Cantares 3
La Palabra (Hispanoamérica)
3 En mi cama, por la noche,
busqué al amor de mi vida,
lo busqué y no lo encontré.
2 Entonces me levanté
y recorrí la ciudad;
por las calles y las plazas
busqué al amor de mi vida,
lo busqué y no lo encontré.
3 Me descubrieron los guardias
que hacían ronda en la ciudad:
“¿Han visto ustedes
al amor de mi vida?”.
4 Y a poco de pasarlos
hallé al amor de mi vida;
lo agarré y no lo solté
hasta meterlo en casa de mi madre,
en la alcoba de la que me engendró.
Amado
5 Júrenme, muchachas de Jerusalén,
por las gacelas y ciervas del campo,
que no despertarán ni turbarán
al amor hasta que él quiera.
Tercer cantar
Coro
6 ¿Qué es eso que sube del desierto
como columna de humo
con olor a incienso y mirra
y a mil aromas exóticos?
Amada
7 Esa es la litera de Salomón,
escoltada por sesenta valientes,
de lo más escogido de Israel:
8 todos van armados con espadas,
como expertos guerreros;
cada uno con su espada al flanco
ante amenazas nocturnas.
9 El rey Salomón se hizo un palanquín
con maderas del Líbano:
10 sus columnas son de plata,
su respaldo de oro,
sus asientos de púrpura
y su interior está decorado con amor
por las muchachas de Jerusalén.
11 Salgan a admirar,
muchachas de Sión,
al rey Salomón
con la corona que le ciñó su madre
el día de su boda,
un día feliz para él.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España