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18 Pero cuando desobedecieron a su Dios, sufrieron muchas guerras, los enemigos se apoderaron de sus ciudades, el templo de su Dios fue destruido, y a ellos los llevaron presos a un país lejano. 19 Estando allá, le pidieron perdón a su Dios, y así pudieron regresar a su tierra. Algunos volvieron a la ciudad de Jerusalén, donde está su templo, y otros habitaron de nuevo los pueblos de las montañas, los cuales habían quedado abandonados.

20 »Por lo tanto, Su Excelencia, si ese pueblo ha cometido algún pecado, y estamos seguros de que ha ofendido a su Dios, entonces podremos atacarlos y vencerlos.

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