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34 Dios le quitará el orgullo
de ser una ciudad muy importante;
su orgullo se convertirá en tristeza.
35 El Dios eterno enviará sobre ella
un fuego que arderá por muchos días,
y durante muchos años
sólo demonios vivirán en ella.

36-37 »¡Jerusalén,
mira hacia donde sale el sol,
y verás con alegría lo que Dios te trae!
¡Mira, ya vuelven tus habitantes,
los que un día viste partir!
El Dios único los ha reunido;
los ha llamado de todas las naciones
donde estaban prisioneros.
Vienen llenos de felicidad
porque han visto el poder de Dios.

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