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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera Antigua (RVA)
Version
Génesis 32

32 Y JACOB se fué su camino, y saliéronle al encuentro ángeles de Dios.

Y dijo Jacob cuando los vió: El campo de Dios es este: y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.

Y envió Jacob mensajeros delante de sí á Esaú su hermano, á la tierra de Seir, campo de Edom.

Y mandóles diciendo: Así diréis á mí señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y detenídome hasta ahora;

Y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío á decirlo á mi señor, por hallar gracia en tus ojos.

Y los mensajeros volvieron á Jacob, diciendo: Vinimos á tu hermano Esaú, y él también vino á recibirte, y cuatrocientos hombres con él.

Entonces Jacob tuvo gran temor, y angustióse; y partió el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos cuadrillas;

Y dijo: Si viniere Esaú á la una cuadrilla y la hiriere, la otra cuadrilla escapará.

Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete á tu tierra y á tu parentela, y yo te haré bien.

10 Menor soy que todas las misericordias, y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; que con mi bordón pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos cuadrillas.

11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga quizá, y me hiera la madre con los hijos.

12 Y tú has dicho: Yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

13 Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino á la mano un presente para su hermano Esaú.

14 Doscientas cabras y veinte machos de cabrío, doscientas ovejas y veinte carneros,

15 Treinta camellas paridas, con sus hijos, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.

16 Y entrególo en mano de sus siervos, cada manada de por sí; y dijo á sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada.

17 Y mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo ¿De quién eres? ¿y adónde vas? ¿y para quién es esto que llevas delante de ti?

18 Entonces dirás: Presente es de tu siervo Jacob, que envía á mi señor Esaú; y he aquí también él viene tras nosotros.

19 Y mandó también al segundo, y al tercero, y á todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme á esto hablaréis á Esaú, cuando le hallareis.

20 Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro: quizá le seré acepto.

21 Y pasó el presente delante de él; y él durmió aquella noche en el campamento.

22 Y levantóse aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.

23 Tomólos pues, y pasólos el arroyo, é hizo pasar lo que tenía.

24 Y quedóse Jacob solo, y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

25 Y como vió que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y descoyuntóse el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

26 Y dijo: Déjame, que raya el alba. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.

27 Y él le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

28 Y él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel: porque has peleado con Dios y con los hombres, y has vencido.

29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y él respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y bendíjolo allí.

30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar Peniel: porque vi á Dios cara á cara, y fué librada mi alma.

31 Y salióle el sol pasado que hubo á Peniel; y cojeaba de su anca.

32 Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo: porque tocó á Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

Marcos 3

Y OTRA vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.

Y le acechaban si en sábado le sanaría, para acusarle.

Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate en medio.

Y les dice: ¿Es lícito hacer bien en sábado, ó hacer mal? ¿salvar la vida, ó quitarla? Mas ellos callaban.

Y mirándolos alrededor con enojo, condoleciéndose de la ceguedad de su corazón, dice al hombre: Extiende tu mano. Y la extendió, y su mano fué restituída sana.

Entonces saliendo los Fariseos, tomaron consejo con los Herodianos contra él, para matarle.

Mas Jesús se apartó á la mar con sus discípulos: y le siguió gran multitud de Galilea, y de Judea.

Y de Jerusalem, y de Idumea, y de la otra parte del Jordán. Y los de alrededor de Tiro y de Sidón, grande multitud, oyendo cuán grandes cosas hacía, vinieron á él.

Y dijo á sus discípulos que le estuviese siempre apercibida la barquilla, por causa del gentío, para que no le oprimiesen.

10 Porque había sanado á muchos; de manera que caían sobre él cuantos tenían plagas, por tocarle.

11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.

12 Mas él les reñía mucho que no le manifestasen.

13 Y subió al monte, y llamó á sí á los que él quiso; y vinieron á él.

14 Y estableció doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos á predicar.

15 Y que tuviesen potestad de sanar enfermedades, y de echar fuera demonios:

16 A Simón, al cual puso por nombre Pedro;

17 Y á Jacobo, hijo de Zebedeo, y á Juan hermano de Jacobo; y les apellidó Boanerges, que es, Hijos del trueno;

18 Y á Andrés, y á Felipe, y á Bartolomé, y á Mateo, y á Tomas, y á Jacobo hijo de Alfeo, y á Tadeo, y á Simón el Cananita,

19 Y á Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron á casa.

20 Y agolpóse de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan.

21 Y como lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle: porque decían: Está fuera de sí.

22 Y los escribas que habían venido de Jerusalem, decían que tenía á Beelzebub, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.

23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera á Satanás?

24 Y si algún reino contra sí mismo fuere dividido, no puede permanecer el tal reino.

25 Y si alguna casa fuere dividida contra sí misma, no puede permanecer la tal casa.

26 Y si Satanás se levantare contra sí mismo, y fuere dividido, no puede permanecer; antes tiene fin.

27 Nadie puede saquear las alhajas del valiente entrando en su casa, si antes no atare al valiente y entonces saqueará su casa.

28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados á los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera con que blasfemaren;

29 Mas cualquiera que blasfemare contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, mas está expuesto á eterno juicio.

30 Porque decían: Tiene espíritu inmundo.

31 Vienen después sus hermanos y su madre, y estando fuera, enviaron á él llamándole.

32 Y la gente estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: He aquí, tu madre y tus hermanos te buscan fuera.

33 Y él les respondió, diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?

34 Y mirando á los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y hermanos.

35 Porque cualquiera que hiciere la voluntad de Dios, éste es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Ester 8

EL MISMO día dió el rey Assuero á la reina Esther la casa de Amán enemigo de los Judíos; y Mardochêo vino delante del rey, porque Esther le declaró lo que era respecto de ella.

Y quitóse el rey su anillo que había vuelto á tomar de Aman, y diólo á Mardochêo. Y Esther puso á Mardochêo sobre la casa de Amán.

Volvió luego Esther á hablar delante del rey, y echóse á sus pies, llorando y rogándole que hiciese nula la maldad de Amán Agageo, y su designio que había formado contra los Judíos.

Entonces extendió el rey á Esther el cetro de oro, y Esther se levantó, y púsose en pie delante del rey.

Y dijo: Si place al rey, y si he hallado gracia delante de el, y si la cosa es recta delante del rey, y agradable yo en sus ojos, sea escrito para revocar las letras del designio de Amán hijo de Amadatha Agageo, que escribió para destruir á los Judíos que están en todas las provincias del rey.

Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará á mi pueblo? ¿cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?

Y respondió el rey Assuero á la reina Esther, y á Mardochêo Judío: He aquí yo he dado á Esther la casa de Amán, y á él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los Judíos.

Escribid pues vosotros á los Judíos como bien os pareciere en el nombre del rey, y sellad lo con el anillo del rey; porque la escritura que se sella con el anillo del rey, no es para revocarla.

Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es Siván, á veintitrés del mismo; y escribióse conforme á todo lo que mandó Mardochêo, á los Judíos, y á los sátrapas, y á los capitanes, y á los príncipes de las provincias que había desde la India hasta la Ethiopía, ciento veintisiete provincias; á cada provincia según su escribir, y á cada pueblo conforme á su lengua, á los Judíos también conforme á su escritura y lengua.

10 Y escribió en nombre del rey Assuero, y selló con el anillo del rey, y envió letras por correos de á caballo, montados en dromedarios, y en mulos hijos de yeguas;

11 Con intimación de que el rey concedía á los Judíos que estaban en todas la ciudades, que se juntasen y estuviesen á la defensa de su vida, prontos á destruir, y matar, y acabar con todo ejército de pueblo o provincia que viniese contra ellos, aun niños y mujeres, y su despojo para presa,

12 En un mismo día en todas las provincias del rey Assuero, en el trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar.

13 La copia de la escritura que había de darse por ordenanza en cada provincia, para que fuese manifiesta á todos los pueblos, decía que los Judíos estuviesen apercibidos para aquel día, para vengarse de sus enemigos.

14 Los correos pues, cabalgando en dromedarios y en mulos, salieron apresurados y constreñidos por el mandamiento del rey: y la ley fué dada en Susán capital del reino.

15 Y salió Mardochêo de delante del rey con vestido real de cárdeno y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura: y la ciudad de Susán se alegró y regocijó.

16 Los Judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra.

17 Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey, los Judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de los pueblos de la tierra se hacían Judíos, porque el temor de los Judíos había caído sobre ellos.

Romanos 3

¿QUÉ, pues, tiene más el Judío? ¿ó qué aprovecha la circuncisión?,

Mucho en todas maneras. Lo primero ciertamente, que la palabra de Dios les ha sido confiada.

¿Pues qué si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿la incredulidad de ellos habrá hecho vana la verdad de Dios?

En ninguna manera; antes bien sea Dios verdadero, mas todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus dichos, Y venzas cuando de ti se juzgare.

Y si nuestra iniquidad encarece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (hablo como hombre.)

En ninguna manera: de otra suerte ¿cómo juzgaría Dios el mundo?

Empero si la verdad de Dios por mi mentira creció á gloria suya, ¿por qué aun así yo soy juzgado como pecador?

¿Y por qué no decir (como somos blasfemados, y como algunos dicen que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? la condenación de los cuales es justa.

¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera: porque ya hemos acusado á Judíos y á Gentiles, que todos están debajo de pecado.

10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;

11 No hay quien entienda, No hay quien busque á Dios;

12 Todos se apartaron, á una fueron hechos inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno:

13 Sepulcro abierto es su garganta; Con sus lenguas tratan engañosamente; Veneno de áspides está debajo de sus labios;

14 Cuya boca está llena de maledicencia y de amargura;

15 Sus pies son ligeros á derramar sangre;

16 Quebrantamiento y desventura hay en sus caminos;

17 Y camino de paz no conocieron:

18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.

19 Empero sabemos que todo lo que la ley dice, á los que están en la ley lo dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete á Dios:

20 Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.

21 Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas:

22 La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia;

23 Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios;

24 Siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús;

25 Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

26 Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dondé pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.

28 Así que, concluímos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley.

29 ¿Es Dios solamente Dios de los Judíos? ¿No es también Dios de los Gentiles? Cierto, también de los Gentiles.

30 Porque uno es Dios, el cual justificará por la fe la circuncisión, y por medio de la fe la incircuncisión.

31 ¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.