Add parallel Print Page Options

Salmo de David.

15 Señor, ¿quién puede adorar en tu santuario?
    ¿Quién puede entrar a tu presencia en tu monte santo?
Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto,
    los que dicen la verdad con corazón sincero.
Los que no se prestan al chisme
    ni le hacen daño a su vecino,
    ni hablan mal de sus amigos.
Los que desprecian a los pecadores descarados,
    y honran a quienes siguen fielmente al Señor
    y mantienen su palabra aunque salgan perjudicados.
Los que prestan dinero sin cobrar intereses
    y no aceptan sobornos para mentir acerca de un inocente.
Esa gente permanecerá firme para siempre.

Para el director del coro: cántico de amor. Entónese con la melodía de «Los lirios». Salmo[a] de los descendientes de Coré.

45 Hermosas palabras conmueven mi corazón;
    por eso recitaré un bello poema acerca del rey,
    pues mi lengua es como la pluma de un hábil poeta.

Eres el más apuesto de todos;
    de tus labios se desprenden palabras amables.
    Dios mismo te ha bendecido para siempre.
¡Ponte la espada, oh poderoso guerrero!
    ¡Eres tan glorioso, tan majestuoso!
Cabalga con majestad hacia la victoria
    y defiende la verdad, la humildad y la justicia.
    ¡Avanza para realizar obras imponentes!
Tus flechas son afiladas; traspasan el corazón de tus enemigos,
    y las naciones caen a tus pies.

Tu trono, oh Dios,[b] permanece por siempre y para siempre.
    Tú gobiernas con un cetro de justicia.
Amas la justicia y odias la maldad.
    Por eso Dios—tu Dios—te ha ungido
    derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro.
Mirra, áloe y casia perfuman tu manto;
    en palacios de marfil, la música de cuerdas te entretiene.
Hijas de reyes hay entre las mujeres de tu corte;
    a tu derecha está la reina,
    ¡lleva joyas del oro más fino de Ofir!

10 Escúchame, oh hija de la realeza; toma en serio lo que te digo:
    olvídate de tu pueblo y de tu familia, que están lejos.
11 Pues tu esposo, el rey, se deleita en tu belleza;
    hónralo, porque él es tu señor.
12 La princesa de Tiro[c] te colmará de regalos;
    los ricos suplicarán tu favor.
13 La novia, una princesa, luce gloriosa
    en su vestido dorado.
14 Con sus hermosas vestiduras la llevan ante el rey,
    acompañada por sus damas de honor.
15 ¡Qué procesión tan alegre y entusiasta,
    cuando entran en el palacio del rey!

16 Tus hijos se convertirán en reyes como su padre;
    los harás gobernantes de muchas tierras.
17 Traeré honra a tu nombre en todas las generaciones;
    por eso, las naciones te alabarán por siempre y para siempre.

Footnotes

  1. 45:TÍTULO En hebreo Masquil. Puede ser un término literario o musical.
  2. 45:6 O Tu trono divino.
  3. 45:12 En hebreo La hija de Tiro.

Para el director del coro: salmo de Asaf; cántese con la melodía de «¡No destruyas!».

75 ¡Te damos gracias, oh Dios!
    Te damos gracias porque estás cerca;
    por todas partes, la gente habla de tus hechos maravillosos.

Dios dice: «En el momento que tengo pensado,
    haré justicia contra los perversos.
Cuando la tierra tiembla y sus habitantes viven en caos,
    yo soy quien mantiene firme sus cimientos. Interludio

»Al orgulloso le advertí: “¡Deja de jactarte!”.
    Al perverso le dije: “¡No levantes tus puños!
No levantes tus puños desafiantes contra los cielos
    ni hables con semejante arrogancia”».
Pues nadie en la tierra—del oriente ni del occidente,
    ni siquiera del desierto—
    debería alzar[a] un puño desafiante.
Dios es el único que juzga;
    él decide quién se levantará y quién caerá.
Pues el Señor sostiene una copa en la mano,
    llena de vino espumoso mezclado con especias.
Él derrama el vino en señal de juicio,
    y todos los malvados lo beberán
    hasta la última gota.

En cuanto a mí, siempre proclamaré lo que Dios ha hecho;
    cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
10 Pues Dios dice: «Quebraré la fuerza de los malvados,
    pero aumentaré el poder de los justos».

Footnotes

  1. 75:6 En hebreo debería levantar.

105 Den gracias al Señor y proclamen su grandeza;
    que todo el mundo sepa lo que él ha hecho.
Canten a él; sí, cántenle alabanzas.
    Cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas.
Regocíjense por su santo nombre;
    alégrense ustedes, los que adoran al Señor.
Busquen al Señor y a su fuerza;
    búsquenlo continuamente.
Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado,
    y los decretos que ha dictado,
ustedes, hijos de su siervo Abraham,
    descendientes de Jacob, los elegidos de Dios.

Él es el Señor nuestro Dios;
    su justicia se ve por toda la tierra.
Siempre se atiene a su pacto,
    al compromiso que adquirió con mil generaciones.
Es el pacto que hizo con Abraham
    y el juramento que le hizo a Isaac.
10 Se lo confirmó a Jacob como un decreto
    y al pueblo de Israel como un pacto eterno:
11 «Te daré la tierra de Canaán
    como tu preciada posesión».

12 Eso lo dijo cuando eran unos pocos,
    un pequeño grupo de extranjeros en Canaán.
13 Anduvieron de nación en nación,
    de un reino a otro.
14 Sin embargo, él no permitió que nadie los oprimiera.
    A favor de ellos, les advirtió a los reyes:
15 «No toquen a mi pueblo elegido
    ni hagan daño a mis profetas».

16 Mandó hambre a la tierra de Canaán,
    y cortó la provisión de alimentos.
17 Luego envió a un hombre a Egipto delante de ellos:
    a José, quien fue vendido como esclavo.
18 Le lastimaron los pies con grilletes
    y en el cuello le pusieron un collar de hierro.
19 Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños,[a]
    el Señor puso a prueba el carácter de José.
20 Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en libertad;
    el gobernante de la nación le abrió la puerta de la cárcel.
21 José quedó a cargo de toda la casa del rey;
    llegó a ser el administrador de todas sus posesiones.
22 Con total libertad instruía[b] a los asistentes del rey
    y enseñaba a los consejeros del rey.

23 Luego Israel llegó a Egipto;
    Jacob vivió como extranjero en la tierra de Cam.
24 Y el Señor multiplicó a los israelitas
    hasta que llegaron a ser más poderosos que sus enemigos.
25 Después puso a los egipcios en contra del pueblo de Israel,
    y ellos conspiraron contra los siervos del Señor.

26 Pero el Señor envió a su siervo Moisés,
    junto con Aarón, a quien había escogido.
27 Ellos realizaron señales asombrosas entre los egipcios,
    y maravillas en la tierra de Cam.
28 El Señor cubrió a Egipto con oscuridad,
    porque los egipcios desobedecieron[c] las órdenes de dejar ir a su pueblo.
29 Convirtió sus aguas en sangre
    y envenenó a todos los peces.
30 Luego las ranas infestaron la tierra
    y hasta invadieron las habitaciones del rey.
31 Cuando el Señor habló, enjambres de moscas descendieron sobre los egipcios,
    y hubo una nube de mosquitos por todo Egipto.
32 Les envió granizo en lugar de lluvia,
    y destellaron relámpagos sobre la tierra.
33 Arruinó sus vides y sus higueras
    y destrozó todos los árboles.
34 Habló, y vinieron oleadas de langostas,
    langostas jóvenes en cantidades innumerables.
35 Se comieron todo lo verde que había en la tierra
    y destruyeron todos los cultivos de los campos.
36 Después mató al hijo mayor de cada hogar egipcio,
    el orgullo y la alegría de cada familia.

37 El Señor sacó a su pueblo de Egipto, cargado de oro y de plata;
    y ni una sola persona de las tribus de Israel siquiera tropezó.
38 Egipto se alegró cuando se fueron,
    porque les tenía mucho miedo.
39 El Señor desplegó una nube sobre ellos para que los cubriera
    y les dio un gran fuego para que iluminara la oscuridad.
40 Ellos le pidieron carne, y él les envió codornices;
    les sació el hambre con maná, pan del cielo.
41 Partió una roca, y brotó agua a chorros
    que formó un río a través de la tierra árida y baldía.
42 Pues recordó la promesa sagrada
    que le había hecho a su siervo Abraham.
43 Así que sacó a su pueblo de Egipto con alegría,
    a sus escogidos, con gozo.
44 Les dio las tierras de las naciones paganas,
    y cosecharon cultivos que otros habían sembrado.
45 Todo eso sucedió para que siguieran los decretos del Señor
    y obedecieran sus enseñanzas.

¡Alabado sea el Señor!

Footnotes

  1. 105:19 En hebreo su palabra.
  2. 105:22 Así aparece en la versión griega y en la siríaca; en hebreo dice ataba o encarcelaba.
  3. 105:28 Así aparece en la versión griega y en la siríaca; en hebreo dice no desobedecieron.

135 ¡Alabado sea el Señor!

¡Alaben el nombre del Señor!
    Alábenlo, ustedes, los que sirven al Señor,
los que sirven en la casa del Señor,
    en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alaben al Señor, porque el Señor es bueno;
    celebren con música su precioso nombre.
Pues el Señor escogió a Jacob para sí,
    a Israel, como su tesoro especial.

Yo conozco la grandeza del Señor:
    nuestro Señor es más grande que cualquier otro dios.
El Señor hace lo que le place
    por todo el cielo y toda la tierra,
    y en los océanos y sus profundidades.
Hace que las nubes se eleven sobre toda la tierra.
    Envía relámpagos junto con la lluvia
    y suelta el viento desde sus depósitos.

Destruyó al primer hijo varón de cada hogar egipcio
    y a las primeras crías de los animales.
Realizó señales milagrosas y maravillas en Egipto
    en contra del faraón y todo su pueblo.
10 Hirió de muerte a grandes naciones
    y masacró a reyes poderosos:
11 a Sehón, rey de los amorreos;
    a Og, rey de Basán,
    y a todos los reyes de Canaán.
12 Entregó sus tierras como herencia,
    como preciada posesión a su pueblo Israel.

13 Tu nombre, oh Señor, permanece para siempre;
    tu fama, oh Señor, se conoce en cada generación.
14 Pues el Señor hará justicia a su pueblo
    y tendrá compasión de sus siervos.

15 Los ídolos de las naciones no son más que objetos de plata y oro;
    manos humanas les dieron forma.
16 Tienen boca pero no pueden hablar,
    tienen ojos pero no pueden ver.
17 Tienen oídos pero no pueden oír,
    tienen boca pero no pueden respirar.
18 Y los que hacen ídolos son iguales a ellos,
    como también todos los que confían en ellos.

19 ¡Oh Israel, alaba al Señor!
    ¡Oh sacerdotes—descendientes de Aarón—, alaben al Señor!
20 ¡Oh levitas, alaben al Señor!
    ¡Todos los que temen al Señor, alaben al Señor!
21 El Señor sea alabado desde Sion,
    porque él vive aquí en Jerusalén.

¡Alabado sea el Señor!

15 La respuesta apacible desvía el enojo,
    pero las palabras ásperas encienden los ánimos.

La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo,
    pero la boca de un necio escupe tonterías.

Los ojos del Señor están en todo lugar,
    vigilando tanto a los malos como a los buenos.

Las palabras suaves son un árbol de vida;
    la lengua engañosa destruye el espíritu.

Solo un necio desprecia la disciplina de sus padres;[a]
    el que aprende de la corrección es sabio.

En la casa del justo hay tesoros,
    pero las ganancias del perverso le acarrean dificultades.

Los labios del sabio dan buenos consejos;
    el corazón del necio no tiene nada para ofrecer.

El Señor detesta el sacrificio de los perversos,
    pero se deleita con las oraciones de los íntegros.

El Señor detesta el camino de los perversos,
    pero ama a quienes siguen la justicia.

10 El que abandona el buen camino será severamente disciplinado;
    el que odia la corrección morirá.

11 Ni la Muerte ni la Destrucción[b] ocultan secretos al Señor,
    ¡mucho menos el corazón humano!

12 Los burlones odian ser corregidos,
    por eso se alejan de los sabios.

13 El corazón contento alegra el rostro;
    el corazón quebrantado destruye el espíritu.

14 El sabio tiene hambre de conocimiento,
    mientras que el necio se alimenta de basura.

15 Para el abatido, cada día acarrea dificultades;
    para el de corazón feliz, la vida es un banquete continuo.

16 Más vale tener poco, con el temor del Señor,
    que tener grandes tesoros y vivir llenos de angustia.

17 Un plato de verduras con alguien que amas
    es mejor que carne asada con alguien que odias.

18 El que pierde los estribos con facilidad provoca peleas;
    el que se mantiene sereno, las detiene.

19 El camino de los perezosos está obstruido por espinas,
    pero la senda de los íntegros es una carretera despejada.

20 Los hijos sensatos traen alegría a su padre;
    los hijos necios desprecian a su madre.

21 La necedad alegra a los que les falta juicio;
    la persona sensata permanece en el buen camino.

22 Los planes fracasan por falta de consejo;
    muchos consejeros traen éxito.

23 A todo el mundo le gusta una respuesta apropiada;
    ¡es hermoso decir lo correcto en el momento oportuno!

24 Para los sabios, el camino de la vida avanza hacia arriba;
    ellos dejan la tumba[c] atrás.

25 El Señor derriba la casa de los orgullosos,
    pero protege la propiedad de las viudas.

26 El Señor detesta los planes perversos,
    pero se deleita en las palabras puras.

27 El avaro causa mucho dolor a toda la familia,
    pero los que odian el soborno vivirán.

28 El corazón del justo piensa bien antes de hablar;
    la boca de los perversos rebosa de palabras malvadas.

29 El Señor está lejos de los perversos,
    pero oye las oraciones de los justos.

30 Una mirada alegre trae gozo al corazón;
    las buenas noticias contribuyen a la buena salud.

31 Si escuchas la crítica constructiva,
    te sentirás en casa entre los sabios.

32 Si rechazas la disciplina, solo te harás daño a ti mismo,
    pero si escuchas la corrección, crecerás en entendimiento.

33 El temor del Señor enseña sabiduría;
    la humildad precede a la honra.

Footnotes

  1. 15:5 En hebreo de su padre.
  2. 15:11 En hebreo Ni el Seol ni el Abadón.
  3. 15:24 En hebreo el Seol.

Bible Gateway Recommends