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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
Ezequiel 42-43

Las habitaciones para los sacerdotes

42 El hombre me llevó al atrio exterior, en dirección al norte. Me hizo entrar a las habitaciones que estaban hacia el norte, frente al patio cerrado y frente al edificio detrás del Templo. Todo esto medía cien codos[a] de largo por el lado norte y cincuenta codos de ancho. Frente a los veinte codos del atrio interior y frente al enlosado del atrio exterior, había en los tres pisos unas galerías, las cuales quedaban unas frente a las otras. Frente a las habitaciones había un pasillo interior de diez codos de ancho y cien codos[b] de largo. Sus puertas daban al norte. Las habitaciones del piso superior eran más estrechas que las del piso inferior y las del piso intermedio, porque las galerías quitaban más espacio a las de arriba. Las habitaciones en el tercer piso no tenían columnas como las habitaciones del atrio; por eso eran más estrechas que las del piso intermedio y las del piso inferior. Había un muro exterior que corría paralelo y de frente a las habitaciones del atrio exterior, el cual medía cincuenta codos de largo. Las habitaciones que daban al atrio exterior medían cincuenta codos, mientras que las que estaban próximas a la nave central medían cien codos. A las habitaciones del piso inferior se entraba por el atrio exterior, es decir, por el este.

10 Por el lado sur,[c] a lo largo del muro del atrio, frente al patio y frente al edificio detrás del Templo, había unas habitaciones. 11 Tenían un pasillo frente a ellas, como el de las habitaciones de la parte norte. A su vez, tenían la misma longitud, el mismo ancho, las mismas salidas, disposiciones y entradas. 12 Bajo las habitaciones que daban al sur, frente al muro que daba al este, que era por donde se podía entrar a ellas, había una entrada al comienzo de cada pasillo.

13 Después el hombre me dijo: «Las habitaciones del norte y del sur, que están frente al patio, son las habitaciones sagradas. Allí es donde los sacerdotes que se acercan al Señor comerán las ofrendas más sagradas. Allí colocarán las ofrendas más sagradas, la ofrenda de cereal, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa, porque el lugar es santo. 14 Cuando los sacerdotes entren allí, no saldrán al atrio exterior sin dejar antes las vestiduras con que ministran, porque esas vestiduras son santas. Antes de acercarse a los lugares destinados para el pueblo deberán vestirse con otra ropa».

15 Cuando él terminó de medir el interior del Templo, me hizo salir por la puerta que da al oriente y midió todo el contorno. 16 Tomó la vara para medir el lado oriental y este medía quinientos codos.[d] 17 Después midió el lado norte y también medía quinientos codos; 18 luego el lado sur: quinientos codos; usando la vara de medir. 19 Luego se volvió hacia el lado oeste y lo midió: quinientos codos; usando la vara de medir. 20 El hombre tomó las medidas de los cuatro lados. La zona estaba rodeada por un muro que medía quinientos codos de largo por quinientos codos de ancho. Este muro separaba lo sagrado de lo profano.

La gloria del Señor vuelve al Templo

43 Entonces el hombre me llevó a la puerta que da al oriente. Vi que la gloria del Dios de Israel venía del oriente, en medio de un ruido ensordecedor, semejante al de un río caudaloso. Y la tierra resplandecía con su gloria. Esta visión era semejante a la que tuve cuando él vino a destruir la ciudad de Jerusalén; también, a la que tuve junto al río Quebar. Y caí rostro en tierra, cuando la gloria del Señor entró al Templo por la puerta que daba al oriente. Entonces el Espíritu me levantó, me introdujo en el atrio interior y vi que la gloria del Señor había llenado el Templo.

Mientras el hombre estaba de pie a mi lado, oí que alguien me hablaba desde el Templo. Me decía: «Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo la planta de mis pies; aquí habitaré entre los israelitas para siempre. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a profanar mi santo nombre con sus infidelidades ni con las ofrendas funerarias que presentan a sus reyes. Los israelitas profanaron mi santo nombre con sus abominaciones, pues colocaron su umbral y sus postes junto a los míos, con tan solo un muro entre ellos y yo. Por eso, en mi ira los exterminé. Que alejen ahora de mí sus infidelidades y sus ofrendas funerarias a sus reyes, y yo habitaré en medio de ellos para siempre.

10 »Hijo de hombre, describe al pueblo de Israel el Templo, con sus planos y medidas, para que se avergüencen de sus iniquidades. 11 Y, si se avergüenzan de todo lo que han hecho, hazles conocer el diseño del Templo y su estructura, con sus salidas y entradas, es decir, todo su diseño, al igual que sus estatutos y sus leyes. Pon todo esto por escrito ante sus ojos, para que sean fieles al diseño y cumplan todos sus estatutos.

12 »Esta es la ley del Templo: todo el terreno que lo rodea sobre la cumbre del monte será un Lugar Santísimo. Tal es la ley del Templo».

El altar

13 Estas son las medidas del altar en codos, a razón de un codo y un palmo.[e] Alrededor del altar había una fosa de un codo de hondo por un codo de ancho, con un reborde de un palmo alrededor de toda la orilla. La altura del altar era la siguiente: 14 Desde la fosa en el suelo hasta el zócalo inferior tenía dos codos de alto y un codo de ancho; y desde el zócalo inferior hasta el zócalo superior, medía cuatro codos de alto y un codo de ancho. 15 El lugar del fuego del altar medía cuatro codos de alto y desde allí se erguían cuatro cuernos. 16 El lugar del fuego del altar era un cuadrado perfecto de doce codos de largo por doce codos de ancho. 17 El zócalo superior también era un cuadrado de catorce codos de largo por catorce de ancho, y alrededor de todo el altar había un reborde de medio codo. La fosa alrededor del altar tenía un codo de ancho. Las gradas del altar daban al oriente.

18 Luego él me dijo: «Hijo de hombre, así dice el Señor y Dios: El día que se construya el altar para ofrecer los holocaustos y para derramar la sangre, se deberán seguir estos estatutos: 19 A los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc que se acercan para ministrar delante de mí les darás un novillo para que lo ofrezcan como sacrificio por el pecado, afirma el Señor y Dios. 20 Luego tomarás un poco de la sangre. Con ella rociarás los cuatro cuernos, las cuatro esquinas del zócalo superior y todo el reborde que lo rodea. Así lo limpiarás y lo purificarás. 21 Después tomarás el novillo del sacrificio por el pecado, y este será quemado en el lugar señalado en el Templo, fuera del santuario.

22 »Al segundo día, ofrecerás como sacrificio por el pecado un macho cabrío sin defecto y el altar quedará purificado de la misma manera que se purificó con el novillo. 23 Cuando hayas terminado de purificarlo, ofrecerás un novillo y un carnero sin defecto 24 en presencia del Señor. Los sacerdotes los rociarán con sal y los ofrecerán como holocausto al Señor.

25 »Diariamente, durante siete días, ofrecerás un macho cabrío para el sacrificio por el pecado; también, un novillo y un carnero del rebaño, ambos sin defecto. 26 Durante siete días los sacerdotes harán la ceremonia de purificación del altar y así lo limpiarán; de este modo quedará consagrado. 27 Al cabo de estos siete días, y a partir del día octavo, comenzarán a ofrecer sobre el altar los holocaustos y sacrificios de comunión de ustedes. Entonces yo los aceptaré, afirma el Señor y Dios».

Santiago 5

Advertencia a los ricos opresores

Ahora escuchen, ustedes los ricos: ¡lloren a gritos por las calamidades que les vienen encima! Se ha podrido su riqueza y sus ropas están comidas por la polilla. Se han oxidado su oro y su plata. Ese óxido dará testimonio contra ustedes y consumirá como fuego sus cuerpos. Han amontonado riquezas, ¡y eso que estamos en los días finales! Oigan cómo clama contra ustedes el salario no pagado a los obreros que trabajaron en sus campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor de los Ejércitos. Ustedes han llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que han hecho es engordar para el día de la matanza.[a] Han condenado y matado al justo sin que él ofreciera resistencia.

Paciencia en los sufrimientos

Por tanto, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las lluvias de otoño y primavera. Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca. No se quejen unos de otros, hermanos, para que no sean juzgados. ¡El Juez ya está a la puerta!

10 Hermanos, tomen como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. 11 En verdad, consideramos dichosos a los que perseveraron. Ustedes han oído hablar de la perseverancia de Job y han visto lo que al final le dio el Señor. El Señor es muy compasivo y misericordioso.

12 Sobre todo, hermanos míos, no juren ni por el cielo ni por la tierra ni por ninguna otra cosa. Que su «sí» sea «sí», y su «no», «no», para que no sean condenados.

La oración de fe

13 ¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas. 14 ¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los líderes de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. 15 La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha cometido pecados, sus pecados se le perdonarán. 16 Por eso, confiésense unos a otros sus pecados y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.

17 Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. 18 Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos.

19 Hermanos míos, si alguno de ustedes se extravía de la verdad y otro lo hace volver a ella, 20 recuerden que quien hace volver a un pecador de su extravío lo salvará de la muerte y cubrirá muchísimos pecados.

Salmos 119:1-16

Álef

119 Dichosos los que van por caminos intachables,
    los que andan conforme a la Ley del Señor.
Dichosos los que obedecen sus mandatos
    y de todo corazón lo buscan.
Jamás hacen nada malo,
    sino que siguen los caminos de Dios.
Tú has establecido tus preceptos,
    para que se cumplan fielmente.
¡Cuánto deseo afirmar mis caminos
    para cumplir tus estatutos!
No tendré que pasar vergüenzas
    cuando considere todos tus mandamientos.
Te alabaré con un corazón recto,
    cuando aprenda tus justas leyes.
Tus estatutos cumpliré;
    no me abandones del todo.

Bet

¿Cómo puede el joven mantener limpio su camino?
    Viviendo conforme a tu palabra.
10 Yo te busco con todo el corazón;
    no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
11 En mi corazón atesoro tus dichos
    para no pecar contra ti.
12 ¡Bendito seas, Señor!
    ¡Enséñame tus estatutos!
13 Con mis labios he proclamado
    todas las leyes que has promulgado.
14 Me regocijo en el camino de tus mandatos
    más que en[a] todas las riquezas.
15 En tus preceptos medito
    y pongo mis ojos en tus sendas.
16 En tus estatutos hallo mi deleite
    y jamás olvidaré tu palabra.

Proverbios 28:6-7

Más vale ser pobre, pero íntegro
    que rico y perverso.

El hijo entendido se sujeta a la ley;
    el derrochador deshonra a su padre.

Nueva Versión Internacional (NVI)

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