Gálatas 3
La Palabra (España)
II.— SALVADOS POR LA GRACIA Y LA FE (3—4)
Salvados por la fe
3 Gálatas, ¿cómo sois tan insensatos? ¿Quién os engatusó? ¡Y pensar que os puse ante los ojos a Jesucristo crucificado! 2 Decidme solamente una cosa: ¿en razón de qué recibisteis el Espíritu de Dios? ¿Por cumplir la ley o por haber aceptado la fe? 3 Vuestra insensatez no tiene límites. Si el Espíritu estuvo en el origen de vuestra fe, ¿vais a terminar confiando en lo humano? 4 ¡No puedo creer que tan magníficas experiencias hayan sido baldías! 5 Vamos a ver: cuando Dios os comunica el Espíritu y realiza prodigios entre vosotros, ¿lo hace porque sois cumplidores de la ley o porque habéis aceptado el mensaje de la fe?
6 Ahí tenéis el ejemplo de Abrahán: Creyó a Dios, y esto le valió que Dios le concediera su amistad. 7 Comprended de una vez que la verdadera descendencia de Abrahán son los creyentes. 8 Y la Escritura misma, previendo que Dios restablecería en su amistad a todas las naciones mediante la fe, anunció de antemano a Abrahán esta buena noticia: Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti. 9 Así que todos los que creen serán bendecidos junto con el creyente Abrahán.
10 Por el contrario, cuantos viven pendientes de cumplir la ley están bajo el peso de una maldición. Así lo dice la Escritura: Maldito sea quien no cumpla constantemente todo lo escrito en el libro de la ley. 11 Y es evidente que, por cumplir la ley, nadie será restablecido por Dios en su amistad, ya que también dice la Escritura: Aquel a quien Dios restablece en su amistad por medio de la fe, alcanzará la vida. 12 Pero la ley no se nutre de la fe, sino que: quien cumpla estos preceptos, por ellos vivirá. 13 Fue Cristo quien nos libró de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldito. Pues dice la Escritura: Maldito sea todo el que muera colgado de un madero. 14 La bendición de Abrahán alcanzará así, por medio de Cristo Jesús, a todas las naciones y nosotros recibiremos, mediante la fe, el Espíritu prometido.
La ley y la promesa
15 Hermanos, voy a explicarme con un ejemplo tomado de la vida humana. Incluso según las normas humanas, nadie puede anular o modificar un testamento legalmente otorgado. 16 Ahora bien, Dios hizo las promesas a Abrahán y a su descendencia. No se dice “y a tus descendientes”, como si fueran muchos, sino “y a tu descendencia”, refiriéndose a Cristo solamente. 17 Y digo yo: un pacto debidamente confirmado por Dios no lo puede invalidar una ley dada cuatrocientos treinta años más tarde, cancelando de ese modo lo que Dios había prometido. 18 Si la herencia dependiera del cumplimiento de la ley, ya no dependería de la promesa. Sin embargo, Dios otorgó su favor a Abrahán en forma de promesa.
19 Así las cosas, ¿qué sentido tiene la ley de Moisés? Se añadió con el fin de señalar lo que era pecado hasta el momento en que llegara Cristo, el descendiente prometido. La ley fue promulgada por medio de ángeles y Moisés actuó de intermediario; 20 pero el intermediario está de más cuando sólo entra en juego una persona, y Dios es uno solo. 21 Ley de Moisés y promesas divinas, ¿son, entonces, algo opuesto? ¡De ningún modo! Si se hubiese promulgado una ley capaz de dar vida, sí bastaría con cumplir esa ley para ser restablecidos en la amistad divina. 22 Pero la Escritura presenta al mundo entero dominado por el pecado, precisamente para que se conceda a los creyentes la promesa que Dios les hizo por medio de la fe en Jesucristo.
No esclavos, sino hijos
23 Antes de llegar a la fe éramos prisioneros de la ley, esperando encarcelados que se revelara la fe. 24 Así fue como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por medio de la fe. 25 Pero ahora, una vez que la fe ha llegado, ya no estamos bajo el dominio de ningún acompañante. 26 En efecto, todos vosotros, los que creéis en Cristo Jesús, sois hijos de Dios, 27 pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo habéis sido revestidos. 28 Ya no hay distinción entre judío y no judío, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer. En Cristo Jesús, todos sois uno. 29 Y si sois de Cristo, también sois descendientes de Abrahán y herederos según la promesa.
Gálatas 3
Nueva Versión Internacional
La fe o la observancia de la Ley
3 ¡Gálatas torpes! ¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente? 2 Solo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la Ley o por la fe con que aceptaron el mensaje? 3 ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos? 4 ¿Han tenido tantas experiencias en vano?[a] ¡Si es que de veras fue en vano! 5 Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la Ley o por la fe con que han aceptado el mensaje? 6 Así fue con Abraham: «Creyó a Dios y esto se le tomó en cuenta como justicia».[b]
7 Por lo tanto, sepan que los verdaderos hijos de Abraham son aquellos que viven por la fe. 8 En efecto, la Escritura, habiendo previsto que Dios justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham: «Por medio de ti serán bendecidas todas las naciones».[c] 9 Así que los que viven por la fe son bendecidos junto con Abraham, el hombre de fe.
10 Todos los que dependen de las obras que demanda la Ley están bajo maldición, porque está escrito: «Maldito sea quien no practique fielmente todo lo que está escrito en el libro de la Ley».[d] 11 Ahora bien, es evidente que por la Ley nadie es justificado delante de Dios, porque «el justo vivirá por la fe».[e] 12 La Ley no se basa en la fe; por el contrario, «quien practique estas cosas vivirá por ellas».[f] 13 Cristo nos rescató de la maldición de la Ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero».[g] 14 Así sucedió para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.
La Ley y la promesa
15 Hermanos, voy a ponerles un ejemplo: aun en el caso de un pacto[h] humano, nadie puede anularlo ni añadirle nada una vez que ha sido ratificado. 16 Ahora bien, las promesas se hicieron a Abraham y a su descendencia. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como refiriéndose a muchos, sino: «y a tu descendencia», dando a entender uno solo, que es Cristo. 17 Lo que quiero decir es esto: la Ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no anula el pacto que Dios había ratificado previamente; de haber sido así, quedaría sin efecto la promesa. 18 Si la herencia se basa en la Ley, ya no se basa en la promesa; pero Dios se la concedió gratuitamente a Abraham mediante una promesa.
19 Entonces, ¿cuál era el propósito de la Ley? Fue añadida por causa de[i] las transgresiones hasta que viniera la descendencia a la cual se hizo la promesa. La Ley se promulgó por medio de ángeles, por conducto de un mediador. 20 Ahora bien, no hace falta mediador si hay una sola parte y, sin embargo, Dios es uno solo.
21 Si esto es así, ¿estará la Ley en contra de las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Si se hubiera promulgado una ley capaz de dar vida, entonces sí que la justicia se basaría en la Ley. 22 Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado,[j] para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a los que creen.
23 Antes de venir esta fe, la Ley nos tenía presos, encerrados hasta que la fe se revelara. 24 Así que la Ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo,[k] para que fuéramos justificados por la fe. 25 Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos sujetos al guía.
Hijos de Dios
26 Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, 27 porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. 28 Ya no hay judío ni no judío, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. 29 Y si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.
Footnotes
- 3:4 ¿Han … en vano? Alt. ¿Tanto sufrir en vano?
- 3:6 Gn 15:6.
- 3:8 Gn 12:3; 18:18; 22:18.
- 3:10 Dt 27:26.
- 3:11 Hab 2:4.
- 3:12 Lv 18:5.
- 3:13 Dt 21:23.
- 3:15 pacto. Alt. testamento.
- 3:19 por causa de. Alt. para manifestar, o para aumentar.
- 3:22 declara … pecado. Lit. lo ha encerrado todo bajo pecado.
- 3:24 la Ley … Cristo. Alt. la Ley fue nuestro guía hasta que vino Cristo.
Gálatas 3
Dios Habla Hoy
La experiencia cristiana del Espíritu
3 ¡Gálatas, duros para entender! ¿Quién los embrujó? En nuestra predicación hemos mostrado ante sus propios ojos a Jesucristo crucificado. 2 Sólo quiero que me contesten a esta pregunta: ¿Recibieron ustedes el Espíritu de Dios por el cumplimiento de la ley o por aceptar el mensaje de la fe? 3 ¿Son tan duros para entender, que habiendo comenzado con el Espíritu quieren ahora terminar con algo puramente humano? 4 ¿Tantas buenas experiencias para nada?... ¡Imposible que hayan sido para nada! 5 Cuando Dios les da su Espíritu y hace milagros entre ustedes, ¿por qué lo hace? No en virtud del cumplimiento de la ley, sino por aceptar el mensaje de la fe.
Dios reconoció a Abraham como justo por su fe
6 Así también, Abraham creyó a Dios, y Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo. 7 Por lo tanto, ustedes deben saber que los verdaderos descendientes de Abraham son los que tienen fe. 8 La Escritura, viendo de antemano que también entre los no judíos iba Dios a reconocer como justos a los que tuvieran fe, había anunciado a Abraham esta buena noticia: «Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti.» 9 De manera que los que creen son bendecidos junto con Abraham, que también creyó.
10 Quienes ponen su confianza en la ley están bajo maldición, porque la Escritura dice: «Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley.» 11 Por tanto, está claro que nadie es reconocido como justo en virtud de la ley; pues la Escritura dice: «El justo por la fe vivirá.» 12 Pero la ley no se basa en la fe, sino que dice: «El que cumpla la ley, vivirá por ella.»
13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por causa nuestra, porque la Escritura dice: «Maldito todo el que muere colgado de un madero.» 14 Esto sucedió para que la bendición que Dios prometió a Abraham alcance también, por medio de Cristo Jesús, a los no judíos; y para que por medio de la fe recibamos todos el Espíritu que Dios ha prometido.
La ley no anula la promesa
15 Hermanos, voy a hablarles en términos humanos: Cuando un hombre hace un pacto y lo respalda con su firma, nadie puede anularlo ni agregarle nada. 16 Ahora bien, Dios hizo sus promesas a Abraham y a su descendencia. La Escritura no habla de «descendencias», en plural, sino en singular; dice: «y a tu descendencia», la cual es Cristo. 17 Lo que digo es esto: Dios hizo una alianza con Abraham, y la confirmó. Por eso, la ley de Moisés, que vino cuatrocientos treinta años después, no puede anular aquella alianza y dejar sin valor la promesa de Dios. 18 Pues si lo que Dios prometió darnos dependiera de la ley de Moisés, ya no sería una promesa; pero el hecho es que Dios prometió a Abraham dárselo gratuitamente.
19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue dada después, para poner de manifiesto la desobediencia de los hombres, hasta que viniera esa «descendencia» a quien se le había hecho la promesa. La ley fue proclamada por medio de ángeles, y Moisés sirvió de intermediario. 20 Pero no hay necesidad de intermediario cuando se trata de una sola persona, y Dios es uno solo.
Cristo pone término a la ley
21 ¿Acaso esto quiere decir que la ley está en contra de las promesas de Dios? ¡Claro que no! Porque si la ley pudiera dar vida, entonces la justicia realmente se obtendría en virtud de la ley. 22 Pero, según lo que dice la Escritura, todos son prisioneros del pecado, para que quienes creen en Jesucristo puedan recibir lo que Dios ha prometido.
23 Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer. 24 La ley era para nosotros como el esclavo que vigila a los niños, hasta que viniera Cristo, para que por la fe obtuviéramos la justicia. 25 Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos a cargo de ese esclavo que era la ley, 26 pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, 27 ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo. 28 Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo. 29 Y si son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo.
Galaterne 3
Bibelen på hverdagsdansk
Guds accept opnås ved tro, ikke ved at overholde de jødiske love
3 I tåbelige galatere, hvordan kunne I komme sådan på afveje? Har nogen forhekset jer? Har vi ikke klart fortalt jer om Kristi død på korset? 2 Sig mig engang: Modtog I Helligånden, fordi I var gode til at overholde de jødiske love? Eller var det, fordi I greb om budskabet i tro? 3 Er I virkelig så tåbelige? I begyndte jeres kristenliv så godt i Åndens kraft. Vil I nu forsøge at fuldføre det ved jeres egne anstrengelser? 4 I har allerede været udsat for megen forfølgelse, siden I blev kristne. Har det hele været til ingen nytte? 5 Når Gud giver jer sin Ånds kraft og gør mirakler iblandt jer, er det så, fordi I er gode til at overholde de jødiske love, eller fordi I tror på det budskab, I fik fortalt?
6 Tænk på, at Abraham havde tro til Gud, og det var derfor, Gud accepterede ham.[a] 7 I skal vide, at det er dem, der har tro som Abraham, der er de sande børn af Abraham. 8 Skriften har for længe siden gjort det klart, at Gud ville acceptere alle folkeslag på grund af deres tro. Det kan man se af det løfte, Gud gav Abraham, nemlig: „Gennem dig vil alle folkeslag blive velsignet.”[b] 9 Derfor vil alle, der har den samme tillid til Gud, som Abraham havde, også opnå den samme velsignelse, som Abraham opnåede.
10 Alle, som prøver at blive accepteret af Gud på grundlag af lovgerninger, lever under Guds dom. Der står jo skrevet: „Enhver, som ikke holder fast ved og handler efter alt, hvad der er skrevet i denne lovbog, kommer under Guds dom.”[c] 11 Det skulle være klart for enhver, at ingen opnår det evige liv ved at overholde alle lovene. Der står jo skrevet: „Den retskafne får livet ved sin tro.”[d] 12 Men den jødiske lov bygger ikke på tro, men på overholdelse af alle lovene. Der står jo skrevet: „Den, der overholder alle disse love, vil få livet derved.”[e] 13 Nu har Kristus frikendt os fra den dom, som følger af ikke at kunne overholde alle lovene. Det gjorde han ved selv at gå ind under dommen i stedet for at lade dommen ramme os. Da Jesus døde på korset, oplevede han Guds dom, for der står skrevet: „Den, der hænges op på et stykke træ, er under Guds dom.”[f] 14 Da Jesus døde i stedet for os, nåede den velsignelse, som var lovet Abraham, ud til alle folkeslagene. Det betyder også, at det er ved tro, vi modtager Helligånden, som blev lovet os.
Løfterne til Abraham sammenlignet med lovens pagt
15 Lad mig prøve at forklare det for jer ved at bruge et dagligdags eksempel. Når et testamente først er underskrevet og gjort retsgyldigt, kan ingen føje noget til eller trække noget fra. 16 Sådan er det også med pagten mellem Gud og Abraham. Guds pagt med Abraham indeholdt et løfte om, at en af hans efterkommere ville blive til stor velsignelse. Skriften siger ikke „og dine efterkommere”, som om det gjaldt mange, men „og en af dine efterkommere”,[g] og det vil sige Kristus. 17 Det, jeg mener, er, at det løfte om velsignelse, som pagten med Abraham indeholdt, blev ikke trukket tilbage, da Gud oprettede lovens pagt efter 430 år.[h] 18 Gud gav et løfte til Abraham på grundlag af sin nåde. Men hvis løftet om velsignelse bliver opfyldt ved, at man overholder loven, så er der ikke længere tale om et løfte, som opfyldes ved Guds nåde.
19 Hvad er så formålet med loven? Den blev nødvendig på grund af menneskers ondskab, og den skulle være i kraft, indtil den efterkommer, som løftet talte om, var kommet. Jødernes lov blev givet til Moses med engles hjælp, og Moses var som et mellemled mellem Gud og folket. 20 Gud gav ikke sine love direkte til folket. Men da han gav sit løfte til Abraham, skete det direkte, for Gud er ikke afhængig af et mellemled.
Abrahams velsignelse fås ved tro på Kristus, ikke gennem loven
21 Er loven da i modstrid med Guds løfter? Selvfølgelig ikke! Havde der eksisteret et sæt lovregler, som kunne give evigt liv, så ville man kunne blive accepteret af Gud ved at overholde de regler. 22 Men det kan ikke lade sig gøre, for Skriften siger, at alle mennesker er under syndens magt.[i] Det er kun ved tro på Jesus Kristus, at mennesker kan få del i det evige liv, som Gud har lovet.
23 Indtil det at tro på Kristus blev en mulighed, levede vi jøder som i et fangenskab og blev bevogtet af loven. 24 Den skulle holde os i skak, indtil Kristus kom, og vi dermed kunne blive accepteret af Gud på grundlag af vores tro på ham. 25 Og nu, da vi er kommet til tro, behøver vi ikke længere at blive bevogtet af den jødiske lov.[j]
I er ikke umyndige slaver, men Guds børn
26 Gennem jeres tro på Jesus er I alle blevet Guds børn. 27 Alle I, som blev døbt til at tilhøre Kristus, har iklædt jer Kristus. 28 Der er opstået en helt ny enhed mellem jøder og grækere, slaver og frie folk, mænd og kvinder. Vi er alle blevet ét på grund af vores fælles tro på Kristus. 29 Da I nu tilhører Kristus, er I også åndeligt set børn af Abraham, og I er blevet medarvinger til det, som Gud for længe siden lovede Abraham.
Footnotes
- 3,6 Jf. 1.Mos. 15,6.
- 3,8 1.Mos. 12,3.
- 3,10 5.Mos. 27,26 LXX.
- 3,11 Hab. 2,4. Rom. 1,17.
- 3,12 3.Mos. 18,5. Rom. 10,5.
- 3,13 5.Mos. 21,22-23.
- 3,16 Paulus tænker muligvis på udtrykket „i din sæd skal alle jordens folk velsignes” i 1.Mos. 22,18; 26,4 og 28,14. Udtrykket „i din sæd” i 1.Mos. 22,18 er en præcisering af udtrykket „i dig” fra 1.Mos. 12,3, som Paulus citerede i vers 8. Her gøres det klart, at velsignelsen gennem Abraham til alle jordens folkeslag skulle komme gennem en af Abrahams efterkommere. Det er også muligt, at Paulus tænker på andre steder, hvor hele udtrykket „og i din sæd” findes, nemlig 1.Mos. 13,15; 17,8; 24,7; 26,3. I åndelig forstand er Abrahams børn alle, som tror på Kristus, og de får del i de åndelige velsignelser, som hører Guds rige til. Ligesom Israels folk blev et stort folk med et konkret land med den berømte David som konge, således er Abrahams åndelige efterkommere blevet til et stort folk i et nyt åndeligt rige med Davidssønnen Jesus som konge.
- 3,17 I et fremmed land, Egypten.
- 3,22 Sl. 14,1-3, Rom. 3,10.
- 3,25 Eller: „vi er ikke længere under Toraens formynderskab”. Det græske ord henviser til en person, der skulle fortælle mindreårige børn, hvad de skulle gøre, og sørge for, at de blev holdt i skak og ikke kom på afveje. Det samme ord forekommer i vers 24 og i 1.Kor. 4,15.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Used by permission. All rights reserved worldwide.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Bibelen på hverdagsdansk (Danish New Living Bible) Copyright © 2002, 2006 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.
