Add parallel Print Page Options

Ellas te protegerán de la mujer de otro
    y de la ajena que seduce con sus palabras.

Un día miré por mi ventana,
    a través de las rejas,
y vi a unos jóvenes ignorantes,
    y me fijé en uno que era especialmente torpe.
Cruzó la calle, cerca de la esquina,
    y se dirigió a la casa de una mala mujer.
Ya caía la tarde,
    era casi de noche,
10 y de pronto la mujer salió a su encuentro,
    con toda la apariencia de una prostituta,
    abrigando sus intenciones.

Read full chapter