No puede hacerse sabio quien pasa su tiempo arando, quien pone su orgullo en manejar bien la aguijada, quien no hace más que dirigir los bueyes, y solamente se ocupa del ganado,
El campesino, tras el arado, pasa el día entero abriendo surcos y dando de comer a sus terneras. El que anda arriando a los bueyes no sabe hablar de otra cosa.