Cuando Judit se presentó delante de él y de sus oficiales de servicio, todos se quedaron maravillados de su belleza. Ella se inclinó ante él en señal de reverencia, pero los criados la levantaron.
Holofernes y sus acompañantes vieron a Judit, y se quedaron admirados de su belleza. Entonces Judit se arrodilló ante Holofernes en señal de respeto, pero los sirvientes del comandante la ayudaron a levantarse.