Hechos 3-4
Nueva Biblia de las Américas
Curación de un cojo
3 Cierto día Pedro y Juan(A) subían al templo a la hora novena[a], la hora de la oración(B). 2 Y había un hombre, cojo desde su nacimiento[b](C), al que llevaban y ponían diariamente a la puerta(D) del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna(E) a los que entraban al templo. 3 Este, viendo a Pedro y a Juan(F) que iban a entrar al templo, les pedía limosna. 4 Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista(G) en él, le dijo: «¡Míranos!».
5 Él los miró atentamente[c], esperando recibir algo de ellos. 6 Pero Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno(H), ¡anda[d]!».
7 Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza, 8 y de un salto se puso en pie y andaba(I). Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.
9 Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios(J), 10 y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna(K), y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.
Segundo sermón de Pedro
11 Estando el que era cojo aferrado a Pedro y a Juan(L), todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón(M), donde ellos estaban. 12 Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: «Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto, o por qué nos miran así, como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar? 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob(N), el Dios de nuestros padres(O), ha glorificado a Su Siervo[e] Jesús(P), al que ustedes entregaron(Q) y repudiaron en presencia de Pilato(R), cuando este había resuelto poner a Jesús en libertad(S). 14 Pero ustedes repudiaron al Santo y Justo(T), y pidieron que se les concediera un asesino(U), 15 y dieron muerte al Autor[f](V) de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos(W), de lo cual nosotros somos testigos(X).
16 »Por la fe en Su nombre(Y), es el nombre de Jesús[g] lo que ha fortalecido a este hombre a quien ven y conocen. La fe que viene por medio de Jesús, le ha dado a este esta perfecta sanidad en presencia de todos ustedes. 17 Y ahora, hermanos, yo sé que obraron por ignorancia(Z), lo mismo que sus gobernantes(AA). 18 Pero Dios ha cumplido así lo que anunció de antemano(AB) por boca de todos los profetas: que Su Cristo[h] debía padecer(AC).
19 »Por tanto, arrepiéntanse(AD) y conviértanse, para que sus pecados sean borrados, a fin de que tiempos de alivio vengan de la presencia del Señor(AE), 20 y Él envíe a Jesús, el Cristo designado de antemano para ustedes. 21 A Él el cielo debe recibir[i](AF) hasta el día[j] de la restauración de todas las cosas(AG), acerca de lo cual Dios habló por boca de Sus santos profetas desde tiempos antiguos(AH). 22 Moisés dijo: “El Señor Dios les levantará a ustedes un profeta como yo[k] de entre sus hermanos; a Él prestarán atención en todo cuanto les diga(AI). 23 Y sucederá que todo el que[l](AJ) no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo”. 24 Asimismo todos los profetas(AK) que han hablado desde Samuel y sus sucesores en adelante, también anunciaron estos días.
25 »Ustedes son los hijos de los profetas(AL) y del pacto que Dios hizo[m] con sus padres(AM), al decir a Abraham: “Y en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra(AN)”. 26 Para ustedes en primer lugar(AO), Dios, habiendo resucitado(AP) a Su Siervo[n], lo ha enviado(AQ) para que los bendiga, a fin de apartar a cada uno de ustedes de sus iniquidades».
Arresto de Pedro y Juan
4 Mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se les echaron encima(AR) los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo(AS), y los saduceos(AT), 2 indignados porque enseñaban al pueblo, y anunciaban en[o] Jesús la resurrección de entre los muertos(AU). 3 Les echaron mano, y los pusieron en la cárcel(AV) hasta el día siguiente, pues ya era tarde. 4 Pero muchos de los que habían oído el mensaje[p] creyeron, llegando el número de los hombres como a 5,000(AW).
Pedro y Juan ante el Concilio
5 Sucedió que al día siguiente se reunieron en Jerusalén sus gobernantes, ancianos(AX) y escribas. 6 Estaban allí el sumo sacerdote Anás, Caifás(AY), Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje de los sumos sacerdotes. 7 Poniendo a Pedro y a Juan en medio de ellos, les interrogaban: «¿Con qué poder[q], o en qué nombre, han hecho esto?».
8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo(AZ), les dijo: «Gobernantes y ancianos(BA) del pueblo, 9 si se nos está interrogando hoy por causa del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera[r] este ha sido sanado[s](BB), 10 sepan todos ustedes, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno(BC), a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos(BD), por Él[t], este hombre se halla aquí sano delante de ustedes.
11 »Este Jesús(BE) es la piedra(BF) desechada(BG) por ustedes los constructores, pero que ha venido a ser la piedra angular[u]. 12 En ningún otro(BH) hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser[v] salvos».
Amenazados y puestos en libertad
13 Al ver la confianza(BI) de Pedro y de Juan(BJ), y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación(BK), se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús. 14 Y viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido sanado, no tenían nada que decir en contra. 15 Pero después de ordenarles que salieran fuera del Concilio[w](BL), deliberaban entre sí: 16 «¿Qué haremos(BM) con estos hombres?», decían. «Porque el hecho de que un milagro notable ha sido realizado por medio de ellos(BN) es evidente a todos los que viven en Jerusalén, y no podemos negarlo. 17 Pero a fin de que no se divulgue más entre el pueblo, vamos a amenazarlos para que no hablen más a ningún hombre en este nombre(BO)».
18 Cuando los llamaron, les ordenaron no hablar ni enseñar en el nombre de Jesús(BP). 19 Pero Pedro y Juan(BQ), les contestaron: «Ustedes mismos juzguen si es justo delante de Dios obedecer a ustedes en vez de obedecer a Dios(BR). 20 Porque nosotros no podemos dejar de decir(BS) lo que hemos visto y oído».
21 Y después de amenazarlos otra vez, los dejaron ir, no hallando la manera de castigarlos por causa del pueblo(BT), porque todos glorificaban a Dios(BU) por lo que había acontecido; 22 porque el hombre en quien se había realizado este milagro de sanidad tenía más de cuarenta años.
Oración de la iglesia
23 Cuando quedaron en libertad, fueron a los suyos y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Al oír ellos esto, unánimes alzaron la voz a Dios y dijeron: «Oh, Señor[x], Tú eres el que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay(BV), 25 el que por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre David(BW), Tu siervo, dijiste:
“¿(BX)Por que se enfurecieron los gentiles[y],
Y los pueblos tramaron cosas vanas?
26 Se presentaron los reyes de la tierra,
Y los gobernantes se juntaron a una
Contra el Señor y contra Su Cristo[z](BY)”.
27 »Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes(BZ) como Poncio Pilato(CA), junto con los gentiles(CB) y los pueblos de Israel, contra Tu santo Siervo[aa] Jesús(CC), a quien Tú ungiste, 28 para hacer cuanto Tu mano y Tu propósito habían predestinado que sucediera(CD). 29 Ahora[ab], Señor, considera sus amenazas, y permite que Tus siervos hablen Tu palabra con toda confianza(CE), 30 mientras extiendes Tu mano para que se hagan curaciones, señales y prodigios(CF) mediante el nombre de Tu santo Siervo Jesús(CG)».
31 Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos(CH) tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo(CI) y hablaban la palabra de Dios con valor(CJ).
Todas las cosas en común
32 La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común(CK). 33 Con gran poder los apóstoles daban testimonio(CL) de la resurrección del Señor Jesús[ac](CM), y había abundante gracia sobre todos ellos. 34 No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que poseían tierras o casas(CN) las vendían, traían el precio de lo vendido, 35 y lo depositaban a los pies de los apóstoles(CO), y se distribuía a cada uno según su necesidad(CP).
36 Y José, un levita natural de Chipre(CQ), a quien también los apóstoles llamaban Bernabé(CR), que traducido significa Hijo de Consolación[ad](CS), 37 poseía un campo y lo vendió, trajo el dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles(CT).
Footnotes
- Hechos 3:1 I.e. 3 p.m.
- Hechos 3:2 Lit. el vientre de su madre.
- Hechos 3:5 Lit. les ponía atención.
- Hechos 3:6 Algunos mss. dicen: levántate y anda.
- Hechos 3:13 O Hijo.
- Hechos 3:15 O Príncipe.
- Hechos 3:16 Lit. su nombre.
- Hechos 3:18 O el Mesías, el Ungido.
- Hechos 3:21 O retener.
- Hechos 3:21 Lit. los tiempos.
- Hechos 3:22 O como me levantó a mí.
- Hechos 3:23 Lit. toda alma que.
- Hechos 3:25 Lit. pactó.
- Hechos 3:26 O Hijo.
- Hechos 4:2 O en el caso de.
- Hechos 4:4 O la palabra.
- Hechos 4:7 O autoridad.
- Hechos 4:9 O por quién.
- Hechos 4:9 Lit. salvado.
- Hechos 4:10 O este.
- Hechos 4:11 Lit. cabeza del ángulo.
- Hechos 4:12 Lit. es necesario que seamos.
- Hechos 4:15 O Sanedrín.
- Hechos 4:24 O Dueño.
- Hechos 4:25 O las naciones.
- Hechos 4:26 O el Mesías, el Ungido.
- Hechos 4:27 O Hijo.
- Hechos 4:29 O en cuanto lo que sucede ahora.
- Hechos 4:33 Algunos mss. antiguos agregan: Cristo.
- Hechos 4:36 O exhortación, o, estímulo.
Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation