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21 Cuando todo estaba listo para el sacrificio, Nehemías ordenó a los sacerdotes que rociaran con ese líquido la leña y lo que estaba colocado sobre ella. 22 Así se hizo, y al cabo de un rato brilló el sol, que había estado oculto por una nube; entonces se encendió un gran fuego, que causó la admiración de todos. 23 Mientras se consumía el sacrificio, los sacerdotes oraban, y a los sacerdotes se unieron todos los demás. Jonatán comenzaba la oración, y los demás, con Nehemías a la cabeza, respondían.

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