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No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades.
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por todos los pecados de Baasa y los pecados de Ela su hijo, con los cuales ellos pecaron e hicieron pecar a Israel, provocando a enojo con sus vanidades a Jehová Dios de Israel.
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Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Jehová les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas.
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Abomino de mi vida; no he de vivir para siempre; Déjame, pues, porque mis días son vanidad.
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No confíe el iluso en la vanidad, Porque ella será su recompensa.
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Ciertamente Dios no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente.
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Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah
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Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en Jehová he esperado.
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He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah
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Con castigos por el pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah
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Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en la balanza, Serán menos que nada.
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Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y sus años en tribulación.
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Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.
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Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.
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La grandeza del Señor y la vanidad de los ídolos
Aleluya.
Alabad el nombre de Jehová; Alabadle, siervos de Jehová;
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El hombre es semejante a la vanidad; Sus días son como la sombra que pasa.
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Cuya boca habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira.
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Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños, Cuya boca habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira.
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Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.
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Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;
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Todo es vanidad
Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
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Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
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Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
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Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
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Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.