² Y te acordarás de todo el camino por donde el Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años^(A), para humillarte, probándote^(B), a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no Sus mandamientos.

¹⁶ En el desierto te alimentó con el maná que tus padres no habían conocido^(A), para humillarte y probarte^(B), y para finalmente^[a] hacerte bien.

¹⁷ Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac^(A); y el que había recibido las promesas^(B) ofrecía a su único^[a] hijo.

La tentación explicada

¹² Bienaventurado el hombre que persevera^(A) bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida^(B) que el Señor ha prometido^(C) a los que lo aman^(D). ¹³ Que nadie diga cuando es tentado: «Soy tentado por^[a] Dios^(E)». Porque Dios no puede ser tentado por el mal^[b] y Él mismo no tienta a nadie. ¹⁴ Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión^[c].