2 Crónicas 7
Reina-Valera 1995
7 Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos y consumió el holocausto y los sacrificios; y la gloria de Jehová llenó la Casa. 2 Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová la había llenado. 3 Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la Casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: «Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre.»
4 Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante de Jehová. 5 Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así, el rey y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios.
6 Los sacerdotes desempeñaban su ministerio, mientras los levitas alababan a Jehová con los instrumentos de música que el rey David había hecho para acompañar los cánticos a Jehová, «porque su misericordia es para siempre», entonando los cánticos compuestos por David. Los sacerdotes tocaban las trompetas delante de ellos, y todo Israel se mantenía en pie.
7 También Salomón consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto había ofrecido allí los holocaustos, y lo mejor de las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho no cabían los holocaustos, las ofrendas y las grasas.
8 Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo Israel, una gran congregación, desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto. 9 Al octavo día hicieron solemne asamblea, porque habían hecho la dedicación del altar en siete días, y habían celebrado la fiesta solemne por siete días. 10 Y a los veintitrés días del mes séptimo envió al pueblo a sus hogares, alegres y gozosos de corazón por los beneficios que Jehová había hecho a David y a Salomón, y a su pueblo Israel.
Pacto de Dios con Salomón(A)
11 Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová, y la casa del rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado. 12 Entonces apareció Jehová a Salomón de noche y le dijo: «Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar como Casa de sacrificio. 13 Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y si mando a la langosta que consuma la tierra, o si envío pestilencia a mi pueblo; 14 si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. 15 Mis ojos estarán abiertos, y mis oídos atentos, a la oración que se haga en este lugar; 16 pues ahora he elegido y santificado esta Casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. 17 Y si tú andas delante de mí como anduvo tu padre David, haces todas las cosas que yo te he mandado, y guardas mis estatutos y mis decretos, 18 yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David, tu padre, diciendo: “No te faltará uno de los tuyos para que gobierne en Israel.” 19 Pero si vosotros os volvéis, y dejáis mis estatutos y mandamientos que he puesto delante de vosotros, y vais y servís a dioses ajenos, y los adoráis, 20 yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; arrojaré de mi presencia esta Casa que he santificado a mi nombre, y la haré objeto de burla y escarnio entre todos los pueblos. 21 Y esta Casa que es tan excelsa, será espanto a todo el que pase, de modo que dirá: “¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta Casa?” 22 Y se responderá: “Por cuanto dejaron a Jehová, Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado a dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.”»
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