34 Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón(A).

Parábola de los siervos vigilantes

35 Estad siempre preparados[a](B) y mantened las lámparas encendidas(C), 36 y sed semejantes a hombres que esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame.

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Footnotes

  1. Lucas 12:35 Lit., Estén ceñidos vuestros lomos

34 Recuerden que la verdadera riqueza consiste en obedecerme de todo corazón.

Los sirvientes

35-36 »Ustedes tienen que estar siempre listos. Deben ser como los sirvientes de aquel que va a una fiesta de bodas. Ellos se quedan despiertos, con las lámparas encendidas, pendientes de que su dueño llame a la puerta para abrirle de inmediato.

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