11 El Señor aborrece las balanzas adulteradas,
    pero aprueba las pesas exactas.

Con el orgullo viene la deshonra;
    con la humildad, la sabiduría.

A los justos los guía su integridad;
    a los infieles los destruye su perversidad.

En el día de la ira de nada sirve ser rico,
    pero la justicia libra de la muerte.

La justicia endereza el camino de los íntegros,
    pero la maldad hace caer a los malvados.

La justicia de los íntegros los libra,
    pero la codicia atrapa a los traidores.

Muere el malvado y con él, su esperanza;
    muere también su ilusión de poder.

El justo se salva de la calamidad,
    pero la desgracia le sobreviene al malvado.

Con la boca el impío destruye a su prójimo,
    pero los justos se libran por el conocimiento.

10 Cuando los justos prosperan, la ciudad se alegra;
    cuando los malvados perecen, hay gran regocijo.

11 La bendición de los justos enaltece a la ciudad,
    pero la boca de los malvados la destruye.

12 El falto de juicio desprecia a su prójimo,
    pero el entendido refrena su lengua.

13 La gente chismosa revela los secretos;
    la gente confiable es discreta.

14 Sin dirección, la nación fracasa;
    la victoria se alcanza con muchos consejeros.

15 El fiador de un extraño saldrá perjudicado;
    negarse a dar fianza[a] es vivir seguro.

16 La mujer bondadosa se gana el respeto;
    los hombres violentos solo ganan riquezas.

17 El que hace bien a otros se beneficia a sí mismo;
    el que es cruel, a sí mismo se perjudica.

18 El malvado obtiene ganancias ilusorias;
    el que siembra justicia asegura su recompensa.

19 El que es justo obtiene la vida;
    el que persigue el mal se encamina a la muerte.

20 El Señor aborrece a los de corazón perverso,
    pero se complace en los que viven con integridad.

21 Una cosa es segura:[b] Los malvados no quedarán impunes,
    pero los justos saldrán bien librados.

22 Como argolla de oro en hocico de cerdo
    es la mujer bella pero indiscreta.

23 Los deseos de los justos terminan bien;
    la esperanza de los malvados termina en ira.

24 Unos dan a manos llenas y reciben más de lo que dan;
    otros retienen indebidamente sus bienes y acaban en la miseria.

25 El que es generoso prospera;
    el que reanima a otros será reanimado.

26 La gente maldice al que acapara el trigo,
    pero colma de bendiciones al que gustoso lo vende.

27 El que madruga para el bien halla buena voluntad;
    el que anda tras el mal por el mal será alcanzado.

28 El que confía en sus riquezas se marchita,
    pero el justo se renueva como el follaje.

29 El que perturba su casa no hereda más que el viento
    y el necio termina sirviendo al sabio.

30 El fruto del justo es árbol de vida;
    y el sabio salva vidas.

31 Si los justos reciben su pago aquí en la tierra,
    ¡cuánto más los impíos y los pecadores!

12 El que ama la disciplina ama el conocimiento,
    pero el que la aborrece es un necio.

El hombre bueno recibe el favor del Señor,
    pero el intrigante recibe su condena.

Nadie puede afirmarse por medio de la maldad;
    solo queda firme la raíz de los justos.

La mujer ejemplar[c] es corona de su esposo;
    la desvergonzada corroe los huesos.

En los planes del justo hay justicia,
    pero en los consejos del malvado hay engaño.

Las palabras del malvado son insidias de muerte,
    pero la boca de los justos los pone a salvo.

Los malvados se derrumban y dejan de existir,
    pero las familias de los justos permanecen.

Al hombre se le alaba según su sabiduría,
    pero al de malos pensamientos[d] se le desprecia.

Vale más un despreciado con criado
    que un vanaglorioso sin pan.

10 El justo atiende a las necesidades de su bestia,
    pero el malvado es cruel.

11 El que trabaja su tierra tendrá abundante comida,
    pero el que sueña despierto[e] es falto de juicio.

12 El codicioso anhela el botín de los perversos;
    pero la raíz de los justos da fruto.

13 En el pecado de sus labios se enreda el malvado,
    pero el justo sale del aprieto.

14 Cada uno se sacia del buen fruto de sus labios
    y de la obra de sus manos recibe su recompensa.

15 Al necio le parece bien lo que emprende,
    pero el sabio escucha el consejo.

16 El necio muestra enseguida su enojo,
    pero el prudente pasa por alto el insulto.

17 El testigo veraz declara lo que es justo,
    pero el testigo falso engaña.

18 El charlatán hiere con la lengua como con una espada,
    pero la lengua del sabio brinda sanidad.

19 Los labios sinceros permanecen para siempre,
    pero la lengua mentirosa dura solo un instante.

20 En los que planean el mal habita el engaño,
    pero hay gozo para los que promueven la paz.

21 Al justo no le sobrevendrá ningún daño,
    pero al malvado lo cubrirá la desgracia.

22 El Señor aborrece a los de labios mentirosos,
    pero se complace en los que actúan con lealtad.

23 El hombre prudente no muestra lo que sabe,
    pero del corazón de los necios brota necedad.

24 El de manos diligentes gobernará;
    pero el perezoso será subyugado.

25 La angustia abate el corazón del hombre,
    pero una palabra amable lo alegra.

26 El justo es guía de su prójimo,[f]
    pero el camino del malvado lo hace errar.

27 El perezoso no pone a asar lo que ha cazado,[g]
    pero el diligente ya posee una gran riqueza.

28 En el camino de la justicia se halla la vida;
    por ese camino se evita la muerte.

13 El hijo sabio atiende a la corrección de su padre,
    pero el insolente no hace caso a la reprensión.

Quien habla el bien, del bien se nutre,
    pero el infiel padece hambre de violencia.

El que refrena su lengua protege su vida,
    pero el ligero de labios provoca su ruina.

El perezoso codicia y no satisface sus anhelos;
    el diligente prospera en todo lo que anhela.

El justo aborrece la mentira;
    el malvado acarrea vergüenza y deshonra.

La justicia protege al que anda en integridad,
    pero la maldad arruina al pecador.

Hay quien pretende ser rico y no tiene nada;
    hay quien parece ser pobre y todo lo tiene.

Con su riqueza el rico pone a salvo su vida,
    pero al pobre no hay quien lo reprenda.

La luz de los justos brilla radiante,
    pero los malvados son como lámpara apagada.

10 El orgullo solo genera contiendas,
    pero la sabiduría está con quienes oyen consejos.

11 El dinero mal habido pronto se acaba;
    quien ahorra, poco a poco se enriquece.

12 La esperanza que se demora aflige al corazón;
    el deseo cumplido es un árbol de vida.

13 Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido;
    quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.

14 La enseñanza de los sabios es fuente de vida
    y libera de los lazos de la muerte.

15 El buen juicio redunda en aprecio,
    pero el camino del infiel lo lleva a su destrucción.[h]

16 El prudente actúa con cordura,
    pero el necio se jacta de su necedad.

17 El mensajero malvado se mete en problemas;
    el enviado confiable trae sanidad.

18 El que desprecia la disciplina sufre pobreza y deshonra;
    el que atiende la corrección recibe grandes honores.

19 El deseo cumplido endulza el alma,
    pero el necio detesta alejarse del mal.

20 El que con sabios anda, sabio se vuelve;
    el que con necios se junta, saldrá mal parado.

21 Al pecador lo persigue el mal
    y al justo lo recompensa el bien.

22 El hombre de bien deja herencia a sus nietos;
    las riquezas del pecador se quedan para los justos.

23 En el campo del pobre hay abundante comida,
    pero esta se pierde donde hay injusticia.

24 No corregir al hijo es no quererlo;
    amarlo es disciplinarlo a tiempo.

25 El justo come hasta quedar saciado,
    pero el malvado se queda con hambre.

14 La mujer sabia edifica su casa;
    la necia, con sus manos la destruye.

El que va por buen camino teme al Señor;
    el que va por malos caminos lo desprecia.

De la boca del necio brota arrogancia;
    los labios del sabio son su propia protección.

Donde no hay bueyes el granero está vacío;
    con la fuerza del buey aumenta la cosecha.

El testigo veraz jamás miente;
    el testigo falso propaga mentiras.

El insolente busca sabiduría y no la halla;
    para el entendido, el conocimiento es cosa fácil.

Mantente a distancia del necio,
    pues en sus labios no hallarás conocimiento.

La sabiduría del prudente es discernir sus caminos,
    pero al necio lo engaña su propia necedad.

Los necios hacen mofa de sus propias faltas,
    pero entre los íntegros hay buena voluntad.

10 Cada corazón conoce sus propias amarguras,
    y ningún extraño comparte su alegría.

11 La casa del malvado será destruida,
    pero la morada del justo prosperará.

12 Hay un camino que al hombre le parece recto,
    pero acaba por ser camino de muerte.

13 Hasta de reírse duele el corazón
    y hay alegrías que acaban en tristezas.

14 El inconstante recibirá todo el pago de su inconstancia;
    el hombre bueno, el premio de sus acciones.

15 El inexperto cree todo lo que le dicen;
    el prudente se fija por dónde va.

16 El sabio teme al Señor y se aparta del mal,
    pero el necio es arrogante y se pasa de confiado.

17 El iracundo actúa neciamente
    y el malvado es odiado.

18 Herencia de los inexpertos es la necedad;
    corona de los prudentes, el conocimiento.

19 Los malvados se postrarán ante los buenos;
    los impíos, ante las puertas de los justos.

20 Al pobre hasta sus amigos lo aborrecen,
    pero son muchos los que aman al rico.

21 Es un pecado despreciar al prójimo;
    ¡dichoso el que se compadece de los pobres!

22 Pierden el camino los que planean el mal,
    pero hallan amor y verdad los que hacen el bien.

23 Todo esfuerzo tiene su recompensa,
    pero quedarse en las palabras solamente, lleva a la pobreza.

24 La corona del sabio es su riqueza;
    la de los necios, su necedad.

25 El testigo veraz salva vidas,
    pero el testigo falso miente.

26 El temor del Señor es un baluarte seguro
    que sirve de refugio a los hijos.

27 El temor del Señor es fuente de vida
    y libera de los lazos de la muerte.

28 Gloria del rey es gobernar a una gran población;
    un príncipe sin súbditos está arruinado.

29 El que es paciente muestra gran inteligencia;
    el que es agresivo muestra mucha insensatez.

30 El corazón tranquilo da vida al cuerpo,
    pero la envidia carcome los huesos.

31 El que oprime al pobre ofende a su Creador,
    pero honra a Dios quien se apiada del necesitado.

32 El malvado cae por su propia maldad;
    el justo, aun en su muerte, halla refugio en Dios.[i]

33 En el corazón de los entendidos mora la sabiduría,
    pero los necios ni siquiera la conocen.[j]

34 La justicia enaltece a una nación,
    pero el pecado deshonra a todos los pueblos.

35 El rey favorece al siervo inteligente,
    pero descarga su ira sobre el sinvergüenza.

15 La respuesta amable calma la ira,
    pero la agresiva provoca el enojo.

La lengua de los sabios adorna el conocimiento;[k]
    la boca de los necios escupe necedades.

Los ojos del Señor están en todo lugar,
    vigilando a los buenos y a los malos.

La lengua que brinda alivio[l] es árbol de vida;
    la lengua perversa deprime el espíritu.

El necio desprecia la corrección de su padre;
    el que la acepta demuestra prudencia.

En la casa del justo hay gran abundancia;
    en las ganancias del malvado, grandes problemas.

Los labios de los sabios esparcen conocimiento;
    el corazón de los necios ni piensa en ello.

El Señor aborrece los sacrificios de los malvados,
    pero se complace en la oración de los justos.

El Señor aborrece el camino de los malvados,
    pero ama a quienes siguen la justicia.

10 Para el descarriado, disciplina severa;
    para el que aborrece la corrección, la muerte.

11 Muerte[m] y Destrucción[n] están abiertas ante el Señor,
    ¡cuánto más los corazones humanos!

12 Al insolente no le gusta que lo corrijan
    ni busca la compañía de los sabios.

13 El corazón alegre se refleja en el rostro,
    el corazón dolido deprime el espíritu.

14 El corazón entendido va tras el conocimiento;
    la boca de los necios se nutre de tonterías.

15 Para el afligido todos los días son malos;
    para el que es feliz, todos son de fiesta.

16 Más vale tener poco, con temor del Señor,
    que muchas riquezas con grandes angustias.

17 Más vale comer verduras sazonadas con amor
    que toro engordado con odio.

18 El que es iracundo provoca contiendas;
    el que es paciente las apacigua.

19 El camino del perezoso está plagado de espinas,
    pero la senda del justo es como una calzada.

20 El hijo sabio alegra a su padre;
    el hijo necio menosprecia a su madre.

21 Al necio le divierte su falta de juicio;
    el entendido endereza sus propios pasos.

22 Cuando falta el consejo, fracasan los planes;
    cuando abunda el consejo, prosperan.

23 Es muy grato dar la respuesta adecuada
    y, cuando es oportuna, aún es más grato.

24 El sabio sube por el sendero de vida,
    para librarse de caer en los dominios de la muerte.[o]

25 El Señor derriba la casa de los soberbios,
    pero mantiene intactos los linderos de las viudas.

26 El Señor aborrece los planes de los malvados,
    pero se complace en las palabras puras.

27 El ambicioso acarrea mal sobre su familia;
    el que aborrece el soborno vivirá.

28 El corazón del justo medita sus respuestas,
    pero la boca del malvado rebosa de maldad.

29 El Señor se mantiene lejos de los impíos,
    pero escucha las oraciones de los justos.

30 Una mirada radiante alegra el corazón
    y las buenas noticias renuevan los huesos.

31 El que atiende a la reprensión que da vida,
    habitará entre los sabios.

32 El que rechaza la corrección se desprecia a sí mismo;
    el que la atiende gana entendimiento.

33 El temor del Señor imparte sabiduría;
    la humildad precede a la honra.

16 El ser humano hace planes,
    pero la palabra final la tiene el Señor.

Todos los caminos del ser humano son limpios a sus ojos,
    pero las intenciones las juzga el Señor.

Pon en manos del Señor todas tus obras
    y tus proyectos se cumplirán.

Toda obra del Señor tiene un propósito;
    ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!

El Señor aborrece a los arrogantes.
    Una cosa es segura: no quedarán impunes.

Con amor y verdad se perdona el pecado
    y con respeto al Señor se evita el mal.

Cuando el Señor aprueba la conducta de un hombre,
    hasta con sus enemigos lo reconcilia.

Más vale tener poco con justicia
    que ganar mucho con injusticia.

El corazón del hombre traza su rumbo,
    pero sus pasos los dirige el Señor.

10 La sentencia[p] está en labios del rey;
    el veredicto que emite no traiciona la justicia.

11 Las pesas y las balanzas justas son del Señor;
    todas las medidas son hechura suya.

12 El rey detesta las malas acciones,
    porque el trono se afirma en la justicia.

13 El rey se complace en los labios honestos;
    aprecia a quien habla con la verdad.

14 La ira del rey es presagio de muerte,
    pero el sabio sabe apaciguarla.

15 El rostro radiante del rey es signo de vida;
    su favor es como nubes llenas de lluvia en primavera.

16 Más vale adquirir sabiduría que oro;
    más vale adquirir inteligencia que plata.

17 El camino del hombre recto evita el mal;
    el que quiere salvar su vida se fija por donde va.

18 Tras el orgullo viene la destrucción;
    tras la altanería, el fracaso.

19 Vale más tener un espíritu humilde con los oprimidos
    que compartir el botín con los orgullosos.

20 El que atiende a la palabra prospera.
    ¡Dichoso el que confía en el Señor!

21 Al sabio de corazón se le llama inteligente;
    las palabras gratas promueven el saber.

22 Fuente de vida es la prudencia para quien la posee;
    el castigo de los necios es su propia necedad.

23 El de corazón sabio controla su boca;
    con sus labios promueve el saber.

24 Panal de miel son las palabras amables:
    endulzan la vida y dan salud al cuerpo.[q]

25 Hay un camino que al hombre le parece recto,
    pero acaba por ser camino de muerte.

26 Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar,
    pues su propio apetito lo estimula.

27 El perverso hace[r] planes malvados;
    en sus labios hay un fuego devorador.

28 El perverso provoca contiendas
    y el chismoso divide a los buenos amigos.

29 El violento engaña a su prójimo
    y lo lleva por mal camino.

30 El que guiña el ojo trama algo perverso;
    el que aprieta los labios ya lo ha cometido.

31 Las canas son una honrosa corona
    que se obtiene en el camino de la justicia.

32 Más vale ser paciente que valiente;
    más vale el dominio propio que conquistar ciudades.

33 Las suertes se echan en el regazo,
    pero el veredicto proviene del Señor.

17 Más vale comer pan duro donde hay concordia
    que hacer banquete[s] donde hay discordia.

El siervo sabio gobernará al hijo sinvergüenza,
    y compartirá la herencia con los otros hermanos.

En el crisol se prueba la plata
    y en el horno se prueba el oro,
    pero los corazones los prueba el Señor.

El malvado hace caso a los labios impíos
    y el mentiroso presta oído a la lengua maliciosa.

El que se burla del pobre ofende a su Creador;
    el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo.

La corona del anciano son sus nietos;
    el orgullo de los hijos son sus padres.

No va bien con los necios el lenguaje refinado
    ni con los gobernantes, la mentira.

El soborno es como una piedra valiosa para quien lo ofrece;
    piensa que dondequiera que vaya tendrá éxito.

El que perdona la ofensa cultiva el amor;
    el que insiste en la ofensa divide a los amigos.

10 Penetra más un regaño en el hombre prudente
    que cien latigazos en el obstinado.

11 El revoltoso siempre anda buscando pleitos,
    pero se las verá con un mensajero cruel.

12 Más vale toparse con una osa a la que le quitaron los cachorros
    que con un necio empecinado en su necedad.

13 El mal nunca se apartará
    de la familia de aquel que devuelve mal por bien.

14 Iniciar una pelea es romper una represa;
    vale más retirarse que comenzarla.

15 Absolver al culpable y condenar al inocente
    son dos cosas que el Señor aborrece.

16 ¿De qué le sirve al necio poseer dinero?
    ¿Podrá adquirir sabiduría si no tiene entendimiento?[t]

17 En todo tiempo ama el amigo;
    para ayudar en la adversidad nació el hermano.

18 El hombre falto de juicio se compromete por otros
    y sale fiador de su prójimo.

19 Al que le gusta pecar, le gusta pelear;
    el que abre mucho la boca busca que se la rompan.[u]

20 El de corazón perverso jamás prospera;
    el de lengua engañosa caerá en desgracia.

21 Engendrar a un hijo necio es causa de pesar;
    ser padre de un necio no es ninguna alegría.

22 El corazón alegre es un buen remedio,
    pero el ánimo decaído seca los huesos.

23 El malvado acepta soborno en secreto,
    con lo que tuerce el curso de la justicia.

24 La meta del prudente es la sabiduría;
    el necio divaga contemplando vanos horizontes.[v]

25 El hijo necio irrita a su padre
    y causa amargura a su madre.

26 No está bien castigar al inocente
    ni azotar por su rectitud a gente honorable.

27 El que es entendido refrena sus palabras;
    el que es prudente controla sus impulsos.

28 Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio;
    se le considera prudente, si cierra la boca.

18 El egoísta busca su propio bien;
    contra todo sano juicio inicia un pleito.

Al necio no le complace la inteligencia;
    tan solo hace alarde de su propia opinión.

Con la maldad viene el desprecio
    y con la vergüenza llega la deshonra.

Las palabras del hombre son aguas profundas,
    arroyo de aguas vivas, fuente de sabiduría.

No está bien favorecer al[w] malvado
    y dejar de lado los derechos del justo.

Los labios del necio son causa de contienda;
    su boca incita a la riña.

La boca del necio es su perdición;
    sus labios son para él una trampa mortal.

Los chismes son deliciosos manjares;
    penetran hasta lo más íntimo del ser.

El que es negligente en su trabajo
    confraterniza con el que es destructivo.

10 Torre fuerte es el nombre del Señor;
    a ella corren los justos y se ponen a salvo.

11 La riqueza del rico es su baluarte
    y este cree que sus muros son inalcanzables.

12 Tras el orgullo viene la destrucción;
    y tras la humildad, el honor.

13 Es necio y vergonzoso
    responder antes de escuchar.

14 En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo;
    ¿pero quién podrá levantar el ánimo al abatido?

15 El corazón prudente adquiere conocimiento;
    los oídos de los sabios procuran hallarlo.

16 Con regalos se abren todas las puertas
    y se llega a la presencia de gente importante.

17 El primero en presentar su caso parece inocente,
    hasta que llega la otra parte y lo refuta.

18 El echar suertes pone fin a los litigios
    y decide entre los poderosos.

19 Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada;
    los litigios son como cerrojos de una fortaleza.

20 Cada uno se llena con lo que dice
    y se sacia con lo que habla.

21 En la lengua hay poder de vida y muerte;
    quienes la aman comerán de su fruto.

22 Quien halla esposa encuentra el bien
    y recibe el favor del Señor.

23 El pobre habla en tono suplicante;
    el rico responde con aspereza.

24 Hay amigos[x] que llevan a la ruina
    y hay amigos más fieles que un hermano.

19 Más vale ser pobre e intachable
    que necio de labios perversos.

El afán sin conocimiento no es bueno;
    mucho yerra quien mucho corre.

La necedad del hombre le hace perder el rumbo
    y su corazón se irrita contra el Señor.

Con las riquezas aumentan los amigos,
    pero al pobre hasta su amigo lo abandona.

El testigo falso no quedará sin castigo;
    el que propaga mentiras no saldrá bien librado.

Muchos buscan congraciarse con los poderosos;
    todos son amigos de quienes reparten regalos.

Si al pobre lo aborrecen sus parientes,
    con más razón lo evitan sus amigos.
Aunque los busca suplicante,
    por ninguna parte los encuentra.[y]

El que adquiere cordura,[z] se ama a sí mismo
    y el que retiene el discernimiento prospera.

El testigo falso no quedará sin castigo;
    el que propaga mentiras perecerá.

10 No va bien con el necio vivir entre lujos
    y menos con el esclavo gobernar a los príncipes.

11 El buen juicio hace al hombre paciente;
    su gloria es pasar por alto la ofensa.

12 Rugido de león es la ira del rey;
    su favor es como rocío sobre el pasto.

13 El hijo necio es la ruina del padre;
    la mujer pendenciera es gotera constante.

Footnotes

  1. 11:15 a dar fianza. Lit. a estrechar la mano.
  2. 11:21 Una cosa es segura. Lit. Mano a mano.
  3. 12:4 ejemplar. Alt. fuerte; véase 31:10-31.
  4. 12:8 de malos pensamientos. Lit. de mal corazón. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  5. 12:11 el que sueña despierto. Lit. el que persigue lo vacío; también en 28:19.
  6. 12:26 Texto de difícil traducción.
  7. 12:27 no … cazado. Texto de difícil traducción.
  8. 13:15 Según la LXX y Siríaca; el significado de la frase en el texto hebreo es incierto.
  9. 14:32 en Dios; en su propia piedad (LXX y Siríaca).
  10. 14:33 los necios … conocen (LXX y Siríaca); los necios la conocen (TM).
  11. 15:2 adorna el conocimiento (LXX); hace bien al conocimiento (TM).
  12. 15:4 que brinda alivio. Lit. que sana.
  13. 15:11 Muerte. Lit. Seol.
  14. 15:11 Destrucción. Lit. el Abadón.
  15. 15:24 en los dominios de la muerte. Lit. en el Seol.
  16. 16:10 La sentencia. Alt. El mensaje.
  17. 16:24 al cuerpo. Lit. a los huesos.
  18. 16:27 hace. Lit. cava.
  19. 17:1 banquete. Lit. sacrificios.
  20. 17:16 entendimiento. Lit. corazón. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  21. 17:19 el que abre … se la rompan. Lit. el que abre su puerta busca destrucción.
  22. 17:24 el necio … horizontes. Lit. y los ojos del necio en los confines de la tierra.
  23. 18:5 favorecer al. Lit. levantar el rostro del.
  24. 18:24 Hay amigos (LXX, Siríaca y Targum); Hombre de amigos (TM).
  25. 19:7 Texto de difícil traducción.
  26. 19:8 cordura. Lit. corazón. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.

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