Add parallel Print Page Options

15 El adúltero acecha entre dos luces
y piensa que no hay quien lo vea,
pues lleva cubierto su rostro.
16 De noche asaltan casas,
de día se encierran en ellas;
ignoran lo que es la luz.
17 Para ellos la mañana es sombra,
habituados al terror de la noche.

Read full chapter

15 Los ojos del adúltero están pendientes de la noche;
    se dice a sí mismo: “No habrá quien me vea”,
    y mantiene oculto el rostro.
16 Por la noche, penetra el ladrón la casa ajena,
    pero se encierra durante el día;
    ¡de la luz no quiere saber nada!
17 Para todos ellos, la mañana es oscuridad;
    prefieren el horror de las tinieblas.

Read full chapter