Mateo 9:18-25
Reina-Valera 1995
La hija de Jairo, y la mujer con flujo de sangre(A)
18 Mientras él les decía estas cosas, llegó un dignatario y se postró ante él, diciendo:
—Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
19 Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. 20 En esto, una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto, 21 porque se decía a sí misma: «Con sólo tocar su manto, seré salva.»
22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo:
—Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado.
Y la mujer fue salva desde aquella hora.
23 Cuando entró Jesús en la casa del dignatario y vio a los que tocaban flautas y a la gente que hacía alboroto, 24 les dijo:
—Apartaos, porque la niña no está muerta, sino que duerme.
Y se burlaban de él. 25 Pero cuando la gente fue echada fuera, entró y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
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