Pero, como tenía en cuenta que a los que morían piadosamente los aguardaba una gran recompensa, su intención era santa y piadosa. Por esto hizo ofrecer ese sacrificio por los muertos, para que Dios les perdonara su pecado.
Pero como él creía que los que mueren sirviendo a Dios reciben una gran recompensa, entonces lo que hizo fue útil y bueno. Por eso mandó ofrecer ese sacrificio en favor de los muertos, para que Dios les perdonara su pecado.