Pero algunos astrólogos se presentaron ante el rey y acusaron a los judíos:

—¡Que viva el rey por siempre! —dijeron al rey Nabucodonosor—. 10 Su Majestad ha emitido un decreto ordenando que todo el que oiga el sonido de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y todo tipo de música se incline ante la estatua de oro y la adore.

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Unos caldeos aprovecharon esta oportunidad para acusar a los judíos ante el rey Nabucodonosor, diciendo:

—¡Viva Su Majestad para siempre, y sea su nombre siempre recordado! 10 Su Majestad ha ordenado que todo el mundo se arrodille y adore a la estatua de oro tan pronto como se oiga el sonido de los instrumentos musicales,

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