Add parallel Print Page Options

Pero aquel desalmado preguntó si había en el cielo un Señor que hubiera mandado celebrar el día sábado. Ellos le respondieron:

—El Señor viviente, que tiene poder en el cielo, es quien nos ha mandado celebrar el séptimo día.

Entonces replicó Nicanor:

—Pues yo tengo poder en la tierra, y ordeno tomar las armas y obedecer al rey.

Sin embargo, no pudo llevar a cabo su perverso deseo.

Read full chapter