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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
2 Samuel 15

15 ¶ Aconteció después de esto, que Absalón se hizo de carros y gente de a caballo, y cincuenta que corrieran delante de él.

Y se levantaba Absalón de mañana, y se ponía a un lado del camino de la puerta; y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba a sí, y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu esclavo es de una de las tribus de Israel.

Entonces Absalón le decía: Mira, tus palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga por el rey.

Y decía Absalón: ¡Quién me pusiera por juez en la tierra, para que vinieran a mí todos los que tienen pleito o negocio, que yo les haría justicia!

Y acontecía que, cuando alguno se llegaba para inclinarse a él, él extendía su mano, y lo tomaba, y lo besaba.

Y de esta manera hacía con todo Israel que venía al rey a juicio; y así robaba Absalón el corazón de los de Israel.

¶ Y al finalizar un periodo predeterminado de cuarenta años aconteció que Absalón dijo al rey: Yo te ruego me permitas que vaya a Hebrón, a pagar mi voto que he prometido al SEÑOR.

Porque tu esclavo hizo voto cuando estaba en Gesur en Siria, diciendo: Si el SEÑOR me volviere a Jerusalén, yo serviré al SEÑOR.

Y el rey dijo: Ve en paz. Y él se levantó, y se fue a Hebrón.

10 Pero envió Absalón espías por todas las tribus de Israel, diciendo: Cuando oyereis el sonido del shofar, diréis: Absalón reina en Hebrón.

11 Y fueron con Absalón doscientos hombres de Jerusalén por él convidados, los cuales iban en su integridad, sin saber nada.

12 También envió Absalón por Ahitofel, el gilonita, del consejo de David, a Gilo su ciudad, mientras hacía sus sacrificios. Y fue hecha una grande conjuración, y el pueblo con Absalón se iba aumentando.

13 ¶ Y vino el aviso a David, diciendo: El corazón del varón de Israel se va tras Absalón.

14 Entonces David dijo a todos sus esclavos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos, y huyamos, porque no podremos escapar de otra manera delante de Absalón; daos prisa a andar, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada.

15 Y los esclavos del rey dijeron al rey: He aquí, tus esclavos están listos a todo lo que nuestro señor el rey eligiere.

16 El rey entonces salió, con toda su casa a pie; y dejó el rey diez mujeres concubinas para que guardaran la casa.

17 Salió, pues, el rey con todo el pueblo a pie, y se pararon en un lugar distante.

18 Y todos sus esclavos pasaban a su lado, y todos los cereteos y peleteos; y todos los geteos, seiscientos hombres que habían venido a pie con él desde Gat, iban delante del rey.

19 Y dijo el rey a Itai, el geteo: ¿Para qué vienes tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey; porque tú eres extranjero, y desterrado también de tu lugar.

20 ¿Ayer viniste, y he de hacer hoy que mudes lugar para ir con nosotros? Yo voy como voy; tú vuélvete, y haz volver a tus hermanos; en ti hay misericordia y verdad.

21 Y respondió Itai al rey, diciendo: Vive Dios, y vive mi señor el rey, que, o para muerte o para vida, donde mi señor el rey estuviere, allí estará también tu esclavo.

22 Entonces David dijo a Itai: Ven pues, y pasa. Y pasó Itai, el geteo, y todos sus varones, y todos sus pequeños.

23 Y todos los de la tierra lloraron en alta voz; y pasó todo el pueblo el arroyo de Cedrón; y después pasó el rey, y todo el pueblo pasó, al camino que va al desierto.

24 ¶ Y he aquí, también iba Sadoc, y con él todos los levitas que llevaban el arca del pacto de Dios; y asentaron el arca del pacto de Dios. Y subió Abiatar después que hubo acabado de salir de la ciudad todo el pueblo.

25 Pero dijo el rey a Sadoc: Vuelve el arca de Dios a la ciudad; que si yo hallare gracia en los ojos del SEÑOR, él me volverá, y me hará ver a ella y a su tabernáculo.

26 Y si dijere: No me agradas; aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere.

27 Dijo aún el rey a Sadoc sacerdote: ¿No eres tú el vidente? Vuélvete en paz a la ciudad; y con vosotros vuestros dos hijos, tu hijo Ahimaas, y Jonatán hijo de Abiatar.

28 Mirad, yo me detendré en los campos del desierto, hasta que venga respuesta de vosotros que me dé aviso.

29 Entonces Sadoc y Abiatar volvieron el arca de Dios a Jerusalén; y se estuvieron allá.

30 Y David subió la cuesta de las olivas; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta, y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, y lloraban mientras subían.

31 ¶ Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel también está con los que conspiraron con Absalón. Entonces dijo David: Enloquece ahora, oh SEÑOR, el consejo de Ahitofel.

32 Y cuando David llegó a la cumbre del monte para adorar allí a Dios, he aquí Husai, el arquita, que le salió al encuentro, trayendo rota su ropa, y tierra sobre su cabeza.

33 Y le dijo David: Si pasares conmigo, me serás de carga;

34 mas si volvieres a la ciudad, y dijeres a Absalón: Rey, yo seré tu esclavo; como hasta aquí he sido esclavo de tu padre, así seré ahora esclavo tuyo, entonces tú disiparás el consejo de Ahitofel.

35 ¿No estarán allí contigo Sadoc y Abiatar sacerdotes? Por tanto, todo lo que oyeres en la casa del rey, darás aviso de ello a Sadoc y a Abiatar sacerdotes.

36 Y he aquí que están con ellos sus dos hijos, Ahimaas el de Sadoc, y Jonatán el de Abiatar; por mano de ellos me enviaréis aviso de todo lo que oyereis.

37 Así se vino Husai compañero especial de David a la ciudad; y Absalón entró en Jerusalén.

2 Corintios 8

¶ Así mismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que ha sido dada a las Iglesias de Macedonia;

que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo permaneció, y su profunda pobreza abundó en riquezas de su bondad.

Porque conforme a sus fuerzas, (como yo testifico por ellos), y aun sobre sus fuerzas han sido liberales;

rogándonos con muchas súplicas, que recibiéramos la gracia y la comunicación del ministerio que se hace para los santos.

Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.

De tal manera que exhortamos a Tito, para que como comenzó antes, así también acabe esta gracia entre vosotros también.

¶ Por tanto, como en todo abundáis, en fe, y en Palabra, y en ciencia, y en toda solicitud, y en vuestra caridad con nosotros, que también abundéis en esta gracia.

No hablo como quien manda, sino por experimentar la liberalidad de vuestra caridad por la solicitud de los otros.

Porque ya sabéis la gracia del Señor nuestro, Jesús el Cristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos.

10 Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis, no sólo a hacerlo, sino también a ser solícitos desde el año pasado.

11 Ahora pues, llevad también a cabo el hecho, para que como fue pronto el ánimo de la voluntad, así también sea en cumplirlo de lo que tenéis.

12 Porque si primero hay la voluntad pronta, será acepta por lo que tiene, no por lo que no tiene.

13 Porque no digo esto para que haya para otros desahogo, y para vosotros apretura;

14 sino para que en este tiempo, por la equidad, vuestra abundancia supla la falta de los otros, para que también la abundancia de ellos otra vez supla vuestra falta, y haya igualdad;

15 como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más; y el que poco, no tuvo menos.

16 ¶ Pero gracias a Dios que dio la misma solicitud por vosotros en el corazón de Tito.

17 Pues a la verdad recibió la exhortación; mas estando también muy solícito, de su voluntad partió para ir a vosotros.

18 Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza es en el Evangelio por todas las Iglesias;

19 y no sólo esto, sino que también fue ordenado por las Iglesias compañero de nuestra peregrinación para llevar esta gracia, que es administrada por nosotros y de vuestro pronto ánimo para gloria del mismo Señor.

20 Evitando que nadie nos vitupere en esta abundancia que ministramos;

21 procurando lo honesto no sólo delante del Señor, sino aun delante de los hombres.

22 Enviamos también con ellos a nuestro hermano, al cual muchas veces hemos experimentado diligente, pero ahora mucho más con la mucha confianza que tenemos en vosotros.

23 En cuanto a Tito, es mi compañero y coadjutor para con vosotros; o acerca de nuestros hermanos, que son apóstoles de las Iglesias, y la gloria del Cristo.

24 Mostrad pues, para con ellos en la faz de las Iglesias la prueba de vuestra caridad, y de nuestro gloriarnos acerca de vosotros.

Ezequiel 22

22 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Y tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de la sangre inocente, y le mostrarás todas sus abominaciones?

Dirás, pues: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!

En tu sangre que derramaste eres culpable, y te has contaminado con tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tus días, y has llegado a tus años; por tanto, te he dado en oprobio a los gentiles, y en escarnio a todas las tierras.

Las que están cerca, y las que están lejos de ti, se reirán de ti, amancillada de fama, y de grande turbación.

He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, fueron en ti para derramar sangre.

Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con calumnia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.

Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado.

Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti; hicieron en medio de ti suciedades.

10 La desnudez del padre descubrieron en ti; la inmunda de menstruo forzaron en ti.

11 Y cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo; y cada uno contaminó su nuera torpemente; y cada uno forzó en ti a su hermana, hija de su padre.

12 Soborno recibieron en ti para derramar sangre; usura y logro tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dijo el Señor DIOS.

13 Y he aquí, que herí mi mano a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de tus sangres que fueron en medio de ti.

14 ¿Estará firme tu corazón? ¿Tus manos serán fuertes en los días que obraré yo contra ti? Yo, el SEÑOR, he hablado, y lo haré.

15 Y yo te esparciré por los gentiles, y te aventaré por las tierras; y haré fenecer de ti tu inmundicia.

16 Y tomarás heredad en ti a los ojos de los gentiles; y sabrás que yo soy el SEÑOR.

17 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

18 Hijo de hombre, la Casa de Israel se me ha tornado en escoria; todos ellos como bronce, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno; escorias de plata se tornaron.

19 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto todos vosotros os habéis tornado en escorias, por tanto, he aquí que yo os junto en medio de Jerusalén.

20 Como quien junta plata, bronce, hierro, plomo y estaño en medio del horno, para soplar fuego en él para fundir; así os juntaré en mi furor y en mi ira, y os haré reposar, y os fundiré.

21 Yo os juntaré y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos.

22 Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo, el SEÑOR, habré derramado mi enojo sobre vosotros.

23 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

24 Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.

25 La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella.

26 Sus sacerdotes violentaron mi ley, y contaminaron mis santuarios, entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni entre inmundo y limpio hicieron manifestación; y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo era profanado en medio de ellos.

27 Sus príncipes en medio de ella como lobos que arrebataban presa, derramando sangre, para destruir las almas, para seguir su avaricia.

28 Y sus profetas los pañetaban con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y adivinándoles mentira, diciendo: Así dijo el Señor DIOS; y el SEÑOR no había hablado.

29 El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al pobre y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho.

30 Y busqué de ellos hombre que hiciera vallado y que se pusiera al portillo delante de mí por la tierra, para que yo no la destruyera; y no le hallé.

31 Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el fuego de mi ira los consumí; torné el camino de ellos sobre su cabeza, dijo el Señor DIOS.

Salmos 69

Al Vencedor: sobre Sosanim (lirios): Salmo de David.

Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.

Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie; soy venido en profundos de aguas, y la corriente me ha anegado.

He trabajado llamando, mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; se han fortalecido mis enemigos, los que me destruyen sin por qué; entonces devolví lo que no hurté.

Dios, tú sabes mi locura; y mis delitos no te son ocultos.

No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor DIOS de los ejércitos; no sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.

Porque por ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro.

He sido extrañado de mis hermanos, y extraño a los hijos de mi madre.

Porque me consumió el celo de tu Casa; y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

10 Y lloré con ayuno de mi alma; y me has sido por afrenta.

11 Puse además cilicio por mi vestido; y vine a serles por proverbio.

12 Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, y me zaherían en las canciones de los bebedores de sidra.

13 ¶ Pero yo enderezaba mi oración a ti, oh SEÑOR, al tiempo de la buena voluntad. Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salud, óyeme.

14 Sácame del lodo, y no sea yo anegado; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.

15 No me anegue el ímpetu de las aguas, ni me trague la hondura, ni el pozo cierre sobre mí su boca.

16 Oyeme, SEÑOR, porque apacible es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus miseraciones.

17 Y no escondas tu rostro de tu esclavo; porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.

18 Acércate a mi alma, redímela; líbrame a causa de mis enemigos.

19 Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.

20 La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado; y esperé quién se compadeciera de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé.

21 Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.

22 ¶ Sea su mesa delante de ellos por lazo, y lo que es para prosperidad les sea por tropiezo.

23 Sean oscurecidos sus ojos para ver, y haz siempre titubear sus lomos.

24 Derrama sobre ellos tu ira, y el furor de tu enojo los alcance.

25 Sea su palacio asolado; en sus tiendas no haya morador.

26 Porque persiguieron al que tú heriste; y se jactan que les matas sus enemigos.

27 Pon iniquidad sobre su iniquidad, y no entren en tu justicia.

28 Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos con los justos.

29 Y yo pobre y dolorido, tu salud, oh Dios, me defenderá.

30 Yo alabaré el Nombre de Dios con canción; lo ensalzaré con alabanza.

31 Y agradará al SEÑOR más que sacrificio de buey, o becerro que echa cuernos y pezuñas.

32 Lo verán los humildes, y se gozarán; buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón.

33 Porque el SEÑOR oye a los menesterosos, y no menosprecia a sus prisioneros.

34 Alábenlo los cielos y la tierra, los mares, y todo lo que se mueve en ellos.

35 Porque Dios guardará a Sion, y reedificará las ciudades de Judá; y habitarán allí, y la heredarán.

36 Y la simiente de sus esclavos la heredará, y los que aman su Nombre habitarán en ella.

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