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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
Daniel 9:1 - Oseas 13:6

Oración de Daniel

«Era el primer año del reinado de Darío, hijo de Asuero[a] y descendiente de los medos, quien llegó a ser el gobernante del reino de los babilonios.[b] En su primer año de reinado, yo, Daniel, comprendí ese pasaje de las Escrituras[c] donde el Señor comunicó al profeta Jeremías que la ruina de Jerusalén duraría setenta años. Entonces me puse a orar y a dirigir mis súplicas al Señor mi Dios. Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas.

»Esta fue la oración y confesión que hice al Señor:

»“Señor, Dios grande y temible, que cumples tu pacto de fidelidad con los que te aman y obedecen tus mandamientos: Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes. No hemos prestado atención a tus siervos los profetas que, en tu nombre, hablaron a nuestros reyes y príncipes, a nuestros antepasados y a todos los habitantes de la tierra.

»”Señor, tuya es la justicia y nuestra es la vergüenza. Sí, nosotros, pueblo de Judá, habitantes de Jerusalén y de todo Israel, tanto los que vivimos cerca como los que se hallan lejos, en todos los países por los que nos has dispersado por haberte sido infieles. Señor, tanto nosotros como nuestros reyes y príncipes, y nuestros antepasados, cargamos con la vergüenza por haber pecado contra ti. Pero aun cuando nos hemos rebelado contra ti, tú, Señor nuestro, eres un Dios compasivo y perdonador.

10 »”Señor y Dios nuestro, no hemos obedecido ni seguido tus leyes, las cuales nos diste por medio de tus siervos los profetas. 11 Todo Israel ha transgredido tu Ley y se alejaron cuando rechazaron obedecerte. Por eso, las maldiciones y los juicios escritos en la Ley de Moisés, siervo de Dios, han sido derramadas sobre nosotros, porque pecamos contra ti. 12 Tú has cumplido las advertencias que hiciste a nuestros gobernantes y a nosotros; has traído sobre nosotros esta gran calamidad. Jamás ha ocurrido bajo el cielo nada semejante a lo que sucedió con Jerusalén.

13 »”Señor y Dios nuestro, todo este desastre nos ha sobrevenido, tal y como está escrito en la Ley de Moisés, y ni aun así hemos buscado tu favor. No nos hemos apartado de nuestros pecados ni hemos prestado atención a tu verdad.

14 »”El Señor no dudó en traer sobre nosotros esta calamidad; porque el Señor nuestro Dios es justo en todo lo que hace, y aun así no obedecimos.

15 »”Y ahora, Señor y Dios nuestro, que con mano poderosa sacaste de Egipto a tu pueblo y te has hecho un nombre que permanece hasta este día, nosotros hemos pecado y hecho lo malo. 16 Señor, de acuerdo con tus actos justos, por favor aparta tu ira y tu furor de Jerusalén, tu ciudad y tu monte santo. Por nuestros pecados y por la iniquidad de nuestros antepasados, Jerusalén y tu pueblo son objeto de burla de cuantos nos rodean.

17 »”Y ahora, Dios nuestro, escucha las oraciones y súplicas de este siervo tuyo. Por causa de tu nombre, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre[d] tu santuario que ha quedado desolado. 18 Préstanos oído, Dios nuestro; abre los ojos y mira nuestra ruina y la ciudad sobre la cual se invoca tu Nombre. Al hacerte estas peticiones, no apelamos a nuestra rectitud, sino a tu gran misericordia. 19 ¡Señor, escúchanos! ¡Señor, perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, hazlo por tu honor y no tardes más; tu Nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo”.

Las setenta semanas

20 »Yo seguí hablando y orando al Señor mi Dios. Le confesé mi pecado y el de mi pueblo Israel y supliqué en favor de su santo monte. 21 Mientras seguía orando, Gabriel, a quien había visto en mi visión anterior, se me acercó volando rápidamente, como a la hora del sacrificio de la tarde. 22 Me hizo la siguiente aclaración:

»“Daniel, he venido en este momento para que entiendas todo con claridad. 23 Tan pronto como comenzaste a orar, hubo una respuesta que vine a decirte, porque eres muy apreciado. Presta, pues, atención a mis palabras, para que entiendas la visión.

24 »”Setenta semanas[e] han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a las transgresiones y pecados, pidan perdón por la maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía y consagren el Lugar Santísimo.[f]

25 »”Entiende bien lo siguiente: Habrá siete semanas desde la promulgación del decreto que ordena la reconstrucción de Jerusalén hasta la llegada del Príncipe Ungido. Luego habrá sesenta y dos semanas más. Entonces será reconstruida Jerusalén, con sus calles y trincheras, pero en tiempos difíciles. 26 Después de las sesenta y dos semanas se le quitará la vida al Ungido y se quedará sin nada. La ciudad y el santuario serán destruidos por el pueblo de un príncipe que vendrá. El fin vendrá como una inundación, la destrucción no cesará[g] hasta que termine la guerra. 27 Durante una semana ese gobernante hará un pacto con muchos, pero a media semana pondrá fin a los sacrificios y ofrendas. Y en el Templo[h] establecerá la abominación que causa destrucción, hasta que sobrevenga el desastroso fin que le ha sido decretado”».

Daniel junto al río Tigris

10 En el tercer año del reinado de Ciro de Persia, Daniel, que también se llamaba Beltsasar, recibió una revelación acerca de una gran guerra.[i] El mensaje era verdadero y Daniel pudo comprender su significado en la visión.

«En aquella ocasión yo, Daniel, pasé tres semanas como si estuviera de luto. En todo ese tiempo no comí nada especial, ni probé carne ni vino, ni usé ningún perfume.

»El día veinticuatro del mes primero, mientras me encontraba yo a la orilla del gran río Tigris, levanté los ojos y vi ante mí a un hombre vestido de tela de lino con un cinturón de oro proveniente de Ufaz. Su cuerpo brillaba como el topacio y su rostro resplandecía como el relámpago. Sus ojos eran dos antorchas encendidas y sus brazos y piernas parecían de bronce bruñido; su voz resonaba como el eco de una multitud.

»Yo, Daniel, fui el único que tuvo esta visión. Los que estaban conmigo, aunque no vieron nada, se asustaron y corrieron a esconderse. Nadie se quedó conmigo cuando tuve esta gran visión. Las fuerzas me abandonaron, palideció mi rostro y casi me desvanecí. Fue entonces cuando escuché a aquel hombre. Mientras me hablaba, quedé aturdido y con el rostro en tierra.

10 »En ese momento una mano me tocó y me puso sobre mis manos y rodillas, que aún temblaban, 11 y me dijo: “Levántate, Daniel, pues he sido enviado a verte. Tú eres muy apreciado, así que presta atención a lo que voy a decirte”.

»En cuanto aquel hombre me habló, me puse de pie temblando.

12 »Entonces me dijo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí. 13 Pero durante veintiún días el príncipe del reino de Persia se me opuso, así que acudió en mi ayuda Miguel, uno de los principales príncipes. Y me quedé allí, con los reyes de Persia. 14 Pero ahora he venido a explicarte lo que va a suceder a tu pueblo en el futuro, pues la visión se refiere a un tiempo aún por venir”.

15 »Y cuando él me decía esto, yo me incliné de cara al suelo y guardé silencio. 16 Entonces alguien con aspecto humano tocó mis labios y yo los abrí; entonces comencé a hablar. Y dije al que estaba delante de mí: “Señor, por causa de esta visión me siento muy angustiado y sin fuerzas. 17 ¿Cómo es posible que yo, que soy tu siervo, hable contigo? Las fuerzas me han abandonado y apenas puedo respirar”.

18 »Una vez más, el de aspecto humano me tocó y me infundió fuerzas. 19 Dijo: “No temas, eres muy apreciado. ¡La paz sea contigo! ¡Sé fuerte, sé fuerte!”.

»Mientras él me hablaba, yo fui fortaleciéndome y dije: “¡Habla, mi señor!, porque me has fortalecido”. 20 Y me preguntó: “¿Sabes por qué he venido a verte? Pues porque debo volver a pelear contra el príncipe de Persia. Y, cuando termine de luchar con él, hará su aparición el príncipe de Grecia. 21 Pero antes de eso, te diré lo que está escrito en el Libro de la Verdad. En mi lucha contra ellos, solo cuento con el apoyo de Miguel, el príncipe de ustedes.

11 »”Cuando Darío el Medo estaba en el primer año de su reinado, le brindé mi apoyo y mi ayuda.

Los reyes del norte y del sur

»”Pero ahora voy a darte a conocer la verdad. Van a levantarse en Persia tres reyes más y hasta un cuarto, el cual será más rico que los otros tres. En cuanto haya cobrado fuerza con sus riquezas, incitará a todos contra el reino griego. Surgirá entonces un rey muy aguerrido, el cual gobernará con gran autoridad y hará lo que mejor le parezca. Pero tan pronto como surja su imperio, se quebrará y se esparcirá hacia los cuatro vientos del cielo. Este imperio no será para sus descendientes, ni tendrá el poder que tuvo bajo su gobierno, porque Dios lo dividirá y se lo entregará a otros.

»”El rey del sur cobrará fuerza, pero uno de sus comandantes se hará más fuerte que él y gobernará su propio reino con gran poder. Después de algunos años se convertirán en aliados. La hija del rey del sur irá al rey del norte para hacer una alianza. Pero perderá su poder y su linaje no sobrevivirá. En esos días será traicionada, junto con su escolta real, su padre y quien la apoyó.

»”Pero se levantará uno de su familia en su lugar. Él atacará las fuerzas del rey del norte y entrará a su fortaleza; luchará contra ellos y saldrá victorioso. Se apoderará de las estatuas de metal de sus dioses, de sus objetos de oro y plata. Se los llevará a Egipto, dejando tranquilo al rey del norte durante algunos años. Luego el rey del norte invadirá los dominios del rey del sur, pero se verá forzado a volver a su país. 10 Sus hijos se prepararán para la guerra, reunirán un gran ejército que, como una inundación, avanzará arrasándolo todo hasta llegar a la fortaleza.

11 »”Enfurecido, el rey del sur marchará en contra del rey del norte, que será derrotado a pesar de contar con un gran ejército. 12 Ante el triunfo obtenido, el rey del sur se llenará de orgullo y matará a miles; pero su victoria no durará 13 porque el rey del norte reunirá a otro ejército más numeroso y mejor armado que el anterior y, después de algunos años, volverá a atacar al rey del sur.

14 »”En esos tiempos muchos se levantarán contra el rey del sur, incluso gente violenta de tu pueblo, pero no saldrán victoriosos. Así se cumplirá la visión. 15 Entonces el rey del norte vendrá y levantará rampas de asalto y conquistará la ciudad fortificada, pues las fuerzas del sur no podrán resistir; ni siquiera sus mejores tropas podrán ofrecer resistencia. 16 El ejército invasor hará lo que quiera hacer, pues nadie podrá hacerle frente; se establecerá en la Hermosa Tierra y tendrá el poder para destruirla. 17 Él se dispondrá a atacar con todo el poder de su reino, pero hará una alianza con el rey del sur: este le dará su hija en matrimonio, con miras a derrocar su reino, pero sus planes no tendrán el éxito esperado. 18 Dirigirá entonces sus ataques contra las ciudades costeras y conquistará muchas de ellas, pero un general pondrá fin a su insolencia y lo hará quedar en ridículo. 19 Después de eso, el rey del norte regresará a la fortaleza de su país, pero sufrirá un tropiezo y no volverá a saberse nada de él.

20 »”Su sucesor enviará un recaudador de impuestos para mantener el esplendor del reino. Pero poco tiempo después ese rey perderá la vida, aunque no en el fragor de la batalla.

21 »”Le sucederá una persona despreciable, al que no se le ha concedido el honor de la realeza, que invadirá el reino cuando la gente se sienta más segura y usurpará el trono por medio de intrigas. 22 Arrasará como una inundación a las fuerzas que se le opongan; las derrotará por completo, lo mismo que al príncipe del pacto. 23 Engañará a los que pacten con él y con un grupo reducido usurpará el trono. 24 Cuando las provincias más ricas se sientan más seguras, las invadirá, logrando así lo que jamás lograron sus padres y abuelos. Repartirá entre sus seguidores el botín y las riquezas que haya ganado en la guerra, y hará planes para atacar las ciudades fortificadas. Pero esto no durará mucho tiempo.

25 »”Con un gran ejército, descargará su poder y ardor sobre el rey del Sur. Este enfrentará la guerra con un ejército muy grande y poderoso, pero no podrá resistir, porque será traicionado. 26 Los mismos que compartían su mesa buscarán su ruina; su ejército será derrotado por completo y muchos caerán en batalla. 27 Sentados a la misma mesa, estos dos reyes pensarán solo en hacerse daño y se mentirán el uno al otro; pero esto de nada servirá, porque el momento del fin todavía no habrá llegado. 28 El rey del norte regresará a su país con grandes riquezas, pero su corazón se opondrá al pacto santo; así que llevará a cabo sus planes y luego volverá a su país.

29 »”En el momento preciso, el rey del norte volverá a invadir el sur, aunque esta vez el resultado será diferente, 30 porque los barcos de guerra de las costas occidentales se opondrán a él y se desanimará. Entonces retrocederá y descargará su enojo contra el pacto santo. En su retirada, se mostrará bondadoso con los que renegaron de él.

31 »”Sus soldados se dedicarán a profanar la fortaleza del Templo, suspenderán el sacrificio diario y luego establecerán la abominación que causa destrucción. 32 Corromperá con halagos a los que hayan renegado del pacto, pero los que conozcan a su Dios se le opondrán con firmeza.

33 »”Los sabios instruirán a muchos, aunque durante algún tiempo morirán a filo de espada, o serán quemados, o se les tomará cautivos y se les despojará de todo. 34 Cuando caigan, recibirán muy poca ayuda, aunque mucha gente hipócrita se les unirá. 35 Algunos de los sabios caerán, pero esa prueba los purificará y perfeccionará para que, cuando llegue el tiempo del fin, no tengan mancha alguna. Todavía falta para que llegue el momento preciso.

El rey se exalta a sí mismo

36 »”El rey hará lo que mejor le parezca. Se exaltará a sí mismo, se creerá superior a todos los dioses, y dirá cosas contra el Dios de dioses que nadie antes se atrevió a decir. Su éxito durará mientras la ira de Dios no llegue a su colmo, aunque lo que ha de suceder sucederá. 37 Ese rey no respetará a los dioses de sus antepasados, ni al dios que adoran las mujeres, ni a ningún otro dios, sino que se exaltará a sí mismo por encima de todos ellos. 38 En su lugar, adorará al dios de las fortalezas; honrará a un dios que sus antepasados no conocieron, y le presentará costosas ofrendas de oro, plata y piedras preciosas. 39 Con la ayuda de un dios extraño atacará las fortalezas más poderosas. Rendirá grandes honores a aquellos que lo reconozcan, pues en recompensa, los pondrá como gobernadores de grandes multitudes y les dará tierras.

40 »”Cuando llegue el tiempo del fin, el rey del sur trabará combate contra el rey del norte, pero este responderá a su ataque con carros y caballos, y con toda una flota de barcos de guerra. Invadirá muchos países y los arrasará como una inundación. 41 También invadirá la Hermosa Tierra, y muchos países caerán bajo su poder, aunque Edom y Moab y los jefes de Amón escaparán de sus manos. 42 Extenderá su poder sobre muchos países; ni Egipto podrá salvarse. 43 Se adueñará de los tesoros de oro y plata de Egipto, y de todas sus riquezas, y también someterá a los libios y a los cusitas.[j] 44 Sin embargo, le llegarán noticias alarmantes del este y del norte. En su furor se pondrá en marcha dispuesto a destruir y matar a mucha gente. 45 Plantará su campamento real entre los mares,[k] en el bello monte santo; pero allí llegará su fin y nadie acudirá en su ayuda.

La hora final

12 »”Entonces se levantará Miguel, el gran príncipe protector de tu pueblo. Habrá un período de angustia, como no lo ha habido jamás desde que las naciones existen. Pero tu pueblo será liberado; todos los que están inscritos en el libro. Del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vida eterna; pero otros para quedar en la vergüenza y el desprecio eternos. Los sabios resplandecerán con el brillo del cielo; los que guían a muchos en el camino de la justicia brillarán como las estrellas por toda la eternidad. Pero tú, Daniel, guarda en secreto las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin, pues muchos andarán de un lado a otro tratando de aumentar su conocimiento”.

»Yo, Daniel, vi ante mí a dos hombres. Uno de ellos estaba a una orilla del río; el otro, en la orilla opuesta. Uno de ellos dijo al hombre vestido de tela de lino, que estaba sobre las aguas del río: “¿Cuánto falta para que se cumplan estas cosas asombrosas?”.

»Y oí al hombre vestido de tela de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual levantó las manos al cielo y juró por el que vive para siempre: “Faltan un tiempo, tiempos y medio tiempo.[l] Todo esto se cumplirá, cuando termine la destrucción del pueblo santo”.

»Aunque escuché lo que dijo ese hombre, no pude entenderlo, así que pregunté: “Señor, ¿en qué va a parar todo esto?”. Y él me respondió: “Sigue adelante, Daniel, que estas palabras se mantendrán secretas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán purificados y perfeccionados, y quedarán limpios, pero los malvados seguirán en su maldad. Ninguno de ellos entenderá nada, pero los sabios lo entenderán todo. 11 A partir del momento en que se suspenda el sacrificio diario y se establezca la abominación que causa destrucción, transcurrirán mil doscientos noventa días. 12 ¡Dichoso el que espere a que hayan transcurrido mil trescientos treinta y cinco días! 13 Pero tú, persevera hasta el fin y descansa, que al final de los tiempos te levantarás para recibir tu recompensa”».

Esta es la palabra del Señor que vino a Oseas, hijo de Beerí, durante los reinados de Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y durante el reinado de Jeroboán, hijo de Joás, rey de Israel.

La esposa y los hijos de Oseas

Cuando el Señor comenzó a hablar por medio de Oseas le dijo: «Ve y toma por esposa una prostituta y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!».

Oseas fue y tomó por esposa a Gómer, hija de Diblayin, la cual concibió y dio a luz un hijo.

Entonces el Señor dijo: «Ponle por nombre Jezrel,[m] porque dentro de poco haré que la casa real de Jehú pague por la masacre en Jezrel. Así pondré fin al dominio del reino de Israel. Ese día quebraré el arco de Israel en el valle de Jezrel».

Ella volvió a concebir y dio a luz una niña. Entonces el Señor dijo a Oseas: «Ponle por nombre Lorrujama,[n] porque no volveré a mostrar amor al reino de Israel, sino que le negaré el perdón. En cambio, mostraré mi amor al pueblo de Judá y la salvaré; pero no por medio de arco, ni de espada, ni de batallas, ni tampoco por medio de caballos y jinetes, sino por medio del Señor su Dios».

Cuando ella dejó de amamantar a Lorrujama, volvió a concebir y tuvo otro hijo. Entonces el Señor dijo a Oseas: «Ponle por nombre: Loamí,[o] porque ustedes no son mi pueblo y yo no soy su Dios.

10 »Con todo, los israelitas serán tan numerosos como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el mismo lugar donde se les llamó Loamí, se les llamará “hijos del Dios viviente”. 11 El pueblo de Judá se reunirá con el pueblo de Israel y nombrarán un solo jefe; resurgirán en su país, porque grande será el día de Jezrel.

»Llamen a sus hermanos Amí,[p] y a sus hermanas Rujama.[q]

Castigo y restauración de Israel

»¡Acusen a su madre! ¡Acúsenla!
    ¡Porque ella no es mi esposa
    ni yo su marido!
¡Que se quite del rostro el maquillaje de prostituta
    y de entre los pechos los adornos de su adulterio!
De lo contrario, la desnudaré por completo;
    la dejaré como el día en que nació.
La pondré como un desierto:
    la convertiré en tierra seca
    y la mataré de sed.
No tendré compasión de sus hijos,
    porque son hijos de prostitución.
Su madre es una prostituta;
    la que los concibió es una desvergonzada.
Pues dijo: “Quiero ir tras mis amantes,
    que me dan mi pan y mi agua,
    mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas”.
Por eso le cerraré el paso con espinos;
    la encerraré para que no encuentre el camino.
Perseguirá a sus amantes y no los alcanzará;
    los buscará y no los encontrará:
entonces dirá:
    “Prefiero volver con mi primer esposo,
    porque antes me iba mejor que ahora”.
Ella no ha reconocido que fui yo
    quien le dio el grano, el vino nuevo y el aceite.
Yo le había multiplicado la plata y el oro,
    que ella usó para Baal.

»Por eso, volveré para quitarle mi grano cuando esté maduro
    y mi vino nuevo en su estación.
La dejaré sin la lana y el lino
    que le di para cubrir su desnudez.
10 Voy a exhibir su desvergüenza
    a la vista de sus amantes,
    y nadie la librará de mi mano.
11 Pondré fin a todas sus celebraciones:
    sus fiestas anuales, sus lunas nuevas,
    sus días de reposo y sus festividades.
12 Devastaré sus vides y sus higueras,
    que consideraba la paga de sus amantes.
Las convertiré en maleza,
    y los animales del campo acabarán con ellas.
13 La llamaré a cuentas por los días
    en que quemaba incienso a sus baales,
cuando se adornaba con zarcillos y joyas
    y, olvidándose de mí, se iba tras sus amantes»,
    afirma el Señor.

14 «Por eso, ahora voy a seducirla,
    la llevaré al desierto
    y le hablaré con ternura.
15 Allí le devolveré sus viñedos
    y convertiré el valle de Acor[r] en una puerta de Esperanza.
Allí responderá, como en los días de su juventud,
    como en el día en que salió de Egipto.

16 »En aquel día», afirma el Señor,
    «me llamarás “esposo mío”
    y no me llamarás más “mi señor”.[s]
17 Quitaré de tus labios el nombre de tus baales
    y nunca más volverás a invocarlos.
18 En aquel día haré un pacto en favor de ellos
    con los animales del campo, con las aves de los cielos
    y con los reptiles de la tierra.
Eliminaré del país arcos, espadas y guerra,
    para que todos duerman seguros.
19 Te haré mi esposa para siempre.
    Te haré mi esposa con derecho y justicia,
    en gran amor y compasión.
20 Te haré mi esposa con fidelidad
    y entonces conocerás al Señor.

21 »En aquel día yo responderé»,
    afirma el Señor,
«yo responderé al cielo
    y el cielo responderá a la tierra;
22 la tierra responderá al cereal,
    al vino nuevo y al aceite
    y estos responderán a Jezrel.[t]
23 Yo la sembraré para mí en la tierra;
    mostraré mi amor a Lorrujama.[u]
A Loamí[v] lo llamaré Amí;[w]
    y él me dirá: “Tú eres mi Dios”».

Oseas se reconcilia con su esposa

El Señor me dijo: «Ve y vuelve a amar a tu esposa, aunque sea amante de otro y adúltera. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a otros dioses y se deleiten con las tortas de pasas consagradas que les ofrecen».

Compré entonces a esa mujer por quince siclos[x] de plata y un jómer y un létec de cebada;[y] luego le dije: «Vas a vivir conmigo mucho tiempo, pero sin prostituirte. No tendrás relaciones sexuales con ningún otro hombre, y yo me comportaré de la misma manera contigo».

Porque los israelitas vivirán mucho tiempo sin rey o príncipe, sin sacrificio o altares, sin efod o ídolos familiares.[z] Después ellos se arrepentirán y buscarán nuevamente al Señor su Dios y a David, su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.

Pleito contra Israel

Escuchen, israelitas, la palabra del Señor,
    porque el Señor entabla un pleito
    contra los habitantes del país:
«Ya no hay en esta tierra fidelidad ni amor
    ni conocimiento de Dios.
Solo hay maldición, mentira y asesinato,
    robo y adulterio.
Abunda la violencia
    y los homicidios se multiplican.
Por tanto, se resecará la tierra
    y desfallecerán todos sus habitantes.
¡Morirán las bestias del campo,
    las aves del cielo y los peces del mar!

»¡Que nadie acuse ni reprenda a nadie!
    ¡Tu pueblo parece acusar al sacerdote!
Tropiezas de día y de noche
    y los profetas tropiezan contigo.
Tu madre dejará de existir,
    pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido.

»Puesto que rechazaste el conocimiento,
    yo también te rechazo como mi sacerdote.
Ya que te olvidaste de la Ley de tu Dios,
    yo también me olvidaré de tus hijos.
Mientras más aumentaban los sacerdotes,
    más pecaban contra mí;
    cambiaron a quien es su gloria en algo vergonzoso.
Del pecado de mi pueblo se alimentan;
    disfrutan de su perversidad.
¡Como es el pueblo, así será el sacerdote!
    Por eso les pediré cuentas de su conducta
    y les daré la paga de sus acciones.

10 »Comerán, pero no quedarán satisfechos;
    se prostituirán, pero no procrearán;
porque han abandonado al Señor
para entregarse 11     a la prostitución,
al vino viejo y al vino nuevo,
    que hacen perder la razón.
12 Mi pueblo consulta a su ídolo de madera
    y ese pedazo de palo le responde.
Un espíritu de prostitución los descarría;
    se prostituyen en abierto desafío a su Dios.
13 Sobre las cumbres de los montes ofrecen sacrificios,
    queman incienso en las colinas,
bajo la agradable sombra
    de robles, álamos y encinas.
Por eso se prostituyen sus hijas
    y cometen adulterio sus nueras.

14 »Pero no castigaré a sus hijas
    por sus prostituciones
ni a sus nueras
    por sus adulterios,
porque sus propios maridos se juntan con prostitutas
    y participan en sacrificios ofrecidos por prostitutas de cultos paganos.
¡Un pueblo sin entendimiento
    se precipita a la ruina!

15 »Si tú, Israel, te prostituyes,
    ¡que no resulte culpable Judá!

»No vayan a Guilgal
    ni suban a Bet Avén,[aa]
    ni juren diciendo: “¡Tan cierto como vive el Señor!”.
16 Israel es tan terco
    como una novilla indómita.
¿Cómo podrá el Señor pastorearlos
    en campo abierto, como a corderos?
17 Efraín se ha aliado con los ídolos;
    ¡pues que se quede con ellos!
18 Cuando ya no tienen buen vino,
    se entregan de lleno a la prostitución,
    ¡y hasta sus gobernantes aman la deshonra!
19 ¡Por eso un torbellino los arrastrará
    y quedarán avergonzados por sus sacrificios!

Juicio contra Israel

»¡Oigan esto, sacerdotes!
    ¡Pongan atención, israelitas!
¡Escucha, casa real!
    ¡Contra ustedes es la sentencia!
En Mizpa han sido ustedes una trampa;
    en el monte Tabor, una red tendida.
Los rebeldes se han excedido en su matanza;
    por eso, yo los disciplinaré a todos.
Yo conozco bien a Efraín;
    Israel no me es desconocido.
Tú, Efraín, te has prostituido;
    e Israel se ha contaminado.

»Sus malas obras no les permiten
    volverse a su Dios;
hay espíritu de prostitución en su interior
    que les impide reconocer al Señor.
La arrogancia de Israel testificará en su contra;
    Israel y Efraín tropezarán con su maldad,
    también Judá caerá como ellos.
Con sus ovejas y sus vacas
    irán en busca del Señor,
pero no lo encontrarán
    porque él se ha apartado de ellos.
Han traicionado al Señor;
    han dado a luz hijos de otros padres.
Al llegar la luna nueva
    serán devorados junto a sus heredades.

»Toquen el cuerno en Guibeá,
    hagan sonar la trompeta en Ramá,
lancen el grito de guerra en Bet Avén:[ab]
    “¡Cuídate las espaldas, Benjamín!”.
En el día de la reprensión
    Efraín quedará desolado.
Entre las tribus de Israel
    doy a conocer lo que les va a pasar.
10 Los líderes de Judá se parecen
    a los que alteran los linderos.
¡Derramaré mi enojo sobre ellos
    como agua en una inundación!
11 Efraín está oprimido,
    aplastado por el juicio,
    empeñado en seguir a los ídolos.[ac]
12 ¡Pues seré para Efraín como polilla
    y como podredumbre para el pueblo de Judá!

13 »Cuando Efraín vio su enfermedad
    y Judá reparó en sus llagas,
Efraín recurrió a Asiria
    y pidió la ayuda del gran rey.
Pero el rey no podrá sanarlo
    ni tampoco curar sus llagas.
14 Yo seré como un león para Efraín
    y como un gran león para el pueblo de Judá.
Yo mismo los haré pedazos y luego me alejaré;
    yo mismo me llevaré la presa y no habrá quien me la arrebate.
15 Volveré luego a mi morada
    hasta que reconozcan su culpa
    y busquen mi rostro;
en su angustia
    me buscarán con sinceridad».

Impenitencia de Israel

¡Vengan, volvámonos al Señor!
Él nos ha despedazado,
    pero nos sanará;
nos ha herido,
    pero nos vendará.
Después de dos días nos dará vida nuevamente;
    al tercer día nos levantará,
    y así viviremos en su presencia.
Conozcamos al Señor;
    esforcémonos por conocerlo.
Tan cierto como que sale el sol,
    él habrá de manifestarse;
vendrá a nosotros como la lluvia de invierno,
    como la lluvia de primavera que riega la tierra.

«¿Qué voy a hacer contigo, Efraín?
    ¿Qué voy a hacer contigo, Judá?
El amor de ustedes es como nube matutina,
    como rocío que temprano se evapora.
Por eso los hice pedazos por medio de los profetas;
    los herí con las palabras de mi boca.
    ¡Mis juicios brillan como la luz!
Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios,
    conocimiento de Dios en lugar de holocaustos.
Pero ellos, como Adán han quebrantado el pacto,
    ¡me han traicionado!
Galaad es una ciudad de malhechores;
    sus pisadas dejan huellas de sangre.
Una pandilla de sacerdotes
    está al acecho en el camino a Siquén
y, como banda de salteadores,
    comete toda clase de infamias.
10 En el reino de Israel he visto algo horrible:
    se ha prostituido a Efraín
    e Israel se ha contaminado.

11 »¡A ti también, Judá,
    te espera la cosecha de tu maldad!

»Cuando yo restaure la fortuna de mi pueblo

    y cuando yo sane a Israel,
la perversidad de Efraín y la maldad de Samaria
    quedarán al descubierto.
Porque ellos cometen fraudes;
    mientras el ladrón se mete en las casas,
    una banda de salteadores roba en las calles.
No consideran en sus corazones[ad]
    que yo recuerdo todas sus maldades.
Sus malas acciones los tienen cercados,
    siempre las tengo presentes.

»Con su maldad alegran al rey;
    con sus mentiras, a los príncipes.
¡Todos ellos son adúlteros!
    Parecen un horno encendido
cuyo fuego no hace falta atizar
    desde que el panadero prepara la harina hasta que la masa fermenta.
En el día de fiesta de nuestro rey,
    los príncipes se encienden con el vino
    y el rey da la mano a los burladores.
Sus corazones son como un horno,
    mientras se acercan con intrigas.
Su ira se adormece por la noche,
    pero se reaviva por la mañana.
Todos ellos arden como un horno
    y devoran a sus gobernantes.
Caen todos sus reyes,
    pero ninguno de ellos me invoca.

»Efraín se mezcla con las naciones;
    parece una torta cocida de un solo lado.
Los extranjeros minan sus fuerzas,
    pero él ni cuenta se da.
Su pelo se ha encanecido,
    pero él ni cuenta se da.
10 La arrogancia de Israel testifica en su contra,
    pero él no se vuelve al Señor su Dios;
a pesar de todo esto,
    no lo busca.

11 »Efraín es como una paloma
    torpe y sin entendimiento,
que unas veces pide ayuda a Egipto
    y otras, recurre a Asiria.
12 Cuando vayan, lanzaré mi red sobre ellos;
    los derribaré como a las aves del cielo
y cuando escuche que están juntos,
    los atraparé.
13 ¡Ay de ellos,
    que de mí se alejaron!
¡Destrucción vendrá sobre ellos
    por rebelarse contra mí!
Yo bien podría redimirlos,
    pero ellos mienten sobre mí.
14 No me invocan de corazón,
    sino que se lamentan echados en sus camas.
Para obtener grano y vino nuevo
    se laceran[ae]
    y se ponen en mi contra.
15 Yo adiestré y fortalecí sus brazos,
    pero ellos maquinan maldades contra mí.
16 No se vuelven al Altísimo;
    son como un arco engañoso.
Sus líderes caerán a filo de espada
    por sus palabras insolentes.
Y en la tierra de Egipto
    se burlarán de ellos.

Siembran vientos y cosechan tempestades

»¡Pon la trompeta sobre tus labios!
    ¡Un águila se cierne sobre la casa del Señor!
Han quebrantado mi pacto
    y se han rebelado contra mi Ley,
Israel clama a mí:
    “¡Dios nuestro, te conocemos!”.
Pero Israel ha rechazado el bien,
    así que un enemigo lo perseguirá.
Establecen reyes sin mi consentimiento
    y escogen príncipes sin mi aprobación.
Con su plata y con su oro se hacen ídolos
    para su propia destrucción.
Samaria, ¡arroja el becerro que tienes por ídolo!
    Contra ustedes se ha encendido mi ira.
    ¿Hasta cuándo serán incapaces de purificarse?
¡Ese becerro procede de Israel!
    Es obra de un escultor,
    no es Dios.
Ese becerro de Samaria
    será hecho pedazos.

»Sembraron vientos
    y cosecharán tempestades.
El tallo no tiene espiga
    y no producirá harina;
si acaso llegara a producirla,
    se la tragarían los extranjeros.
Pues a Israel se lo han tragado
    y hoy es de poca estima entre las naciones.
Porque ellos subieron a Asiria;
    se apartaron como asno salvaje
    y Efraín se vendió a sus amantes.
10 Aunque se haya vendido a las naciones,
    ahora los reuniré.
Comenzarán a angustiarse
    bajo la opresión del rey poderoso.

11 »Efraín multiplicó sus altares para ofrendas por el pecado
    y esos altares se convirtieron en lugares para pecar.
12 Les escribí las grandezas de mi Ley,
    pero las tuvieron como cosa extraña.
13 Me han ofrecido sacrificios y ofrendas,
    y se han comido la carne,
    pero el Señor no se agrada con ellos.
Ahora voy a recordar sus maldades
    y castigaré sus pecados;
    y tendrán que regresar a Egipto.
14 Israel se olvidó de su Hacedor
    y se edificó palacios;
    Judá multiplicó las ciudades amuralladas;
pero yo enviaré fuego sobre sus ciudades
    y consumirá sus fortalezas».

El castigo a Israel

No te alegres, Israel;
    no hagas fiesta como las otras naciones,
porque te has prostituido.
    ¡Le has sido infiel a tu Dios!
Prefieres la paga de prostituta
    que recibes en todos los trigales.[af]
Ni el trigo ni las uvas podrán alimentarlos;
    el vino nuevo les faltará.
No habitarán en la tierra del Señor;
    Efraín regresará a Egipto
    y comerá alimentos impuros en Asiria.
No ofrecerán al Señor ofrendas líquidas de vino
    ni le serán gratos sus sacrificios.
Tales sacrificios serán para ellos como pan de lágrimas;
    quienes lo coman quedarán impuros.
Esa comida será para ellos mismos,
    pero no entrará en la casa del Señor.

¿Qué harán ustedes en el día de festividad,
    en el día de la fiesta del Señor?
Aunque escapen de la destrucción,
    los recogerá Egipto
    y los enterrará Menfis.
Sus tesoros de plata se llenarán de ortigas,
    y los espinos invadirán sus tiendas de campaña.
Han llegado los días del castigo,
    han llegado los días de la retribución.
    ¡Que lo sepa Israel!
Es tan grande tu maldad
    y tan intensa tu hostilidad,
que al profeta se le tiene por necio,
    y al hombre inspirado, por loco.
El profeta, junto con mi Dios,
    es el centinela de Efraín,[ag]
pero enfrenta trampas en todos sus caminos,
    y hostilidad en la casa de su Dios.
Han llegado al colmo de la corrupción,
    como en los días de Guibeá;
¡pero Dios se acordará de sus maldades
    y los castigará por sus pecados!

10 «Cuando encontré a Israel,
    fue como hallar uvas en el desierto;
cuando vi a sus antepasados,
    fue como ver los primeros frutos en la higuera.
Pero ellos se fueron a Baal Peor
    y se entregaron a la vergüenza;
    ¡se volvieron tan detestables como el objeto de su amor!
11 El esplendor de Efraín saldrá volando como un ave;
    no habrá más concepción ni embarazo ni nacimiento.
12 Y aun cuando vean crecer a sus hijos,
    yo los arrebataré hasta que no quede ninguno.
¡Ay de ellos cuando los abandone!
13 He visto a Efraín y a Tiro
    plantados en un lugar agradable.[ah]
    Pero Efraín entregará sus hijos al verdugo».

14 Dales, Señor
    ¿qué les darás?
¡Dales vientres que aborten
    y pechos resecos!

15 «Toda su maldad comenzó en Guilgal;
    allí comencé a aborrecerlos.
Por causa de sus maldades,
    los expulsaré de mi casa.
No los amaré más,
    pues todos sus líderes son rebeldes.
16 Efraín se ha marchitado:
    su raíz se secó
    y no produce fruto.
Aunque llegue a tener hijos,
    mataré el precioso fruto de su vientre».

17 Como no lo obedecieron, mi Dios los rechazará;
    andarán errantes entre las naciones.

10 Israel era una vid frondosa
    que daba fruto para sí mismo.
Pero cuanto más aumentaba su fruto,
    más altares construía;
cuanto más prosperaba su país,
    más hermosas hacía sus piedras sagradas.
Su corazón es engañoso,
    pero tendrá que cargar con su culpa.
El Señor destrozará sus altares
    y devastará sus piedras sagradas.

Tal vez dirán: «No hemos temido al Señor
    y por eso no tenemos rey.
Pero aun si lo tuviéramos,
    ¿qué podría hacer por nosotros?».
Hacen muchas promesas;
    juran con falsedad
    y hacen tratos;
por eso florecen los pleitos
    como la mala yerba en el campo.
Temen los moradores de Samaria
    por el ternero que adoran en Bet Avén.[ai]
El pueblo del becerro hará duelo por él
    y también los sacerdotes idólatras,
los que se regocijaron por su esplendor,
    porque se lo llevarán al destierro.
El becerro será llevado a Asiria
    como tributo para el gran rey.
Efraín quedará humillado;
    Israel se avergonzará de sus planes.
Samaria y su rey desaparecerán
    como rama arrastrada por el agua.
Serán destruidos sus altares paganos,
    lugares de pecado de Israel.
    Cardos y espinos crecerán sobre sus altares.
Entonces dirán a las montañas: «¡Cúbrannos!»,
    y a las colinas: «¡Caigan sobre nosotros!».

«Tú, Israel, has venido pecando desde los días de Guibeá
    y allí te has mantenido.
¿No alcanzará la guerra a los malvados en Guibeá?
10 Cuando yo quiera, los castigaré;
    entonces las naciones se juntarán contra ellos
    para aprisionarlos por su doble maldad.
11 Efraín es una ternera adiestrada
    a la que le gusta trillar;
    pues bien, yo pondré el yugo sobre su hermoso cuello.
Haré que Efraín lleve el yugo,
    Judá tendrá que arar
    y Jacob preparará la tierra».
12 ¡Siembren para ustedes justicia!
    ¡Cosechen el fruto del amor inagotable
    y abran surcos en terrenos no labrados!
¡Ya es tiempo de buscar al Señor!,
    hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia.
13 Pero ustedes sembraron maldad,
    cosecharon crímenes
    y comieron el fruto de la mentira,
porque confiaron en sus carros
    y en la multitud de sus guerreros.
14 Un estruendo de guerra se levantará contra su pueblo
    y todas sus fortalezas serán devastadas,
como devastó Salmán a Bet Arbel en el día de la batalla,
    cuando las madres fueron destrozadas junto con sus hijos.
15 Esto es lo que les sucederá a ustedes, Betel,
    a causa de su extrema maldad.
Pues el rey de Israel será destruido por completo
    en cuanto amanezca.

El amor de Dios por Israel

11 «Desde que Israel era niño, yo lo amé.
    De Egipto llamé a mi hijo,
pero cuanto más lo llamaba,
    más se alejaba de mí.[aj]
Sacrificaban a los baales
    y quemaban incienso a los ídolos.
Fui quien enseñó a caminar a Efraín,
    tomándolo de los brazos.
Pero él no quiso reconocer
    que era yo quien lo sanaba.
Lo atraje con cuerdas de ternura,[ak]
    lo atraje con lazos de amor.
Le quité de la cerviz el yugo
    y con cariño me acerqué para alimentarlo.

»No volverá a tierra de Egipto
    y Asiria reinará sobre ellos,
    porque no quisieron volverse a mí.
En sus ciudades se blandirán espadas,
    que destrozarán los barrotes de sus puertas
    y acabarán con sus planes.
Mi pueblo está decidido a rebelarse contra mí.
    Aunque me invocan como el Altísimo, no los exaltaré.

»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín?
    ¿Cómo podría abandonarte, Israel?
¿Cómo puedo entregarte como a Admá?
    ¿Cómo puedo hacer contigo como con Zeboyín?
Dentro de mí, el corazón me da vuelcos,
    y se me conmueven las entrañas.
Pero no daré rienda suelta a mi ira
    ni volveré a destruir a Efraín.
Porque yo soy Dios y no hombre,
    el Santo está entre ustedes;
    y no iré contra sus ciudades».
10 El Señor rugirá como león
    y ellos lo seguirán.
Cuando él lance su rugido,
    sus hijos vendrán temblando de occidente.
11 «Vendrán desde Egipto,
    temblando como aves;
    vendrán desde Asiria, temblando como palomas,
y yo los estableceré en sus casas»,
    afirma el Señor.

El pecado de Israel

12 «Efraín me ha rodeado de mentiras
    y el reino de Israel, con fraude;
Judá anda errante, lejos de Dios;
    ¡lejos del Dios santísimo y fiel!

12 Efraín se alimenta de viento:
    todo el día va tras el viento del este
    y multiplica la mentira y la violencia.
Hace pactos con Asiria,
    y a Egipto le da aceite como tributo».
El Señor tiene un pleito contra Judá:
    le hará pagar a Jacob[al] todo lo que ha hecho;
    le dará lo que merecen sus obras.
Ya en el seno materno suplantó a su hermano
    y cuando se hizo hombre luchó con Dios.
Luchó con el ángel, y lo venció;
    lloró y le rogó que lo favoreciera.
Se lo encontró en Betel
    y allí habló con él;
¡habló con el Señor Dios de los Ejércitos,
    cuyo nombre es el Señor!
Pero tú debes volverte a tu Dios,
    practicar el amor y la justicia
    y esperar siempre en él.

Canaán[am] usa balanzas fraudulentas,
    pues le gusta explotar a los demás.
Efraín dice con jactancia:
    «¡Cómo me he enriquecido!
    ¡He amasado una gran fortuna!
En todas mis ganancias no encontrarán
    que haya pecado en algo».

«Yo soy el Señor tu Dios
    desde que estabas en Egipto;
haré que vuelvas a vivir en tiendas de campaña,
    como en los días de nuestras fiestas.
10 Yo hablé a los profetas;
    hice que tuvieran muchas visiones
    y por medio de ellos les hablé en parábolas».

11 ¿Es Galaad malvado?
    ¡No hay duda de que no vale nada!
En Guilgal sacrifican toros;
    por eso sus altares quedarán reducidos a montones de piedra
    entre los surcos del campo.
12 Jacob huyó a un campo de Aram;[an]
    Israel trabajó cuidando ovejas
    en pago por su esposa.
13 El Señor usó a un profeta para sacar a Israel de Egipto
    y por medio de un profeta lo cuidó.
14 Pero Efraín ha despertado su ira;
    su Señor hará caer sobre él la culpa de la sangre que derramó
    y devolverá sus injurias.
Por eso el Señor le hará pagar sus crímenes
    y le devolverá sus injurias.

La ira del Señor contra Israel

13 Cuando Efraín hablaba, la gente temía;
    él tenía la preeminencia sobre Israel.
    Pero rindió culto a Baal y por ese pecado murió.
Sin embargo, siguen pecando,
    pues se fabrican, según su ingenio,
imágenes de fundición e ídolos de plata
    que no son más que obra de artesanos.
De ellos se dice:
    «Ofrecen sacrificios humanos
    y besan ídolos en forma de becerros».[ao]
Por eso serán como nube matutina,
    como rocío que temprano se evapora,
    como paja que se lleva el viento,
    como humo que se escapa por la chimenea.

«Pero yo soy el Señor tu Dios
    desde que estabas en Egipto.
No conocerás[ap] a otro dios fuera de mí
    ni hay otro salvador que no sea yo.
Porque yo cuidé de ti en el desierto,
    en esa tierra de terrible aridez.
Les di de comer y quedaron saciados;
    una vez satisfechos, se volvieron arrogantes
    y se olvidaron de mí.

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