The Daily Audio Bible
Today's audio is from the ESV. Switch to the ESV to read along with the audio.
El cedro del Líbano
31 El día primero del mes tercero del año undécimo, el Señor me dirigió la palabra: 2 «Hijo de hombre, dile al faraón, rey de Egipto, y a toda su gente:
»“¿Quién se puede comparar con tu grandeza?
3 Fíjate en Asiria,
que alguna vez fue cedro del Líbano,
con bello y frondoso ramaje;
su copa sobresalía del espeso follaje.
4 Las aguas lo hicieron crecer;
las corrientes profundas lo nutrieron.
Sus ríos corrían
en torno a sus raíces;
sus acequias regaban
todos los árboles del campo.
5 Así el cedro creció
más alto que todos los árboles del campo.
Gracias a las abundantes aguas,
se extendió su frondoso ramaje.
6 Todas las aves del cielo
anidaban en sus ramas.
Todas las bestias del campo
tenían sus crías bajo su follaje.
Todas las naciones
vivían bajo su sombra.
7 Era un árbol imponente y majestuoso,
de ramas extendidas;
sus raíces se hundían
hasta las aguas caudalosas.
8 Ningún cedro en el jardín de Dios
se le podía comparar;
ningún ciprés ostentaba un follaje parecido
ni tenían su ramaje los castaños.
Ningún árbol del jardín de Dios
se le comparaba en hermosura.
9 Yo lo hice bello
y con un ramaje majestuoso.
En el Edén, jardín de Dios,
era la envidia de todos los árboles.
10 »”Por eso, así dice el Señor y Dios: Por cuanto el árbol creció tan alto y ufano de su altura, y se elevaba sobre el espeso follaje, 11 yo lo he desechado; lo entregué en manos de un líder de naciones, para que lo trate según su maldad. 12 Los extranjeros más crueles lo han talado y abandonado. Sus ramas han caído en los montes y en los valles; yacen rotas por todos los canales de los ríos del país. Huyeron y lo abandonaron todas las naciones que buscaban protección bajo su sombra. 13 Ahora las aves del cielo se posan sobre su tronco caído y las bestias del campo se meten entre sus ramas. 14 Y esto es para que ningún árbol que esté junto a las aguas vuelva a crecer tanto; para que ningún árbol, por bien regado que esté, vuelva a elevar su copa hasta las nubes. Todos están destinados a la muerte, a bajar a las regiones profundas de la tierra y quedarse entre los mortales que descienden a la fosa.
15 »”Así dice el Señor y Dios: El día en que el cedro bajó a los dominios de la muerte,[a] cubrí de luto las profundidades de las aguas. Detuve sus corrientes y contuve sus ríos; por él vestí de luto al Líbano y todos los árboles del campo se marchitaron. 16 Cuando lo hice descender a los dominios de la muerte, junto con los que bajan a la fosa, con el estruendo de su caída hice temblar a las naciones. Todos los árboles del Edén, los más selectos y hermosos del Líbano, los que estaban mejor regados, se consolaron en las regiones subterráneas. 17 Sus aliados entre las naciones que buscaban protección bajo su sombra también descendieron a los dominios de la muerte, junto con los que habían muerto a filo de espada.
18 »”¿A cuál de los árboles del Edén se puede comparar contigo en esplendor y majestad? No obstante, también él descendió con los árboles del Edén a las regiones subterráneas. Allí quedó tendido en medio de los incircuncisos, junto con los que murieron a filo de espada.
»”¡Y así será la muerte del faraón y de todos sus súbditos!, afirma el Señor y Dios”».
Lamento por el faraón
32 El día primero del mes duodécimo del año duodécimo, el Señor me dirigió la palabra: 2 «Hijo de hombre, entona este lamento dedicado al faraón, rey de Egipto:
»“Pareces un león entre las naciones;
eres semejante a un monstruo marino
chapoteando en el río;
con tus patas enturbias el agua
y revuelves sus corrientes.
3 »”Así dice el Señor y Dios:
»” Aunque estés entre numerosos pueblos,
tenderé sobre ti mi red
y te atraparé con ella.
4 Te arrastraré por tierra
y en pleno campo te dejaré tendido.
Dejaré que sobre ti se posen
todas las aves del cielo.
Dejaré que con tu carne
se sacien todas las bestias de la tierra.
5 Desparramaré tu carne por los montes
y con tu carroña llenaré los valles.
6 Con tu sangre empaparé la tierra
hasta la cima de las montañas;
con tu sangre llenaré los canales de los ríos.
7 Cuando te hayas consumido,
haré que el cielo se oscurezca
y se apaguen las estrellas;
cubriré el sol con una nube,
y no brillará más la luna.
8 Todos los astros brillantes de los cielos,
los oscureceré sobre ti;
traeré oscuridad sobre la tierra,
afirma el Señor y Dios.
9 Yo turbaré el corazón de muchos pueblos
cuando provoque tu destrucción,
aún entre las naciones que no conocías.
10 Haré que por ti muchos pueblos queden consternados.
Cuando yo esgrima mi espada delante de ellos,
sus reyes se estremecerán.
En el día de tu caída,
en todo momento temblarán de miedo
por temor a perder la vida.
11 »”Así dice el Señor y Dios:
»”La espada del rey de Babilonia
vendrá contra ti.
12 Haré que tus multitudes caigan a filo de espada,
empuñada por los guerreros
más crueles entre las naciones.
Ellos arrasarán la soberbia de Egipto
y toda su multitud será derrotada.
13 Voy a destruir todo el ganado
que pasta junto a las aguas abundantes;
nunca más serán enturbiadas
por hombres ni animales.
14 Entonces dejaré que las aguas se asienten
y que corran tranquilas, como el aceite,
afirma el Señor y Dios.
15 Cuando deje en ruinas a Egipto,
la despoje de todo lo que hay en su tierra
y hiera a todos los que la habitan,
entonces sabrán que yo soy el Señor ”.
16 »Este es el lamento que las ciudades de las naciones entonarán sobre Egipto y toda su multitud, afirma el Señor y Dios».
17 En el día quince del mes duodécimo del año duodécimo, el Señor me dirigió la palabra: 18 «Hijo de hombre, entona un lamento sobre las multitudes de Egipto y, junto con las ciudades de las naciones más poderosas, hazlas descender con los que bajan a la fosa, a las regiones más profundas. 19 Pregúntales: “¿Se creen acaso más privilegiados que otros? ¡Pues bajen y tiéndanse entre los paganos!”.[b] 20 Y caerán entre los que murieron a filo de espada. Ya tienen la espada en la mano: ¡que se arrastre a Egipto y a sus multitudes! 21 Allí en los dominios de la muerte,[c] los guerreros más fuertes y valientes hablarán de Egipto y de sus aliados. Y dirán: “¡Ya han descendido! ¡Yacen tendidos entre los paganos que murieron a filo de espada!”.
22 »Allí está Asiria, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada. 23 Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes yacen muertos, víctimas de la espada. Ahora están sepultados en lo más profundo de la fosa, tendidos alrededor de su tumba.
24 »Allí está Elam, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada. Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes bajaron como paganos a lo más profundo de la fosa. Yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa. 25 A Elam le han preparado una cama en medio de los muertos, entre los paganos que murieron a filo de espada y que ahora rodean su tumba. Ellos sembraron el terror en la tierra de los vivientes, pero ahora yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa. Allí quedaron, entre gente que murió asesinada.
26 »Allí están Mésec y Tubal, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos son paganos, muertos a filo de espada porque sembraron el terror en la tierra de los vivientes. 27 No yacen con los héroes caídos de entre los paganos, que bajaron a los dominios de la muerte con sus armas de guerra y que tienen sus espadas bajo la cabeza. El castigo de sus pecados cayó sobre sus huesos, porque estos héroes sembraron el terror en la tierra de los vivientes.
28 »Ahí estarás tú, faraón, en medio de los paganos, abatido y sepultado junto con los que murieron a filo de espada.
29 »Allí está Edom, con sus reyes y príncipes. A pesar de todo su poder, también ellos yacen tendidos junto a los que murieron a filo de espada. Yacen entre los paganos, con los que descendieron a la fosa.
30 »Allí están todos los príncipes del norte, y todos los de Sidón. A pesar del terror que sembraron con su poderío, también ellos bajaron, envueltos en deshonra, con los que murieron a filo de espada. Son paganos, y ahora yacen tendidos entre los que murieron a filo de espada, en medio de los que descendieron a la fosa.
31 »El faraón los verá y se consolará de la muerte de toda su gente, pues él y todo su ejército morirán a filo de espada, afirma el Señor y Dios. 32 Aunque yo hice que el faraón sembrara el terror en la tierra de los vivientes, él y todo su ejército serán sepultados entre los paganos, con los que murieron a filo de espada, afirma el Señor y Dios».
Advertencia a los que rechazan a Dios
14 Busquen la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Asegúrense de que nadie quede fuera de la gracia de Dios, de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos, 16 y también de que nadie sea inmoral ni profano como Esaú, quien por un plato de comida vendió sus derechos de primogénito. 17 Después, como ya saben, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición.
18 Ustedes no se han acercado a una montaña que se pueda tocar o que esté ardiendo en fuego; tampoco a oscuridad, tinieblas o tormenta; 19 ni a sonido de trompeta, ni a tal clamor de palabras que quienes lo oyeron suplicaron que no se les hablara más, 20 porque no podían soportar esta orden: «Será apedreado todo el que toque la montaña, aunque sea un animal».[a] 21 Tan aterrador era este espectáculo que Moisés dijo: «Estoy temblando de miedo».[b]
22 Por el contrario, ustedes se han acercado al monte Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa, 23 a la iglesia de los primogénitos inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el Juez de todos; a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección; 24 a Jesús, el mediador de un nuevo pacto; y a la sangre rociada, que habla mejor que la de Abel.
25 Tengan cuidado de no rechazar al que habla, pues si no escaparon aquellos que rechazaron al que los amonestaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos amonesta desde el cielo. 26 En aquella ocasión, su voz estremeció la tierra, pero ahora ha prometido: «Una vez más haré que se estremezca no solo la tierra, sino también el cielo».[c] 27 La frase «una vez más» indica la remoción de las cosas movibles, es decir, las creadas, para que permanezca lo inconmovible.
28 Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, 29 porque nuestro «Dios es fuego consumidor».[d]
113 ¡Aleluya!
Alaben, siervos del Señor,
alaben el nombre del Señor.
2 Bendito sea el nombre del Señor,
desde ahora y para siempre.
3 Desde la salida del sol hasta su ocaso,
sea alabado el nombre del Señor.
4 El Señor domina sobre todas las naciones;
su gloria está sobre los cielos.
5 ¿Quién como el Señor nuestro Dios,
que tiene su trono en las alturas
6 y se inclina para contemplar los cielos y la tierra?
7 Él levanta del polvo al pobre
y saca del basurero al necesitado;
8 para hacerlos sentar entre príncipes,
entre los príncipes de su pueblo.
9 A la mujer estéril le da un hogar
y le concede la dicha de ser madre de hijos.
¡Aleluya!
114 Cuando Israel, el pueblo de Jacob,
salió de Egipto, de un pueblo de lengua extraña,
2 Judá se convirtió en el santuario de Dios;
Israel llegó a ser su dominio.
3 Al ver esto, el mar huyó;
el Jordán se volvió atrás.
4 Los montes saltaron como carneros,
las colinas saltaron como corderos.
5 ¿Qué te pasó, mar, que huiste,
y a ti, Jordán, que te volviste atrás?
6 ¿Y a ustedes, montes, que saltaron como carneros?
¿Y a ustedes, colinas, que saltaron como corderos?
7 ¡Tiembla, oh tierra, ante el Señor,
tiembla ante el Dios de Jacob!
8 ¡Él convirtió la roca en un estanque,
la dura piedra en manantial de aguas!
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Used by permission. All rights reserved worldwide.