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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
2 Crónicas 14-15

Reinado de Asa

14 [a]Y Abías durmió con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David, y su hijo Asa reinó en su lugar(A). Y el país estuvo en paz por diez años durante sus días.

[b]Y Asa hizo lo bueno y lo recto ante los ojos del Señor su Dios, porque quitó los altares extranjeros y los lugares altos, destruyó los pilares sagrados, derribó las Aseras[c](B), y ordenó a Judá que buscara al Señor, Dios de sus padres y cumpliera la ley y el mandamiento. También quitó los lugares altos y los altares de incienso[d](C) de todas las ciudades de Judá. Y bajo él, el reino estuvo en paz. Y edificó ciudades fortificadas en Judá(D), ya que el país estaba en paz y nadie estaba en guerra con él[e] durante aquellos años, porque el Señor le había dado tranquilidad(E). Dijo, pues, a Judá: Edifiquemos estas ciudades y cerquémoslas de murallas con torres, puertas y barras(F). La tierra es aún nuestra[f], porque hemos buscado al Señor nuestro Dios; le hemos buscado, y Él nos ha dado tranquilidad por todas partes. Edificaron, pues, y prosperaron. Asa tenía un ejército de trescientos mil hombres de Judá que llevaban escudos grandes y lanzas, y doscientos ochenta mil de Benjamín que llevaban escudos y usaban arcos; todos ellos valientes guerreros(G).

Y salió contra ellos Zera el etíope con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros(H), y vino hasta Maresa(I). 10 Y Asa salió a su encuentro[g], y se pusieron en orden de batalla en el valle de Sefata junto a Maresa. 11 Entonces Asa invocó al Señor su Dios(J), y dijo: Señor, no hay nadie más que tú para ayudar en la batalla entre el poderoso y los que no tienen fuerza; ayúdanos, oh Señor Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos(K) y en tu nombre hemos venido contra esta multitud. Oh Señor, tú eres nuestro Dios; que no prevalezca hombre alguno contra ti. 12 Y el Señor derrotó[h] a los etíopes delante de Asa y delante de Judá(L), y los etíopes huyeron. 13 Y Asa y el pueblo que estaba con él los persiguieron hasta Gerar(M); y cayeron tantos etíopes que no pudieron rehacerse[i], porque fueron destrozados delante del Señor y delante de su ejército. Y recogieron muchísimo botín. 14 Destruyeron[j] todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el terror del Señor había caído sobre ellos(N); y saquearon todas las ciudades pues había mucho botín en ellas. 15 También hirieron a los que poseían[k] ganado, y se llevaron gran cantidad de ovejas y camellos. Entonces regresaron a Jerusalén.

Reformas religiosas de Asa

15 Y el Espíritu de Dios vino sobre(O) Azarías, hijo de Oded, y salió al encuentro[l] de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: el Señor estará con vosotros(P) mientras vosotros estéis con Él. Y si le buscáis, se dejará encontrar por vosotros(Q); pero si le abandonáis, os abandonará. Y por muchos días Israel estuvo sin el Dios verdadero(R), y sin sacerdote que enseñara, y sin ley(S). Pero en su angustia se volvieron al Señor, Dios de Israel, y le buscaron, y Él se dejó encontrar por ellos(T). Y en aquellos tiempos no había paz para el que salía ni para el que entraba(U), sino muchas tribulaciones sobre todos los habitantes de las tierras. Y era destruida nación por nación, y ciudad por ciudad, porque Dios los afligió con toda clase de adversidades(V). Mas vosotros, esforzaos y no desmayéis[m](W), porque hay recompensa por vuestra obra(X).

Y cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del profeta Azarías, hijo de Oded[n], se animó y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que había conquistado en la región montañosa de Efraín(Y). Entonces restauró el altar del Señor que estaba delante del pórtico del Señor(Z). Y reunió a todo Judá y Benjamín y a los de Efraín, Manasés y Simeón que residían con ellos, porque muchos de Israel se pasaron a él cuando vieron que el Señor su Dios estaba con él(AA). 10 Se reunieron, pues, en Jerusalén en el tercer mes del año quince del reinado de Asa. 11 Y aquel día sacrificaron al Señor setecientos bueyes y siete mil ovejas del botín que habían traído(AB). 12 E hicieron[o] pacto para buscar al Señor(AC), Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma; 13 y que todo el que no buscara al Señor, Dios de Israel, moriría, ya fuera pequeño o grande, hombre o mujer(AD). 14 Además, lo juraron al Señor con gran voz, con gritos, con trompetas y con cuernos. 15 Y todo Judá se alegró en cuanto al juramento, porque habían jurado de todo corazón y le habían buscado sinceramente[p], y Él se dejó encontrar por ellos. Y el Señor les dio tranquilidad por todas partes(AE).

16 (AF)Y él también depuso a Maaca, su madre[q], de ser reina madre, porque ella había hecho una horrible imagen de[r] Asera, y Asa derribó la[s] horrible imagen(AG), la hizo pedazos(AH) y la quemó junto al torrente Cedrón. 17 Pero los lugares altos no fueron quitados de Israel; sin embargo, el corazón de Asa fue intachable todos sus días. 18 Y trajo a la casa de Dios las cosas consagradas por su padre y sus propias cosas consagradas: plata, oro y utensilios. 19 Y no hubo más guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asa.

Apocalipsis 4

Visión del trono de Dios

Después de esto miré(A), y vi[a] una puerta abierta en el cielo(B); y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta(C) que hablaba conmigo, decía: Sube(D) acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de estas(E). Al instante estaba yo en el Espíritu[b](F), y vi[c] un trono colocado en el cielo(G), y a uno sentado en el trono(H). Y el que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspe(I) y sardio[d](J), y alrededor del trono había un arco iris[e](K), de aspecto semejante a la esmeralda(L). Y alrededor del trono(M) había veinticuatro tronos(N); y sentados(O) en los tronos, veinticuatro ancianos(P) vestidos de ropas blancas(Q), con coronas de oro en la cabeza(R). Del trono salían relámpagos(S), voces[f] y truenos; y delante del trono había siete lámparas(T) de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios(U). Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal(V); y en medio del trono y alrededor del trono(W), cuatro seres vivientes(X) llenos de ojos por delante y por detrás(Y). El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando(Z). Y los cuatro seres vivientes(AA), cada uno de ellos con[g] seis alas(AB), estaban llenos de ojos alrededor y por dentro(AC), y día y noche(AD) no cesaban de decir[h]:

Santo, Santo, Santo, es el Señor(AE) Dios,

el Todopoderoso(AF), el que era, el que es y el que ha de venir(AG).

Y cada vez que[i] los seres vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono(AH), al que vive por los siglos de los siglos(AI), 10 los veinticuatro ancianos(AJ) se postran[j] delante del(AK) que está sentado en el trono(AL), y adoran[k] al que vive por los siglos de los siglos(AM), y echan[l] sus coronas delante del trono(AN), diciendo:

11 Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder(AO), porque tú creaste todas las cosas(AP), y por tu voluntad existen[m] y fueron creadas.

Hageo 2

Promesa de Dios a Zorobabel

El día veintiuno del mes séptimo, vino la palabra del Señor por medio[a] del profeta Hageo(A), diciendo: Habla ahora a Zorobabel, hijo de Salatiel(B), gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac(C), y al remanente del pueblo, diciendo: «¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto este templo[b](D) en su gloria primera(E)? ¿Y cómo lo veis ahora? Tal como está, ¿no es como nada a vuestros ojos? Pero ahora, esfuérzate, Zorobabel» —declara el Señor— «esfuérzate tú también, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, y esforzaos todos vosotros, pueblo de la tierra(F)» —declara el Señor— «y trabajad, porque yo estoy con vosotros(G)» —declara el Señor de los ejércitos. «Conforme a la promesa[c] que os hice[d] cuando salisteis de Egipto(H), mi Espíritu permanece[e] en medio de vosotros(I); no temáis(J)». Porque así dice el Señor de los ejércitos: «Una vez más(K), dentro de poco[f](L), yo haré temblar los cielos y la tierra(M), el mar y la tierra firme. Y haré temblar a todas las naciones; vendrán entonces los tesoros[g] de todas las naciones(N), y yo llenaré de gloria esta casa(O)» —dice el Señor de los ejércitos. «Mía es la plata y mío es el oro(P)» —declara el Señor de los ejércitos. «La gloria postrera(Q) de esta casa será mayor que la primera(R)» —dice el Señor de los ejércitos— «y en este lugar daré paz(S)» —declara el Señor de los ejércitos.

10 El día veinticuatro del mes noveno, en el año segundo de Darío, vino la palabra del Señor al profeta Hageo(T), diciendo: 11 Así dice el Señor de los ejércitos: «Pide ahora instrucción[h](U) a los sacerdotes[i]: 12 “Si alguno lleva carne consagrada en la falda[j] de su vestidura, y toca con su falda[k] pan, alimento cocido, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará este consagrado(V)?”». Y los sacerdotes respondieron, y dijeron: No. 13 Y dijo Hageo: Si alguno, inmundo por el contacto con un cadáver[l], toca cualquiera de estas cosas, ¿quedará inmunda? Respondieron los sacerdotes, y dijeron: Quedará inmunda(W). 14 Entonces volvió a hablar Hageo y dijo: «Así es este pueblo y así es esta nación delante de mí» —declara el Señor— «y así es toda obra de sus manos; y lo que aquí ofrecen, inmundo es(X). 15 Ahora pues, considerad bien[m] esto de hoy en adelante[n](Y): antes que se pusiera piedra sobre piedra en el templo del Señor(Z), 16 desde aquel tiempo[o], venía alguno a un montón de veinte medidas, y había solo diez; venía alguno al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había solo veinte. 17 Os herí con viento abrasador, con añublo y con granizo en toda obra de vuestras manos(AA); pero ninguno de vosotros se volvió a mí[p]» —declara el Señor. 18 «Pero considerad bien[q] esto desde hoy en adelante[r](AB), desde el día veinticuatro del mes noveno(AC); desde el día en que se pusieron los cimientos del templo del Señor(AD), considerad bien[s]: 19 ¿Está todavía la semilla en el granero? Todavía la vid, la higuera, el granado y el olivo no han dado fruto; pero desde hoy yo os bendeciré(AE)».

20 Y la palabra del Señor vino por segunda vez a Hageo(AF), el día veinticuatro del mes, diciendo: 21 Habla a Zorobabel, gobernador de Judá(AG), diciendo: «Yo estremeceré los cielos y la tierra(AH), 22 y volcaré el trono de los reinos y destruiré el poder de los reinos de las naciones[t](AI); y volcaré el carro y a los que montan en él, y caerán los caballos y sus jinetes(AJ), cada uno por la espada de su hermano(AK). 23 En aquel día» —declara el Señor de los ejércitos— «te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Salatiel, siervo mío» —declara el Señor— «y te pondré como anillo de sello(AL), porque yo te he escogido(AM)» —declara el Señor de los ejércitos.

Juan 3

El nuevo nacimiento

Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo(A), prominente[a](B) entre los judíos. Este vino a Jesús[b] de noche y le dijo: Rabí(C), sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales[c](D) que tú haces si Dios no está con él(E). Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo[d](F) no puede ver el reino de Dios(G). Nicodemo le dijo*: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu(H) no puede entrar en el reino de Dios(I). Lo que es nacido de la carne, carne es(J), y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: «Os es necesario nacer de nuevo[e]». El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va(K); así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede ser esto? 10 Jesús respondió y le dijo: Tú eres maestro(L) de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? 11 En verdad, en verdad te digo que hablamos lo que sabemos(M) y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no recibís nuestro testimonio(N). 12 Si os he hablado de las cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las celestiales? 13 Nadie ha subido al cielo(O), sino el que bajó del cielo(P), es decir, el Hijo del Hombre(Q) que está en el cielo[f]. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto(R), así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre(S), 15 para que todo aquel que cree, tenga en Él[g] vida eterna(T).

El amor de Dios

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo(U), que dio a su Hijo unigénito[h](V), para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna(W). 17 Porque Dios no envió(X) a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él(Y). 18 El que cree en Él no es condenado[i](Z); pero el que no cree, ya ha sido condenado[j], porque no ha creído en el nombre del unigénito[k] Hijo de Dios(AA). 19 Y este es el juicio: que la luz vino al mundo(AB), y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas(AC). 20 Porque todo el que hace lo malo odia la luz(AD), y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. 21 Pero el que practica la verdad(AE) viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.

Testimonio final de Juan el Bautista

22 Después de esto vino Jesús con sus discípulos(AF) a la tierra de Judea, y estaba allí con ellos, y bautizaba(AG). 23 Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua[l]; y muchos venían y eran bautizados. 24 Porque Juan todavía no había sido metido en la cárcel(AH). 25 Surgió entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación(AI). 26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí(AJ), mira, el que estaba contigo al otro lado del Jordán(AK), de quien diste testimonio(AL), está bautizando y todos van a Él. 27 Respondió Juan y dijo: Un hombre no puede recibir nada si no le es dado del cielo(AM). 28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: «Yo no soy el Cristo[m](AN), sino que he sido enviado delante de Él». 29 El que tiene la novia es el novio(AO), pero el amigo del novio, que está allí y le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado(AP). 30 Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya.

31 El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede[n] de la tierra y habla de la tierra(AQ). El que procede del cielo está sobre todos(AR). 32 Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe su testimonio(AS). 33 El que ha recibido su testimonio ha certificado(AT) esto: que Dios es veraz. 34 Porque aquel a quien Dios ha enviado(AU) habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu(AV) sin medida[o]. 35 El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano(AW). 36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna(AX); pero el que no obedece[p](AY) al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.

La Biblia de las Américas (LBLA)

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