Romanos 12
La Palabra (Hispanoamérica)
IV.— LA CONDUCTA CRISTIANA (12,1—15,13)
La nueva vida en Cristo
12 Por el amor entrañable de Dios les pido, hermanos: preséntense a ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Ese ha de ser su auténtico culto. 2 No se amolden a los criterios de este mundo; al contrario, déjense transformar y renueven su interior de tal manera que sepan apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es grato, lo perfecto.
3 En virtud del don que me ha sido otorgado me dirijo a todos y a cada uno de ustedes para que a nadie se le suban los humos a la cabeza, sino que cada uno se estime en lo justo, conforme al grado de fe que Dios le ha concedido. 4 Pues así como nuestro cuerpo, que es uno, consta de muchos miembros, y cada uno desempeña su cometido, 5 de la misma manera nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y en ese cuerpo cada uno es un miembro al servicio de los demás. 6 Y puesto que tenemos dones diferentes según la gracia que Dios nos ha otorgado, a quien haya concedido hablar en su nombre, hágalo sin apartarse de la fe; 7 el que sirve, que lo haga con diligencia; el que enseña, con dedicación; 8 el que exhorta, aplicándose a exhortar; el encargado de repartir a los necesitados, hágalo con generosidad; el que preside, con solicitud; y el que practica la misericordia, con alegría. 9 No hagan del amor que ustedes tienen una comedia. Aborrezcan el mal y abracen el bien. 10 Ámense de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los otros más que a sí mismo. 11 Si se trata de esforzarse, no sean perezosos; manténganse espiritualmente fervientes y prontos para el servicio del Señor. 12 Vivan alegres por la esperanza, animosos en la tribulación y constantes en la oración. 13 Solidarícense con las necesidades de los creyentes; practiquen la hospitalidad; 14 bendigan a los que los persiguen y no maldigan jamás. 15 Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran. 16 Vivan en plena armonía unos con otros. No ambicionen grandezas, antes bien pónganse al nivel de los humildes. Y no presuman de inteligentes. 17 A nadie devuelvan mal por mal. Esfuércense en hacer el bien ante cualquiera. 18 En cuanto de ustedes dependa, hagan lo posible por vivir en paz con todo el mundo. 19 Y no se tomen la justicia por propia mano, queridos míos; dejen que sea Dios quien castigue, según dice la Escritura:
A mí me corresponde castigar;
yo daré a cada cual su merecido
—dice el Señor—.
20 A ti, en cambio, te dice:
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer;
si tiene sed, dale de beber.
Así harás que su cara le arda de vergüenza.
21 No permitas que te venza el mal, antes bien, vence al mal a fuerza de bien.
Romanos 12
Traducción en lenguaje actual
La nueva vida
12 Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es como se le debe adorar. 2 Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.
3 Dios en su bondad me nombró apóstol, y por eso les pido que no se crean mejores de lo que realmente son. Más bien, véanse ustedes mismos según la capacidad que Dios les ha dado como seguidores de Cristo. 4 El cuerpo humano está compuesto de muchas partes, pero no todas ellas tienen la misma función. 5 Algo parecido pasa con nosotros como iglesia: aunque somos muchos, todos juntos formamos el cuerpo de Cristo.
6 Dios nos ha dado a todos diferentes capacidades, según lo que él quiso darle a cada uno. Por eso, si Dios nos autoriza para hablar en su nombre, hagámoslo como corresponde a un seguidor de Cristo. 7 Si nos pone a servir a otros, sirvámosles bien. Si nos da la capacidad de enseñar, dediquémonos a enseñar. 8 Si nos pide animar a los demás, debemos animarlos. Si de compartir nuestros bienes se trata, no seamos tacaños. Si debemos dirigir a los demás, pongamos en ello todo nuestro empeño. Y si nos toca ayudar a los necesitados, hagámoslo con alegría.
Cómo vivir la vida cristiana
9 Amen a los demás con sinceridad. Rechacen todo lo que sea malo, y no se aparten de lo que sea bueno. 10 Ámense unos a otros como hermanos, y respétense siempre.
11 Trabajen con mucho ánimo, y no sean perezosos. Trabajen para Dios con mucho entusiasmo.
12 Mientras esperan al Señor, muéstrense alegres; cuando sufran por el Señor, muéstrense pacientes; cuando oren al Señor, muéstrense constantes.
13 Compartan lo que tengan con los pobres de la iglesia. Reciban en sus hogares a los que vengan de otras ciudades y países.
14 No maldigan a sus perseguidores; más bien, pídanle a Dios que los bendiga.
15 Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza.
16 Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás.
17 Si alguien los trata mal, no le paguen con la misma moneda. Al contrario, busquen siempre hacer el bien a todos. 18 Hagan todo lo posible por vivir en paz con todo el mundo. 19 Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.» 20 Y también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.»
21 No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
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