³ Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne^(A), Dios lo hizo^(B): enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne^(C),

²¹ ¿Es entonces la ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo^(A)! Porque si se hubiera dado una ley capaz de impartir vida, entonces la justicia ciertamente hubiera dependido^[a] de la ley^(B).

Cristo, sacerdote para siempre

¹¹ Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio levítico^(A), (pues sobre esa base recibió el pueblo la ley^(B)), ¿qué necesidad había de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec^(C), y no designado según el orden de Aarón?