Jueces 2
Palabra de Dios para Todos
El ángel del Señor en Boquín
2 El ángel del SEÑOR salió de la ciudad de Guilgal hacia Boquín y dijo a los israelitas: «Los traje desde Egipto hasta la tierra que les había prometido a sus antepasados. Les dije que nunca rompería el pacto que tengo con ustedes, 2 pero que a cambio ustedes tampoco deberían hacer pactos con la gente de esa tierra, sino que deberían destruir sus altares. Eso fue lo que les dije, pero no me obedecieron. 3 Y ahora les digo que no seguiré obligando a esta gente a salir de su tierra. Todos ellos se convertirán en un problema para ustedes, y sus dioses serán como una red para atraparlos a ustedes».
4 Después de escuchar las palabras del ángel del SEÑOR, todo el pueblo de Israel lloró y se lamentó. 5 Así que llamaron Boquín[a] a ese lugar, y allí ofrecieron sacrificios al SEÑOR.
Muerte de Josué
(Jos 24:29-31)
6 Josué despidió a la gente. Así que cada tribu fue a tomar posesión del territorio que le había tocado. 7 Los israelitas sirvieron al SEÑOR durante toda la vida de Josué. Después siguieron haciendo lo mismo durante toda la vida de los ancianos que sobrevivieron a Josué. Esos ancianos habían visto todo lo que el SEÑOR había hecho por el pueblo de Israel. 8 Josué hijo de Nun, siervo del SEÑOR, murió a la edad de 110 años 9 y fue enterrado en la tierra que le había tocado. Esa tierra estaba en Timnat Jeres, al norte del monte Gaas en la región montañosa de Efraín. 10 Finalmente toda esa generación murió y nació una nueva generación que no conocía al SEÑOR, ni tampoco sabía todo lo que él había hecho por Israel.
Desobediencia y derrota
11 Así que los israelitas hicieron lo que no le agrada al SEÑOR y adoraron a un dios falso llamado Baal. 12 Abandonaron al SEÑOR, el Dios de sus antepasados, que los había sacado de Egipto y comenzaron a adorar a los dioses falsos de la gente que vivía alrededor de ellos y por eso el SEÑOR se enojó con Israel. 13 Abandonaron al SEÑOR para creer en Baal y Astarté. 14 Así que el SEÑOR se enojó contra los israelitas y permitió que sus enemigos los atacaran y saquearan. También permitió que los enemigos de Israel los esclavizaran. 15 Los israelitas perdían toda batalla que peleaban, porque el SEÑOR estaba contra ellos para hacerles mal. El SEÑOR les había advertido que ellos perderían si servían a los dioses de la gente que vivía cerca de ellos, pero como no hicieron caso, los israelitas tuvieron que sufrir mucho.
16 Luego el SEÑOR hizo surgir algunos líderes, los jefes. Esos líderes los liberaron de los enemigos que saqueaban sus posesiones. 17 Sin embargo, los israelitas tampoco les hicieron caso a los jefes; no fueron fieles a Dios, sino que siguieron a otros dioses.[b] Sus antepasados obedecieron los mandamientos del SEÑOR, pero ahora los israelitas habían cambiado y ya no obedecían a Dios.
18 Cuando el SEÑOR les mandaba jefes, el SEÑOR estaba con el jefe y el pueblo se libraba de sus enemigos durante todo el tiempo de la vida del jefe. El SEÑOR se compadecía de ellos debido a que los israelitas gemían a causa de la opresión y sufrimiento en que los mantenían sus enemigos. 19 Pero cada vez que un jefe moría, los israelitas volvían a pecar al adorar a otros dioses. En ese tiempo los israelitas eran muy tercos y se negaban a cambiar su mal comportamiento.
20 Así que el SEÑOR se enfureció contra Israel y dijo: «Este pueblo ha roto el pacto que yo hice con sus antepasados. Ellos no me han hecho caso. 21 Por eso, ya no expulsaré del país ante ellos a los otros pueblos que Josué dejó al morir. 22 Voy a usarlos para poner a prueba a Israel, a ver si sigue el camino del SEÑOR, andando por él como lo hicieron sus antepasados». 23 El SEÑOR permitió entonces que esos pueblos se quedaran en ese territorio y no los obligó a salir inmediatamente del país; tampoco permitió que Josué tuviera la fuerza necesaria para derrotarlos.
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