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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Salmos 111-112

111 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Álef

Alabaré al Señor con todo el corazón

Bet

    en la asamblea, en compañía de los rectos.

Guímel

Grandes son las obras del Señor;

Dálet

    meditadas por los que en ellas se deleitan.

He

Gloriosas y majestuosas son sus obras;

Vav

    su justicia permanece para siempre.

Zayin

Ha hecho memorables sus maravillas.

Jet

    ¡El Señor es clemente y compasivo!

Tet

Da de comer a quienes le temen;

Yod

    siempre recuerda su pacto.

Caf

Ha mostrado a su pueblo el poder de sus obras

Lámed

    al darle la heredad de otras naciones.

Mem

Las obras de sus manos son fieles y justas;

Nun

    todos sus preceptos son dignos de confianza,

Sámej

inmutables por los siglos de los siglos,

Ayin

    establecidos con fidelidad y rectitud.

Pe

Pagó el precio del rescate de su pueblo

Tsade

    y estableció su pacto para siempre.

Qof

    ¡Su nombre es santo e imponente!

Resh

10 El principio de la sabiduría es el temor del Señor;

Shin

    buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos.[a]

Tav

    ¡Su alabanza permanece para siempre!

112 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Álef

Dichoso el que teme al Señor,

Bet

    el que halla gran deleite en sus mandamientos.

Guímel

Sus hijos dominarán el país;

Dálet

    la descendencia de los justos será bendecida.

He

En su casa habrá abundantes riquezas,

Vav

    y para siempre permanecerá su justicia.

Zayin

Para los justos, la luz brilla en las tinieblas.

Jet

    ¡Dios es clemente, compasivo y justo!

Tet

Bien le va al que presta con generosidad,

Yod

    y maneja sus negocios con justicia.

Lámed

El justo será siempre recordado;

Caf

    ciertamente nunca fracasará.

Mem

No temerá recibir malas noticias;

Nun

    su corazón estará firme, confiado en el Señor.

Sámej

Su corazón estará seguro, no tendrá temor,

Ayin

    y al final verá derrotados a sus adversarios.

Pe

Reparte sus bienes entre los pobres;

Tsade

    su justicia permanece para siempre;

Qof

    su poder[b] será gloriosamente exaltado.

Resh

10 El malvado verá esto, y se irritará;

Shin

    rechinando los dientes se irá desvaneciendo.

Tav

    ¡La ambición de los impíos será destruida!

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Hebreos 11:32-12:2

32 ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, 33 los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, 34 apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. 35 Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. 36 Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. 37 Fueron apedreados,[a] aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. 38 ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas.

39 Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. 40 Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta[b] sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor.

Dios disciplina a sus hijos

12 Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.

Salmos 148

148 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Alabad al Señor desde los cielos,
    alabadle desde las alturas.
Alabadle, todos sus ángeles,
    alabadle, todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna,
    alabadle, estrellas luminosas.
Alabadle vosotros, altísimos cielos,
    y vosotras, las aguas que estáis sobre los cielos.
Sea alabado el nombre del Señor,
    porque él dio una orden y todo fue creado.
Todo quedó afirmado para siempre;
    emitió un decreto que no será abolido.

Alabad al Señor desde la tierra
    los monstruos marinos y las profundidades del mar,
el relámpago y el granizo, la nieve y la neblina,
    el viento tempestuoso que cumple su mandato,
los montes y las colinas,
    los árboles frutales y todos los cedros,
10 los animales salvajes y los domésticos,
    los reptiles y las aves,
11 los reyes de la tierra y todas las naciones,
    los príncipes y los gobernantes de la tierra,
12 los muchachos y las muchachas,
    los ancianos y los niños.

13 Alabad el nombre del Señor,
    porque solo su nombre es excelso;
su esplendor está por encima de la tierra y de los cielos.
14     ¡Él ha dado poder a su pueblo![a]

¡A él sea la alabanza de todos sus fieles,
    de los hijos de Israel, su pueblo cercano!

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Salmos 150

150 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Alabad a Dios en su santuario,
    alabadle en su poderoso firmamento.
Alabadle por sus proezas,
    alabadle por su inmensa grandeza.
Alabadle con sonido de trompeta,
    alabadle con el arpa y la lira.
Alabadle con panderos y danzas,
    alabadle con cuerdas y flautas.
Alabadle con címbalos sonoros,
    alabadle con címbalos resonantes.

¡Que todo lo que respira alabe al Señor!

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Apocalipsis 21:1-4

La nueva Jerusalén

21 Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir».

Apocalipsis 21:22-22:5

22 No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. 23 La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus espléndidas riquezas.[a] 25 Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán a ella todas las riquezas[b] y el honor de las naciones. 27 Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino solo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.

El río de vida

22 Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, y corría por el centro de la calle[c] principal de la ciudad. A cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce cosechas al año, una por mes; y las hojas del árbol son para la salud de las naciones. Ya no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos le adorarán; lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán por los siglos de los siglos.

Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)

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