ¶ Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesús, el Cristo.

12 Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca;

13 la obra de cada uno será manifestada, porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cual sea, el fuego hará la prueba.

14 Si permaneciere la obra de alguno que prosiguió el edificio, recibirá el salario.

15 Mas si la obra de alguno fuere quemada, será perdida; él empero será salvo, mas así como pasado por fuego.

16 ¶ ¿O no sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

17 Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

18 ¶ Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo, hágase loco, para ser de veras sabio.

19 Porque la sabiduría de este mundo, locura es acerca de Dios; porque escrito está: El, que prende a los sabios en la astucia de ellos.

20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.

21 ¶ Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro,

22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir; que todo es vuestro,

23 y vosotros de Cristo; y Cristo de Dios.

Ezequiel 1

Y fue que a los treinta años, en el mes cuarto, a los cinco del mes, estando yo en medio de los cautivos junto al río de Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.

A los cinco del mes, que fue en el quinto año de la transmigración del rey Joaquín,

vino Palabra del SEÑOR a Ezequiel sacerdote, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río de Quebar; y vino allí sobre él la mano del SEÑOR.

Y miré, y he aquí un viento tempestuoso venía del aquilón, y una gran nube, y un fuego que venía revolviéndose, y tenía en derredor suyo un resplandor, y en medio de él, en medio del fuego una cosa que parecía como de ámbar,

y en medio de ella, la figura de cuatro animales. Y éste era su parecer: había en ellos semejanza de hombre.

Y cada uno tenía cuatro rostros, y cuatro alas.

Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como la planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido.

Y debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus rostros y sus alas por los cuatro lados.

Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban; cada uno caminaba derecho de su rostro.

10 Y la figura de sus rostros era rostros de hombre; y rostros de león a la parte derecha en los cuatro; y a la izquierda rostros de buey en los cuatro; asimismo había en los cuatro rostros de águila.

11 Tales eran sus rostros; y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos.

12 Y cada uno caminaba derecho de su rostro; hacia donde el Espíritu diera que anduvieren, andaban; cuando andaban, no se volvían.

13 En cuanto a la semejanza de los animales, su parecer era como de carbones de fuego encendidos, como parecer de hachones encendidos: el fuego discurría entre los animales, y el resplandor del fuego; y del fuego salían relámpagos.

14 Y los animales corrían y tornaban a semejanza de relámpagos.

15 Y estando yo mirando los animales, he aquí una rueda en la tierra, con sus cuatro haces junto a los animales.

16 Y el parecer de las ruedas y su hechura parecía de Tarsis (o de Turquesa). Y todas cuatro tenían una misma semejanza: su apariencia y su hechura como es una rueda en medio de otra rueda.

17 Cuando andaban, andaban sobre sus cuatro costados; no se volvían cuando andaban.

18 Y sus costillas eran altas y temerosas, y llenas de ojos alrededor en todas cuatro.

19 Y cuando los animales andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los animales se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban.

20 Hacia donde el espíritu diera que anduvieren, andaban; hacia donde diera el espíritu que anduvieren, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas.

21 Cuando ellos andaban, andaban ellas; y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; y cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas.

22 Y sobre las cabezas de cada animal aparecía un cielo a manera de un cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas.

23 Y debajo del cielo estaban las alas de ellos derechas la una a la otra; a cada uno dos, y otras dos con que se cubrían sus cuerpos.

24 Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, cuando andaban; la voz de la palabra, como la voz de un ejército. Cuando se paraban, aflojaban sus alas.

25 Y se oía voz de arriba del cielo que estaba sobre sus cabezas, cuando se paraban y aflojaban sus alas,

26 Y sobre el cielo que estaba sobre sus cabezas, había una figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él.

27 Y vi una cosa que parecía como de ámbar, que parecía que había fuego dentro de ella, la cual se veía desde sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor

28 que parecía el arco del cielo que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Y yo lo vi, y caí sobre mi rostro, y oí voz de uno que hablaba.

Salmos 37

De David.

Alef

No te enojes con los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

Porque como hierba serán presto cortados, y decaerán como verdor de renuevo.

Bet

Espera en el SEÑOR, y haz bien; vive en la tierra, y mantén la verdad.

Pon asimismo tu delicia en el SEÑOR, y él te dará las peticiones de tu corazón.

Guímel

Vuelve hacia el SEÑOR tu camino; y espera en él; y él hará.

Y exhibirá tu justicia como la luz, y tu rectitud como el mediodía.

Dálet Calla ante el SEÑOR, y espera en él; no te enojes con el que prospera en su camino, con el hombre que hace maldades.

He

Déjate de la ira, y depón el enojo; no te enojes en manera alguna para hacerte malo.

Porque los malignos serán talados, mas los que esperan al SEÑOR, ellos heredarán la tierra.

Vau

10 Pues de aquí a poco no estará el malo; y contemplarás sobre su lugar, y no aparecerá.

11 Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán en la abundancia de la paz.

Zain

12 Piensa el impío contra el justo, y cruje sobre él sus dientes.

13 El Señor se reirá de él; porque ve que viene su día.

He

14 Los impíos desenvainaron espada, y entesaron su arco, para arruinar al pobre y al menesteroso; para degollar a los de recto proceder.

15 La espada de ellos entrará en su mismo corazón, y su arco será quebrado.

Tet

16 Mejor es lo poco del justo, que las muchas riquezas de los pecadores.

17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados; mas el que sustenta a los justos es el SEÑOR.

Yod

18 Conoce el SEÑOR los días de los perfectos; y su heredad será para siempre.

19 No serán avergonzados en el mal tiempo; y en los días de hambre serán saciados.

Caf

20 Porque los impíos perecerán, y los enemigos del SEÑOR como los más gordos de los carneros serán consumidos; se disiparán como humo.

21 Lámed El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da.

22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; y los malditos de él serán talados.

Mem

23 Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre bueno, y él quiere su camino.

24 Cuando cayere, no será postrado; porque el SEÑOR sustenta su mano.

Nun

25 Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su simiente que mendigue pan.

26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta; y su simiente es para bendición.

Sámec

27 Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre.

28 Porque el SEÑOR ama la rectitud, y no desamparará a sus misericordiosos, para siempre serán guardados; mas la simiente de los impíos será talada.

Ayin

29 Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella.

Pe

30 La boca del justo hablará sabiduría; y su lengua proferirá juicio.

31 La ley de su Dios está en su corazón; por tanto sus pasos no vacilarán.

Tsade

32 Acecha el impío al justo, y procura matarlo.

33 El SEÑOR no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando le juzgaren.

34 Cof Espera al SEÑOR, y guarda su camino, y él te ensalzará para heredar la tierra; cuando los pecadores sean talados, lo verás.

Resh

35 Yo vi al impío robusto, y reverdeciendo como un laurel verde.

36 Pero pasó, y he aquí no aparece; lo busqué, y no fue hallado.

Sin

37 Considera al perfecto, y mira al recto; que la postrimería de cada uno de ellos es paz.

38 Mas los rebeldes fueron todos destruidos; la postrimería de los impíos fue talada.

Tau

39 Pero la salvación de los justos es el SEÑOR, y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.

40 Y el SEÑOR los ayudó, y los libera, y los libertará de los impíos; y los salvará, por cuanto esperaron en él.

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