Las primeras cuatro trompetas

Entonces los siete ángeles que tenían las siete trompetas(A) se prepararon para tocarlas.

El primero tocó la trompeta, y vino granizo y fuego(B) mezclados con sangre, y fueron arrojados a la tierra; y se quemó la tercera parte de la tierra(C), se quemó la tercera parte(D) de los árboles(E) y se quemó toda la hierba verde(F).

El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como una gran montaña ardiendo en llamas(G) fue arrojado al mar, y la tercera parte(H) del mar se convirtió en sangre(I). Y murió la tercera parte de los seres(J) que estaban en el mar y que[a] tenían vida; y la tercera parte de los barcos fue destruida(K).

10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo(L) una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte(M) de los ríos y sobre los manantiales de las aguas(N). 11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo; y la tercera parte(O) de las aguas se convirtió en ajenjo(P), y muchos hombres murieron por causa de las aguas, porque se habían vuelto amargas.

12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte(Q) del sol(R), la tercera parte de la luna(S) y la tercera parte(T) de las estrellas(U), para que la tercera parte(V) de ellos se oscureciera y el día no resplandeciera en su tercera parte(W), y asimismo la noche.

13 Entonces miré, y oí volar a un águila[b] en medio del cielo(X), que decía a gran voz: ¡Ay, ay, ay(Y), de los que habitan en la tierra(Z), a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar(AA)!

La quinta trompeta

El quinto ángel tocó la trompeta(AB), y vi una estrella que había caído del cielo(AC) a la tierra, y se le dio la llave(AD) del pozo del abismo(AE). Cuando abrió el pozo del abismo, subió humo(AF) del pozo como el humo de un gran horno, y el sol y el aire(AG) se oscurecieron por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre[c] la tierra(AH), y se les dio poder como tienen poder[d] los escorpiones de la tierra(AI). Se les dijo que no dañaran(AJ) la hierba de la tierra(AK), ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino solo a los hombres que no tienen el sello de Dios en la frente(AL). No se les permitió matar a nadie[e], sino atormentarlos por cinco meses(AM); y su tormento era como el tormento de un escorpión cuando pica[f] al hombre(AN). En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la hallarán(AO); y ansiarán morir, y la muerte huirá[g] de ellos. Y el aspecto[h] de las langostas era semejante al de caballos dispuestos para la batalla(AP), y sobre sus cabezas tenían como coronas que parecían de oro, y sus caras eran como rostros humanos. Tenían cabellos como cabellos de mujer, y sus dientes eran como de leones(AQ). También tenían corazas como corazas de hierro; y el ruido de sus alas era como el estruendo de carros, de muchos caballos que se lanzan a la batalla(AR). 10 Tienen colas parecidas a escorpiones(AS), y aguijones; y en sus colas está su poder para hacer daño a los hombres(AT) por cinco meses(AU). 11 Tienen sobre ellos por rey al ángel del abismo(AV), cuyo nombre en hebreo(AW) es Abadón[i](AX), y en griego se llama Apolión[j].

12 El primer ¡ay(AY)! ha pasado; he aquí, aún vienen dos ayes después de estas cosas.

La sexta trompeta

13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro[k] cuernos(AZ) del altar de oro(BA) que está delante de Dios, 14 y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: Suelta a los cuatro ángeles(BB) que están atados junto al gran río Eufrates(BC). 15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que habían sido preparados para la hora, el día, el mes y el año(BD), para matar a la tercera parte de la humanidad[l](BE). 16 Y el número de los ejércitos de los jinetes era de doscientos millones(BF); yo escuché su número(BG). 17 Y así es como vi[m] en la visión(BH) los caballos y a los que los montaban: los jinetes tenían corazas color de fuego, de jacinto[n] y de azufre(BI); las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de sus bocas salía fuego(BJ), humo y azufre(BK). 18 La tercera parte(BL) de la humanidad[o] fue muerta por estas tres plagas: por el fuego(BM), el humo y el azufre que salían de sus bocas. 19 Porque el poder de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas son semejantes a serpientes, tienen cabezas y con ellas hacen daño. 20 Y el resto de la humanidad[p], los que no fueron muertos por estas plagas, no se arrepintieron(BN) de las obras de sus manos(BO) ni dejaron de[q] adorar a los demonios(BP) y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni andar(BQ); 21 y no se arrepintieron de sus homicidios(BR) ni de sus hechicerías(BS) ni de su inmoralidad[r](BT) ni de sus robos.

Footnotes

  1. Apocalipsis 8:9 Lit., los que
  2. Apocalipsis 8:13 Algunos mss. posteriores dicen: ángel
  3. Apocalipsis 9:3 Lit., hacia
  4. Apocalipsis 9:3 O, como el poder que tienen
  5. Apocalipsis 9:5 Lit., Y se les concedió no matarlos
  6. Apocalipsis 9:5 Lit., hiere
  7. Apocalipsis 9:6 Lit., huye
  8. Apocalipsis 9:7 Lit., las apariencias
  9. Apocalipsis 9:11 I.e., Destrucción
  10. Apocalipsis 9:11 I.e., Destructor
  11. Apocalipsis 9:13 Algunos mss. antiguos no incluyen: cuatro
  12. Apocalipsis 9:15 Lit., los hombres
  13. Apocalipsis 9:17 Lit., así vi
  14. Apocalipsis 9:17 O, zafiro
  15. Apocalipsis 9:18 Lit., los hombres
  16. Apocalipsis 9:20 Lit., los hombres
  17. Apocalipsis 9:20 Lit., para no
  18. Apocalipsis 9:21 O, fornicación

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