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No añadas nada a sus palabras,
    no sea que te reprenda
    y te exponga como a un mentiroso.

»Solo dos cosas te pido, Señor;
    no me las niegues antes de que muera:
Aleja de mí la falsedad y la mentira;
    no me des pobreza ni riquezas,
    sino solo el pan de cada día.

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