Habacuc 2
La Palabra (Hispanoamérica)
2 Voy a apostarme en mi puesto de guardia,
voy a instalarme en mi atalaya;
aguardaré para ver qué me responde Dios,
qué puede replicar a mi queja.
Respuesta del Señor
2 Y el Señor me respondió:
Escribe lo que has visto,
consígnalo en unas tablillas
para que pueda leerse sin tropiezo.
3 Es una visión a largo plazo,
pero vuela hacia su cumplimiento y no fallará;
aunque se demore, tú espérala,
porque ciertamente se cumplirá sin retraso.
4 El arrogante no prosperará;
el justo, en cambio, vivirá por su fidelidad.
5 Aunque sea traicionero como el vino,
nada conseguirá el jactancioso:
abre sus fauces como el reino de los muertos,
es insaciable como la muerte,
se apodera de todas las naciones,
y pretende acaparar todos los pueblos.
6 Pues bien, todos los pueblos
lanzarán contra él sátiras,
sarcasmos y adivinanzas. Dirán:
Canción de los cinco ayes
¡Ay del que acumula lo que no es suyo!
¿Hasta cuándo amontonará
prendas de empeño para sí?
7 Cuando menos lo esperes
se presentarán tus acreedores,
surgirán quienes te exijan lo suyo
y te convertirás en su botín.
8 Has expoliado a muchas naciones,
has derramado sangre humana,
has colmado de violencia al país,
a las ciudades y a sus habitantes;
ahora todos esos pueblos
vendrán a expoliarte a ti.
9 ¡Ay del que forja su casa
con el fruto de la maldad,
para poner a salvo su nido
y librarse de la adversidad!
10 Al aniquilar a tantos pueblos,
deshonraste tu casa,
dañaste tu propia existencia:
11 desde los muros claman las piedras
y la viga del enmaderado responde.
12 ¡Ay del que edifica una ciudad con sangre
y la cimenta sobre el crimen!
13 ¿No ha decidido el Señor del universo
que el fuego consuma el trabajo de los pueblos,
y que las naciones se fatiguen en vano?
14 Porque la tierra se ha de llenar
del conocimiento de la gloria del Señor,
igual que las aguas colman el mar.
15 ¡Ay del que hace beber a su prójimo
y lo emborracha con bebida drogada,
para luego contemplarlo desnudo!
16 Te has cubierto de deshonra y no de gloria.
Bebe tú también y enseña tu desnudez;
el Señor te pasará su cáliz,
y tu gloria se convertirá en ignominia.
17 Has derramado sangre humana,
has colmado de violencia al país,
a las ciudades y a sus habitantes;
ahora la violencia hecha al Líbano
caerá implacable sobre ti,
bestias feroces te destrozarán.
19 ¡Ay del que dice a un leño: “Despierta”,
y a una piedra muda: “Ponte en pie”!
¿Podrá alguno de ellos hablar?
Está recubierto de oro y plata,
pero no alberga ningún aliento vital.
18 ¿De qué sirve un ídolo,
hechura de artesano,
imagen fundida,
oráculo engañoso?
¿Puede confiar en él su artífice
si ha fabricado un ídolo mudo?
20 Mas el Señor está en su santo Templo,
¡que calle ante él toda la tierra!
Habacuc 2
Nueva Versión Internacional
2 Me mantendré en mi guardia,
me ubicaré sobre la muralla;
estaré pendiente de lo que me diga,
de su respuesta a mi queja.
La respuesta del Señor
2 Y el Señor me respondió:
«Escribe la visión
y grábala claramente en las tablillas,
para que se lea de corrido.[a]
3 Pues la visión se realizará en el tiempo señalado;
marcha hacia su cumplimiento
y no dejará de cumplirse.
Aunque parezca tardar, espérala;
porque sin falta vendrá.
4 »El insolente no tiene el alma recta,
pero el justo vivirá por su fe.
5 Además, el vino es traicionero;
por eso el soberbio no permanecerá.
Pues ensancha su garganta como el sepulcro,[b]
y es insaciable como la muerte.
Reúne en torno suyo a todas las naciones
y toma cautivos a todos los pueblos.
6 Y estos lo harán objeto de burla
en sus sátiras y adivinanzas.
¡Ay del que se hace rico con lo ajeno
y acumula prendas empeñadas!
¿Hasta cuándo seguirá con esta práctica?
7 ¿No se levantarán de repente tus acreedores?
¿No se despertarán para hacerte temblar?
Entonces te convertirás en su víctima.
8 Son tantas las naciones que has saqueado
que los pueblos que se salven te saquearán a ti;
porque es mucha la sangre que has derramado
y mucha tu violencia contra estas tierras,
contra esta ciudad y sus habitantes.
9 »¡Ay del que llena su casa de ganancias injustas
en un intento por salvar su nido
y escapar de las garras del infortunio!
10 Son tus maquinaciones la vergüenza de tu casa:
exterminaste a muchas naciones,
pero causaste tu propia desgracia.
11 Por eso hasta las piedras del muro claman
y resuenan las vigas del enmaderado.
12 »¡Ay del que construye una ciudad con sangre
y establece un poblado con maldad!
13 ¿Acaso no ha determinado el Señor de los Ejércitos
que el trabajo de los pueblos sea solo leña para el fuego
y las naciones se fatiguen por nada?
14 Porque se llenará la tierra con el conocimiento de la gloria del Señor
así como las aguas cubren los mares.
15 »¡Ay de ti, que emborrachas a tu prójimo,
que derramas tu veneno hasta embriagarlo[c]
para contemplar su cuerpo desnudo!
16 Con esto te has cubierto de deshonra y no de gloria.
¡Pues bebe tú también y muestra tu desnudez!
¡Que se vuelque sobre ti la copa de la diestra del Señor
y una desgracia superará tu gloria!
17 ¡Que te alcance la violencia que cometiste contra el Líbano!
¡Que te abata la destrucción que hiciste de los animales!
¡Porque es mucha la sangre que has derramado
y mucha tu violencia contra la tierra,
contra ciudades y todos sus habitantes!
18 »¿De qué sirve una imagen,
si quien la esculpe es un artesano?
¿De qué sirve una imagen fundida,
si tan solo enseña mentiras?
El artesano que hace ídolos que no pueden hablar
solo está confiando en su propio artificio.
19 ¡Ay del que dice al madero: “Despierta”,
y a la piedra muda: “Levántate”!
Aunque están recubiertos de oro y plata,
nada pueden enseñarle,
pues carecen de aliento de vida.
20 »En cambio, el Señor está en su santo templo.
¡Guarde toda la tierra silencio en su presencia!».
Habacuc 2
Traducción en lenguaje actual
2 Ya te he presentado mi queja,
y ahora voy a estar muy atento;
voy a esperar tu respuesta.
2 Y Dios me respondió:
«Voy a darte a conocer
lo que está por suceder.
Escríbelo en unas tablas,
para que se lea de corrido.
3 Tardará un poco en cumplirse,
pero tú no te desesperes;
aún no ha llegado la hora
de que todo esto se cumpla,
pero puedo asegurarte
que se cumplirá sin falta.
4 »Esos babilonios son muy orgullosos,
pero ustedes, que son humildes,
vivirán porque confían en mí.
5 Los babilonios son orgullosos,
son traicioneros como el vino;
su hambre de poder los hace
conquistar naciones y pueblos enteros.
Son como la muerte,
que siempre quiere más;
son como la tumba,
que nunca está satisfecha.
6 Pero un día serán humillados.
Las naciones se burlarán de ellos
y les cantarán esta canción:
“¡Qué mal te va a ir Babilonia!
¡Te hiciste rica con lo ajeno!
¿Cuándo vas a dejar de robar?”
7 »El día que menos lo esperes,
tus víctimas se vengarán de ti;
te harán temblar de miedo
y te quitarán todo lo que tienes.
8 Tú les robaste a muchas naciones,
pero otras naciones te robarán a ti.
Así pagarás todos tus crímenes,
tu violencia contra nuestro país,
contra nuestras ciudades y sus habitantes.
9 »¡Qué mal te va a ir Babilonia!
Hiciste ricos a los tuyos
mediante el robo y el engaño.
Creíste que así los librarías
de caer en la desgracia,
10 pero lo único que hiciste
fue ponerlos en vergüenza.
Quisiste acabar con muchos pueblos,
y tú misma te hiciste el daño.
11 ¡Las paredes de tus ciudades
son testigos de tu maldad!
12 »¡Qué mal te va a ir Babilonia!
¡Has construido tus ciudades
mediante el crimen y la violencia!
13 Pero yo soy el Dios de Israel,
y de nada va a servirte
todo lo que has hecho;
yo lo quemaré por completo.
14 Y así como el agua llena los mares,
también la tierra se llenará
de gente que reconocerá mi poder.
15 »¡Qué mal te va a ir Babilonia!
Humillaste a las naciones vecinas
y las dejaste en vergüenza;
16 pero yo te humillaré a ti,
pues no mereces ninguna alabanza;
yo te dejaré en vergüenza;
tu orgullo se volverá humillación.
17 »La violencia con que trataste
a los animales del monte Líbano
se volverá en contra tuya;
así pagarás por todos tus crímenes,
por tu violencia contra nuestro país,
contra nuestras ciudades y sus habitantes.
18-19 »¡Qué mal te va a ir, Babilonia!
¿Cómo puedes confiar en dioses falsos?
¿Cómo puedes pedirles que te ayuden?
Son ídolos de madera,
son figuras de piedra
que tú misma te has hecho,
pero que no valen nada.
Son simples figuras de metal
recubiertas de oro y plata,
que no son capaces ni de hablar;
¡simplemente, no tienen vida!
20 Pero yo estoy en mi santo templo;
¡ante mí debe callar toda la tierra!»
Habacuc 2
Dios Habla Hoy
2 Estaré atento y vigilante,
como lo está el centinela en su puesto,
para ver qué me dice el Señor
y qué respuesta da a mis quejas.
2 El Señor me contestó:
«Escribe en tablas de barro lo que te voy a mostrar,
de modo que pueda leerse de corrido.
3 Aún no ha llegado el momento
de que esta visión se cumpla;
pero no dejará de cumplirse.
Tú espera, aunque parezca tardar,
pues llegará en el momento preciso.
4 Escribe que los malvados son orgullosos,
pero los justos vivirán por su fidelidad a Dios.»
5 Los hombres orgullosos desean el poder;
lo buscan sin descanso y siempre quieren más,
aun cuando el poder es traicionero.
Abren su boca, como el sepulcro;
son insaciables, como la muerte,
y por eso se lanzan a conquistar
nación tras nación.
6 Pero todas las naciones conquistadas
se burlarán del que las conquistó, cantándole:
«¡Ay de ti, que te haces rico
con lo que no te pertenece!
¿Hasta cuándo seguirás amontonando
las riquezas que tomaste prestadas?»
7 Cuando menos lo esperes, llegarán tus acreedores,
despertarán los que te atormentan
y te dejarán desnudo.
8 Las naciones se unirán en contra tuya
y te saquearán como tú las saqueaste a ellas.
Te harán pagar todos tus crímenes,
las violencias que cometiste en el país
contra las ciudades y sus habitantes.
9 ¡Ay de ti, que has llenado tu casa
con el producto de tus robos,
para ponerte a salvo de todo peligro!
10 De ese modo has cubierto tu casa de vergüenza,
y has causado tu propia destrucción
al destruir a numerosas naciones.
11 Aun las piedras de los muros
y la madera de las vigas
gritarán en contra tuya.
12 ¡Ay de ti, que construyes tus ciudades
sobre la base del crimen y la injusticia!
13 El Señor todopoderoso
va a hacer inútil tu trabajo y tu fatiga,
pues todas tus obras serán destruidas por el fuego.
14 Y el conocimiento de la gloria del Señor
llenará entonces toda la tierra,
como las aguas llenan el mar.
15 ¡Ay de ti, que emborrachas a tus vecinos
dándoles vino mezclado con drogas,
para humillarlos contemplando su desnudez!
16 En lugar de honor, te cubrirás de vergüenza,
porque el Señor va a darte a beber una copa
que te hará mostrar tu incircuncisión
y convertirá en humillación tu gloria.
17 Las violencias que le hiciste al monte Líbano
se volverán en contra tuya,
y te espantarás por la matanza de sus animales.
Esto te vendrá a causa de tus crímenes
y de las violencias que cometiste en el país
contra las ciudades y sus habitantes.
18 ¿De qué sirve una escultura
en cuanto ha sido terminada?
¿De qué sirve una imagen
que sólo lleva a la mentira?
Los ídolos no pueden hablar;
¿cómo, pues, podrá confiar en ellos
el hombre que los fabrica?
19 ¡Ay de ti, que a un ídolo de madera
le dices que despierte,
y a una piedra muda, que se ponga de pie!
¿Podrán ellos comunicar mensaje alguno?
¡No, porque no tienen vida propia,
aunque estén recubiertos de oro y plata!
20 Pero el Señor está en su santo templo:
¡guarde silencio delante de él toda la tierra!
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